jueves,18 agosto 2022
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De 1 a 3 de diciembre, V Reunión Iberoamericana de Socioeconomía con eventos especiales abiertos

La informalidad sube el 60% en América Latina por la Covid y casi un 40% carece de protección social (SASE)

Jorge Luis Delgado Salazar, profesor de Económicas, Administrativas y Empresariales en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, de Ecuador
Del 1 al 3 de diciembre se desarrolla la V Reunión Iberoamericana de Socioeconomía, organizada por la Sociedad para el Avance de la Socioeconomía (SASE) y con algunos eventos especiales abiertos al público gratis. Uno de los ponentes expondrá que la informalidad laboral se elevó en media un 60% tras la pandemia de Covid en Latinoamérica, con casi 40% de los trabajadores no cubiertos por ningún régimen de protección o asistencia social, según datos de organismos internacionales como la OCDE. Es Jorge Luis Delgado Salazar, profesor de Económicas, Administrativas y Empresariales en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, de Ecuador. Ibercampus.es invita a otros ponentes que quieran compartir sus hallazgos envíen un resumen a redaccion@ibercampus.info

La informalidad es un problema muy complejo que presenta muchas causas y que puede mostrarse de distintas formas desde una esfera macro, como la no contabilización de las actividades productivas en las cuentas nacionales, hasta el ambiente más micro que radica en la composición intrínseca de los agentes informales.

Este fenómeno se presenta un mayor grado en regiones con menor desarrollo como es América latina, donde en media representa el 32% del PIB de los países de la región, considerando a países como Bolivia, Perú, Haití, El Salvador, y Guatemala con la mayor incidencia del sector informal, y otros como Chile con menor indicador, tal como se presenta en la figura 1.

Al inicio de la pandemia se implementaron medidas de confinamiento y de trabajo no presencial, donde los costos económicos de la aplicación no fueron los mismos para todos. Esta enfermedad mostró las desigualdades que presentan los países de América Latina, donde aquellos que ya poseían escasos ingresos previo a la aparición del virus ahora se encontraban mucho más afectados, debido a que en esta región los accesos son limitados, y pensar que todos pueden acceder a un trabajo virtual o que pueden tener educación en línea, que la tecnología es accesible para todos los habitantes es irrisorio y utópico (Dingel y Neiman 2020). Por lo que los más afectados fueron aquellos que se encuentran en los umbrales más bajos de ingresos, y que están muy ligados al trabajo informal.

Claramente, el impacto socioeconómico del COVID-19 ha sido mayor en América Latina que en cualquier otra región, desde las afectaciones en el número de fallecidos hasta los efectos económicos y pérdidas de trabajo (FMI, 2020). La informalidad laboral se elevó en media en un 60%, y el casi 40% de los trabajadores no cubiertos por ningún régimen de protección o asistencia social, hace que el impacto social en la región sea dramático (OCDE, 2020).

Desde el inicio de la pandemia todos los países de la región han sufrido una pérdida considerable de su población ocupada, sobre todo, en el periodo de los meses posteriores y cercanos al confinamiento como mayo y junio. El decrecimiento fue mucho más precipitado tanto en el empleo total como en la disminución de trabajadores que cotizan a la seguridad social. Se pensaría que esto provocó un incremento del empleo informal en estos periodos, sin embargo, este también decreció y su impacto fue mucho más profundo que el del empleo formal, debido a la poca capacidad de ajuste que poseen las unidades productivas informales frente a las formales (Figura 2).


Figura 2. Promedio de Empleo Formal e Informal en América Latina durante la pandemia del Covid 19.Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos de las encuestas de empleo de DANE (2020), INEC (2020), INEI (2020), INEGI (2020), INE (2020).

Ante la situación económica del Covid 19, los diferentes países latinoamericanos tomaron medidas para contrarrestar los efectos negativos sobre la pérdida de empleos tanto formales como informales. Entre estas medidas se efectuaron contribuciones a la seguridad social; países como Guatemala, Paraguay y El Salvador realizaron programas como la continuidad de la cobertura de la seguridad social para aquellas personas que perdieron sus trabajos y se encuentran en desempleo, y el diferimiento de pagos de la seguridad social. También, a favor de la protección del empleo, países como Colombia, Costa Rica, Guatemala y Honduras propusieron medidas como la creación de licencia remunerada compensable, modificación de la jornada laboral, concertación del salario, la implementación de una Ley de Seguridad Social que incluya a trabajadores por cuenta propia. Además, con la finalidad de buscar mejorar la liquidez de las empresas por el confinamiento y las limitaciones de generación de ingresos, países como Costa Rica, Guatemala y Perú implantaron programas como la extensión de los periodos de pagos de deudas financieras y de arrendamientos, promoción de financiamiento para Pymes, y créditos a bajas tasa de interés (BID, 2020).

Sin embargo, todas estas medidas fueron direccionadas al mercado laboral formal, pero no se focalizaron en la informalidad, considerando la predominancia de este fenómeno en los segmentos laborales de las economías latinoamericanas. Y es que en la región la informalidad es un medio de subsistencia que está ligado con los decrecimientos de la economía y con el aumento del desempleo, es decir, que la informalidad se tornó en otra forma de generación de ingresos para aquellos que perdieron sus empleos formales. Por lo que se aprecia en las medidas adoptadas por los países para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia, son muy escasas las políticas implementadas para disminuir la informalidad, justo en esa transición de los agentes que interactúan en el sector informal hacia uno formal, donde se contemple un empleo adecuado que respete los derechos de los trabajadores sujetos a la legislación laboral.

Las políticas entorno a la disminución de la informalidad no pueden ser generalizadas o replicadas en un país y en otro de América Latina; cada una de las naciones tiene su propio contexto. Y estas políticas no puede ser contradictorias entre sí, por una parte, el querer formalizar los negocios y, por otra, regularlos para generar mitigar el empleo informal. Las políticas deben estar focalizadas en las características de los agentes informales, y las medidas macroeconómicas para contrarrestar los efectos de las crisis económicas.

Jorge Luis Delgado, MSc., PhD.
Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Empresariales 
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.


Bibliografía:

-BID (2020). Un año de Covid-19 en América Latina: ¿cuál es la magnitud de la crisis laboral? Observatorio Laboral Covid-19.
-DANE (2020). Gran Encuesta Integrada de Hogares.
Dingel, J. I., & Neiman, B. (2020). How many jobs can be done at home?. Journal of Public Economics, 189, 104235.
-FMI (2020), World Economic Outlook, October 2020, International Monetary Fund.
-INEC (2020). Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo.
-INE (2020). Encuesta Nacional de Empleo.
-INEGI (2020). Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
-INEI (2020). Encuesta Permanente de Empleo.
-OECD (2020). Informality and employment protection during and beyond Covid-19: good practices and the imperative of universal safety nets, OECD Publishing.
Schneider, F. (2017). Shadow Economy around the World: New Results for 158 Countries over 1991-2015. Department of Economics Johannes Kepler University of Linz, pp. 3-32.

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