jueves,18 agosto 2022
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La devaluación interna avanza de forma desequilibrada

La brecha social se amplía al cebarse el recorte salarial con quienes tienen menos poder adquisitivo

Marga Peñafiel/ Redacción
La brecha económica entre los ciudadanos se ha hecho más grande con el recorte salarial. Esto se debe a que mientras los estratos mejor pagados comenzaron a sufrir ajustes reales en 2008 e incluso ha experimento alguna subida, los más bajos han protagonizado las mayores pérdidas del poder adquisitivo, hasta el 17%.

Los datos que han recopilados por la Fundación de Análisis Económico (Fedea), se juntifican con los números que ha publicado cada año la oficina estadística europea (Eurostat) desde que comenzó la crisis, pese a que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sostuvo en una entrevista reciente con varios medios europeos que no había “unos indicadores precisos” al respecto ni en España ni en Europa.

Para llegar a esta conclusión se han comparado los tramos salariales por deciles: el primero y más bajo (ese en el que solo un 10% de los salarios quedan por debajo y el 90% son más altos) se ha hundido un 17% entre 2008 y 2012, incorporando el efecto de la inflación, mientras que los que se encuentran en el séptimo decil mejor pagado (solo un 30% es más alto) han subido un 1%. Los sueldos del decil más alto, que solo tienen a un 10% por encima, han visto una reducción de poco más del 2%, pero hasta 2011 les había estado subiendo, según concreta El País.

“Los trabajadores que tenían convenios no vieron reducido su salario en la primera parte de la crisis, frente a los que no tenían convenio, se hizo muy poco esfuerzo para que el ajuste se llevase a cabo de forma equitativa”, explica Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) e investigador de Fedea.

“En estas caídas salariales del 17% se incluye la destrucción de empleo de sectores mejor pagadas como la construcción y la recolocación en servicios, o el paso de empleos indefinidos a temporales, o de jornadas más largas a menos horas”, apunta el experto. “No se trata solo de reducciones salariales de una misma persona”.

El motivo es que mucha destrucción de empleo “ha afectado sobre todo a la parte media de la distribución”, una franja en la que entraron los empleados del sector de la construcción, que vivía una etapa dorada. “Los ingresos laborales en ese sector experimentaron durante el período expansivo un crecimiento mayor al de otros sectores, lo que hizo que los trabajadores de la construcción en solo diez años pasaran de ocupar el percentil 30 al percentil 40 en la distribución salarial agregada”, señala el informe, elaborado por Stéphane Bonhomme y Laura Hospido.

Destruido ese empleo y recolocado, en la medida de lo posible, en el sector servicios, aquella nueva clase media del ladrillo desaparece. Es precisamente en los servicios donde se encuentra el empleo, tal y como reflejó el INE al dar por primera vez el dato de puestos vacantes: de los 72.790 puestos libres, el 84,9% está en esa rama de actividad.

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