jueves,18 agosto 2022
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La CRUE acepta a regañadientes que sobran universitarios, pero solo en magisterio

Javier Laquidain, Periodista, comunicador corporativo y consultor.
La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas acepta a regañadientes que sobran universitarios, pero solo en magisterio.El argumento eterno de la CRUE (no sobran universidades ni universitarios),se ha derrumbado.Lo explica Javier Laquidain, periodista y consultor de comunicación acreditado desde hace varias décadas en asuntos educativos, económicos y de investigación científica. Y pese al insólito reconocimiento, su presidente alega que el exceso no es de titulados, sino de profesores.

 

Repetido hasta la saciedad como un mantra durante años, la famosa tesis ha sido desmentida en el último informe de la CRUE sobre la Universidad Española en Cifras 2016-17, presentado el 12 de diciembre de 2018. El documento señala que bastarían 369.000 maestros para atender a la potencial población escolar de mantenerse las tendencias demográficas actuales, y se estima que, de seguir el ritmo actual de matriculaciones en las especialidades de magisterio, se estarían formando, solo en centros públicos, unos 514.500, 145.500 más de los necesarios. Más adelante, el texto afirma que, si se suman los graduados en centros privados la mitad del total no tendrán opción de trabajar en su campo, pero sin detallar cifra alguna que respalde el aserto.

No solo la CRUE ha defendido la idea de que no sobran universidades ni universitarios. En marzo de 2012, el estudio Universidad, universitarios y productividad en España, de la Fundación BBVA-IVIE, ya mantenía esta tesis. «Ni sobran universidades ni sobran universitarios. Son dos lugares comunes que los datos rebaten», afirmaba Francisco Michavila, director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, en EL ECONOMISTA, en enero de 2013. El anterior presidente de la CRUE, Segundo Piriz, en unas declaraciones a la Agencia EFE (15 de octubre de 2017), aseguraba: «De forma objetiva, ni sobran universidades ni sobran universitarios. Lo digo cada vez que he podido y con datos en la mano». Y lo dijo y lo repitió innumerables veces a lo largo de su mandato como una cantinela.

El sucesor de Piriz, Roberto Fernández Díaz, ha insistido tantas veces en la célebre frase, que ha caído en el esperpento de negar lo que afirma el informe durante el acto de presentación. Como recoge J.G. Stegmann (Los rectores advierten de que en España sobran más de la mitad de los profesores que se formanABC, 13-12-18). «”No se dejen arrastrar por el tópico fácil. No sobran universidades. No sobran estudiantes”, dijo tajante Fernández. Lo que sí parecen sobrar son profesores». Es como decir que no sobran graduados en periodismo, sino redactores. Hasta tal extremo llega el empeño por defender los intereses corporativos de la universidad española, que ofusca la percepción de la realidad de sus responsables.

“Admitir que la producción de maestros satura sobradamente la oferta laboral no ha debido ser una idea surgida del seno de la CRUE”

Como es habitual, el informe centra su atención en resaltar las bondades del sistema universitario español, que Fernández calificó como «el gran ascensor social y vertebrador territorial de este país», y en pedir mayor financiación para la educación superior, entre otros tópicos. La novedad del informe está, precisamente, en el reconocimiento de que se fabrican más maestros de los necesarios, a los que se aboca al paro o a un subempleo ajeno a su vocación y preparación. Un mensaje que no aparece hasta la página 56 del texto y que se silencia, en un alarde de transparencia informativa, en el discurso del presidente, el resumen ejecutivo y la nota de prensa emitida por la organización.

Tal comportamiento lleva a sospechar que admitir que la producción de maestros satura sobradamente la oferta laboral no ha debido ser una idea surgida del seno de la CRUE, sino, probablemente, una derivada de las conversaciones que la conferencia mantiene con una administración educativa consciente de una situación que le afecta directamente como empleador fundamental.

Esta circunstancia no sería nueva. Ya en 2010, el entonces ministro de Educación y expresidente de la CRUE, Ángel Gabilondo, declaraba que en España hay demasiados universitarios y que, por ello, se deben fomentar las formaciones profesionales y artísticas. Una reflexión presente hoy en el Gobierno, que ha añadido la Formación Profesional al nombre del Ministerio de Educación, con la intención de resaltar la importancia de esta modalidad educativa. El problema, añadía entonces Gabilondo, es qué futuro tiene esta proliferación de estudiantes universitarios con respecto «a su empleabilidad, a su productividad, y a las demandas de la sociedad». Una reflexión reiteradamente ignorada por la CRUE, obsesionada con mantener la actual estructura del sistema universitario.

“Al total de 14.700 maestros aportados anualmente al mercado laboral, y a los 145.500 de exceso, habría que añadir los formados en centros privados”

Merece la pena detenerse en analizar cómo el referido informe de la CRUE aborda el asunto de la saturación de maestros, cuyo apartado se denomina Titulaciones de Grado con demanda excesiva para sus expectativas de empleo. El paradigma de Maestro, como si fuera el único caso de graduados universitarios condenados al desempleo y al subempleo, lo que hace presumir que se trata de un reconocimiento hecho a regañadientes.

1.    Los datos son intencionadamente incompletos

De manera plenamente consciente, los datos concretos que aporta el informe sobre el número de egresados de magisterio se reduce a los titulados en centros públicos, lo que significa que al total de 14.700 maestros aportados anualmente al mercado laboral, a los 514.500 egresados de universidades públicas y a los 145.500 de exceso, habría que añadir los formados en centros privados, donde cursaban sus estudios por encima de 28.000 alumnos en el curso 2017-18, según la estadística oficial.

La CRUE no ignora los datos correspondientes a los centros de magisterio privados. Como precisa el informe, la presencia de la mujer en ellos es del 77,8 por ciento, y, por si quedara alguna duda, el texto agrega que la incorporación de los graduados de los centros adscritos a universidades públicas y especialmente de las universidades privadas (algo más del 12 por ciento de las públicas) «provoca un aumento de la capacidad docente que agudiza la brecha existente entre la demanda y la oferta de empleo de maestros que previsiblemente estaría afectando a la mitad de los egresados». Pero esta afirmación no se respalda con datos concretos.

2.    Posible causa de discordia en la CRUE

¿Qué podría explicar que, tras hacer el esfuerzo insólito de reconocer que sobran universitarios, la CRUE no ofrezca los datos completos y exactos de la situación para que el problema se pueda evaluar en toda su amplitud? Una posible explicación sería que las universidades privadas miembros de la organización no hayan estado de acuerdo con esta declaración. Los centros de magisterio privados, como las demás instituciones de este sector, compiten no solo entre sí, sino con los públicos en condiciones desiguales de precio, a costa de una dura pelea respaldada esencialmente por el prestigio de sus modelos de enseñanza. Esa discrepancia habría podido ser la causa de que se decidiera no detallar completamente los números para evitar posibles interpretaciones de los medios de comunicación al respecto.

3.    Una declaración sorprendente

El informe de la CRUE proclama un argumento que podría servir para justificar que no se utilicen los datos de los centros universitarios privados, aunque no se explicita así, y que era desconocido hasta el momento: «Para lograr un eficaz diseño de su oferta formativa, la universidad española y sus responsables institucionales deben atender a los informes que, tanto a nivel nacional como internacional, señalan la bipolaridad observable en los mercados de trabajo con la presencia de perfiles profesionales que evidencian un elevado nivel de dificultad para encontrar ofertas de cualificaciones que los satisfagan, frente a la saturación que presentan determinados perfiles formativos que, por una u otra razón, se ven abocadas a un desempeño profesional de subempleo».

Se refuerza esta declaración sorprendente al añadir que «la responsabilidad social que tienen los centros universitarios hace inasumibles conductas que excluyan esta problemática. Máxime si, como sucede con las universidades públicas, el origen de la financiación proviene del esfuerzo fiscal de los contribuyentes y usuarios de los servicios que ofrecen».

Llama la atención que este argumento, esgrimido como principio inexcusable, se aplique solamente al sector de los maestros y no a otros titulados como, por ejemplo, los periodistas, entre los que el paro registrado alcanza la cifra de 6.828, según la decimoquinta edición del Informe de la Profesión Periodística, que edita anualmente la Asociación de la Prensa de Madrid. Un dato coyunturalmente positivo, ya que es inferior a los 7.000 reseñados en el anterior informe, pero un 50 por ciento superior a los 4.546 parados que se contabilizaban antes de la crisis de 2008. 

“El informe de la CRUE no aporta oluciones para remediar el admitido exceso de maestros”

Quizá esta cantidad de periodistas parados se considere ínfima al compararla con los 145.500 maestros excedentarios previsto en el informe de la CRUE, y lo mismo puede ocurrir con otras profesiones (trabajadores sociales, fisioterapeutas, psicólogos…). En todo caso, desde que existen las facultades de periodismo, en 1976, se han titulado cien mil alumnos, sin contar los de comunicación audiovisual, que en buena parte pretenden ejercer el periodismo. En el lado opuesto, «las estimaciones sobre el empleo periodístico apuntan a un stock de 25.000 puestos de trabajo, dos tercios en tareas de redacción y un tercio en funciones de comunicación, gabinetes de prensa y asimilados» (Fernando González Urbaneja La monserga de la titulación obligatoria. Boletín APM Digital, 23-10-2018). «La asimetría entre titulados y ejercientes es abrumadora, y debería llamar a la reflexión. No soy de los que consideran que la universidad debe estar plenamente conectada con el mercado de trabajo, con las profesiones para las que prepara, pero tampoco puede vivir aislada de la realidad, por respeto a los estudiantes y al sentido común (…) Los estudiantes se matriculan en Periodismo para ser periodistas; si luego solo el 25 por ciento llegan a la profesión, algo está mal montado y convendría revisar el modelo, los incentivos y las advertencias», agrega el autor del artículo.

4.    Argumento engañoso

Es inevitable poner en evidencia otros argumentos utilizados por la CRUE para describir la magnitud del problema creado por la excesiva producción de maestros: «No es factible un desempeño profesional distinto a la actividad docente para el que la acreditación académica de Maestro pueda ser considerada de utilidad (…), ni tampoco puede ejercitarse la profesión de Maestro en sociedades distintas a la española (…) Puede afirmarse que el valor añadido que para la empleabilidad de un titulado universitario supone su formación se reduce al mínimo en el caso de los maestros cuando no desempeñan la función docente».

La primera de las afirmaciones cae por su peso, porque el subempleo abre innumerables opciones para desempeñar muy distintos puestos de trabajo sin relación alguna con la titulación de la persona; y la segunda no resulta cierta del todo, porque hay alumnos que hacen prácticas en otros países y consiguen trabajo; aunque hemos de admitir que esta posibilidad es muy reducida en el contexto general de la profesión docente.  

Para concluir, el informe de la CRUE no aporta soluciones para remediar el admitido exceso de maestros. No obstante, uno de sus autores, Juan Hernández Armenteros, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén, señaló que las soluciones pasan por subir la nota de corte, lograr acuerdos entre gobiernos regionales y universidades y, sobre todo, que el Ministerio se encargue de hacer un diagnóstico general para abordar esta situación (J.G. Stegmann. Los rectores advierten de que en España sobran más de la mitad de los profesores que se formanABC, 13-12-18). En resumen, que sean otros los que resuelvan un problema enquistado y al que la universidad no quiere poner remedio reduciendo su tamaño.

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