jueves,18 agosto 2022
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Las niñas están doblemente perjudicadas

Hambre entre 370 de los 1.500 millones de escolares afectados por cierres de escuelas, según UNICEF

Soraya Aybar Laafou
La organización de Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos han estimado que 370 millones de escolares en todo el mundo no tienen acceso a la comida desde que cerraron sus centros por la pandemia de COVID19, pese a que ésta era la única alimentación recibida a diario por los menores cuando UNESCO estimó 1.576 millones de alumnos sin clase.Ante ese hambre,la ONU solicita a los Gobiernos que continúen con los programas de alimentación, pero nada sabe de casi 150

El Programa Mundial de Alimentos y UNICEF ha llamado en un comunicado público a todos los Gobiernos a prevenir las devastadoras consecuencias para la alimentación y la salud de los 370 millones de niños que no tienen acceso a las comidas escolares debido al cierre de los colegios por la pandemia del coronavirus.El director ejecutivo del Programa, David Beasley, recordó que para millones de niños la comida escolar es la única que consumen durante el día. 'Sin ella, pasan hambre, corren el riesgo de enfermarse, abandonar la escuela y pierden su mejor oportunidad de escapar de la pobreza. Debemos actuar ahora para evitar que la pandemia sanitaria se convierta en una tragedia alimentaria y para asegurarnos de que nadie se quede atrás', destacó. El 91,4% de los estudiantes del mundo estaba sin clase por el COVID 19, según la UNESCO, el pasado 14 de abril, semana a partir de la cual algunos países como China iniciaron la reapertura de aulas.

En los datos de UNICEF hay casi 150 países de los que no se tienen datos. España aparece como uno de los 15 países que aprobaron programas de urgencia basados en la combinación de pagos en efectivo con servicios alternativos de alimentos, tras aprobar a mediados de marzo un presupuesto de 25 millones de euros, aunque nada se sabe ni añade la entidad de la ONU sobre la ejecución por comunidades autónomas de dicho programa.

Atendiendo a datos de la UNESCO, un 73% de los alumnos en el mundo siguen estando afectados por el cierre de los centros educativos. A pesar de que en países mayormente afectados por el coronavirus como China se hayan reactivado algunos centros en zonas focalizadas, el resto del mundo sigue sumergido en una crisis sanitaria que presenta efectos colaterales como la acentuación de la situación de hambruna.  

Las niñas, principales damnificadas

Durante esta situación de ausencia de alimentación escolar, las niñas son las son las más perjudicadas. En muchos países pobres la garantía de una comida puede ser un motivo suficiente para que los padres, que luchan por su bienestar, envíen a su hija a la escuela evitándole el trabajo en pesadas tareas domésticas o el matrimonio prematuro.

'La escuela es mucho más que un lugar de aprendizaje. Para muchos niños representa su salvación en materia de seguridad, y en los servicios de salud y nutrición. A menos que actuemos de inmediato, aumentando los servicios que salvan las vidas de los niños y niñas más vulnerables, las devastadoras consecuencias del COVID-19 se dejarán sentir durante las próximas décadas', dijo Henrietta Fore, la directora ejecutiva de UNICEF. 

La salud también peligra

Otro de los servicios esenciales que pierden los menores de los países pobres al no acudir a las escuelas es la atención sanitaria en forma de vacunas y eliminación de parásitos.

Así, el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) colaboran con los Gobiernos de sesenta y ocho países transportando las raciones escolares a los domicilios de los alumnos, o, de modo alternativo, proporcionan vales o transferencias en efectivo a las familias de los menores.

Del mismo modo, los dos organismos de la ONU se han comprometido a ayudar a los Gobiernos a retomar los programas de alimentación escolar y sanitarios cuando las escuelas vuelvan a funcionar con normalidad durante los próximos meses

UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos solicitan la comunidad de donantes 600 millones de dólares para la financiación de este proyecto que inicialmente se centrará en 30 países de bajos ingresos o frágiles apoyando a 10 millones de niños.

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