En concreto, el Gobierno estadounidense anunció la expulsión de 35 diplomáticos y miembros de los servicios de inteligencia rusos, y el cierre de dos complejos en Maryland y Nueva York propiedad del Gobierno ruso. Asimismo, impuso sanciones contra el Departamento Central de Inteligencia ruso y el Servicio Federal de Seguridad, además de a seis altos cargos rusos. Estados Unidos adoptó estas medidas en respuesta a "la interferencia de Rusia en las elecciones" de este país y a un "patrón de acoso" a sus diplomáticos en ese país, que se ha incrementado en los últimos cuatro años.
El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que estas acciones "no son la suma total" de su respuesta a las "actividades agresivas de Rusia". "Continuaremos adoptando una serie de acciones en el momento y el lugar que elijamos, algunas de las cuales no se harán públicas", dijo.
El presidente electo, Donald Trump, anunció que mantendrá reuniones con los líderes de las agencias de inteligencia para recibir información sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones. Los líderes republicanos Paul Ryan, John McCain y Lindsey Graham manifestaron su apoyo a las sanciones impuestas a Rusia.
Por su parte, Dimitry Peskov, el portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que su Gobierno adoptará una "reacción apropiada" a las sanciones y rechazó las acusaciones "infundadas" del Ejecutivo estadounidense. El representante del KreMlim para Derechos Humanos, Democracia y Estado de derecho, Konstantin Dolgov, apuntó que las sanciones "persiguen el objetivo de perjudicar las relaciones y dificultar su restablecimiento en el futuro". En respuesta, el Gobierno ruso ordenó ayer el cierre de una escuela angloamericana en Moscú y del acceso que conduce a la casa de vacaciones de la Embajada de EEUU en Rusia.
Putin anuncia el alto el fuego en Siria
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció ayer un alto el fuego general en Siria entre los grupos rebeldes y el régimen del presidente Bachar al Asad. Putin detalló en una reunión con sus ministros de Defensa y de Exteriores que se han firmado tres documentos, el del alto el fuego, un segundo sobre medidas para el control del régimen de cese de hostilidades y un tercero en forma de declaración de la disposición a emprender conversaciones de paz.
El Gobierno de Damasco y las principales fuerzas de la oposición aceptaron los términos de una tregua que debe dar pie a nuevas negociaciones de paz el mes que viene en Astaná. Rusia y Turquía actúan como garantes. Según Putin, los acuerdos alcanzados son "muy frágiles" y demandan especial atención y seguimiento para mantenerlos y desarrollarlos.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigú, dijo que después de que siete grupos rebeldes hubiesen aceptado el pacto de cese de hostilidades se daban las condiciones para aplicar el alto el fuego y para reducir la presencia militar rusa. El Ministerio de Exteriores turco apuntó que las partes habían acordado "detener todos los ataques armados, incluidos los aéreos, y no expandir las áreas que tiene bajo su control".
El mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, dio la bienvenida a la tregua y expresó su deseo de que las negociaciones previstas en Astaná sean fructíferas y sienten la base para el inicio de conversaciones de paz a partir del 8 de febrero en la sede de la ONU en Ginebra. El Gobierno de EEUU consideró un "acontecimiento positivo" el alto el fuego y subrayó que debería dar paso a negociaciones que acaben con el conflicto.
La tregua comenzó a las 00.00 hora local, pero a las dos horas de inicio las tropas gubernamentales y los rebeldes protagonizaron un enfrentamiento en la provincia de Hama, según informó el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.
