jueves,18 agosto 2022
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Diarios internacionales añaden el desafío independentista

La prensa resalta la línea de renovación apuntada por Felipe VI

Redacción
Los diarios impresos españoles coinciden en resaltar con diversos matices en sus primeros titulares y editoriales la línea de renovación de la Monarquía apuntada por Felipe VI en su discurso, en algunos casos vinculadas a valores de integridad. honestidad y transparencia. También la prensa internacional, aunque en algunos casos añadiendo a sus destacados el desafío independentista.

La prensa nacional concede una cobertura extraordinaria, según los principales resúmenes, a la proclamación de Felipe VI como Rey de España, reservada para ocasiones históricas, como destacan desde La Moncloa. Así, EL PAIS titula a toda página en su portada "Una Corona íntegra, honesta y transparente", bajo una fotografía de la familia real saludando en el balcón del Palacio de Oriente. En páginas interiores da cuenta del discurso del Rey, "bien recibido por la mayoría de las fuerzas políticas". El diario recuerda que "la familia del Rey tiene causas judiciales pendientes", que "la Infanta Cristina quedó relegada de la proclamación", y considera que "Madrid acogió con indiferencia" la proclamación de Felipe VI.

EL MUNDO, que escoge para su portada la foto de los nuevos Reyes saludando desde su Rolls-Royce descubierto, destaca: "El Rey marcó su hoja de ruta en el Congreso. Una Monarquía renovada para un tiempo nuevo". "El joven Rey convoca al país a la modernidad", añade en páginas interiores, con un "proyecto integrador para un país nuevo". El diario también considera que "los partidos se ponen de perfil" puesto que "destacan la normalidad del acto sin profundizar en el mensaje regenerador". "Mas y Urkullu -añade EL MUNDO- muy fríos con el nuevo Rey".

ABC titula en su portada: "Felipe VI, Rey", para destacar en páginas interiores que "España aclama a Felipe VI", que defendió una Corona "íntegra, honesta y transparente". EL diario destaca, además, "la indiferencia de Mas y Urkullu" ante el discurso real, y se detiene en "los gestos" que inauguran la nueva etapa de Felipe VI: "Las muestras de cariño protagonizaron los principales actos del relevo dinástico". "Madrid se echó a la calle", concluye el diario.

"Felipe VI de España", titula LA RAZÓN en portada. En páginas interiores: "Felipe VI quiere una España unida y diversa donde cabemos todos". "Ovación de todos a la Reina madre"; "Unidad en el elogio al mensaje"; "Mas niega el aplauso"; "La sociedad arropa al Rey", "Las víctimas del terrorismo abren la agenda real", son otros de sus titulares destacados.

Los diarios catalanes llevan la coronación de Felipe VI a sus portadas. "Un Rey para un tiempo nuevo" titula LA VANGUARDIA a toda página en su portada, para añadir en páginas interiores: "El más alto del reino. Don Felipe adapta su trayectoria como príncipe a su papel como rey"; "Felipe VI, dispuesto a escuchar". Sobre la presencia del presidente de la Generalitat en el acto celebrado en el Congreso, el diario señala: "Mas se mantiene a la espera: `El Rey es nuevo, pero el discurso no´". EL PERIÓDICO titula: "El compromiso del Rey Felipe VI con los ciudadanos: una Corona íntegra y honesta". "El Monarca aboga por una España unida y diversa"; "El wait and see de Mas: El jefe del Ejecutivo catalán -añade el diario- muestra con gestos y palabras su escepticismo ante la discurso del Rey".

Los diarios económicos también destacan la entronización de Felipe VI. CINCO DIAS destaca en portada: "Un Rey nuevo para una España unida y diversa". EL ECONOMISTA titula, por su parte, "Felipe VI defiende una unidad de España, sin `uniformidad´".

La prensa internacional destaca los "desafíos" 

Los diarios internacionales informaban ayer en sus ediciones digitales de la proclamación de Felipe VI, destacando los retos a los que tendrá que hacer frente durante su reinado, entre los que citaban, además de la crisis económica, el "desafío" independentista de Cataluña.TheNew York Times señalaba que al proclamación del Rey de España se había realizado en un acto "sin pompa" por la crisis y en un clima de esperanza entre los monárquicos de que su reinado abra una nueva etapa de estabilidad para la Corona, "asediada" en los últimos tiempos por una "serie de escándalos", entre los que citaba la cacería de elefantes en la que Don Juan Carlos se fracturó la cadera en 2012.

"Felipe VI promete una monarquía renovada", titula el británico TheGuardian, que resalta del discurso del Rey su preocupación por las consecuencias de la crisis económica y su llamada a la unidad de España. El rotativo británico también destaca la austeridad del acto de proclamación del nuevo monarca y recuerda la pérdida de popularidad sufrida por Don Juan Carlos en la etapa final de su reinado. En ese sentido, destaca que Felipe VI señaló la necesidad de "rejuvenecer" la Corona y de ser un modelo de comportamiento ejemplar.

El francés Le Monde destaca la apuesta de Felipe VI porla "unidad de España" y una Monarquía "renovada". El alemán FrankfurterAllgemeine señala, entre otros aspectos, la intención del Rey de estar más cerca de los ciudadanos y de ser ejemplar en su comportamiento, además de sus palabras de su defensa de la unidad de España y sus palabras de solidaridad con los parados y las víctimas del terrorismo.

Primeros editoriales de la prensa

Felipe VI marcó su impronta con la sobriedad y aconfesionalidad en las ceremonias (EL PAÍS): El rey que habló ayer en el Congreso y saludó después en las calles trata de convertirse en el eslabón que engarza la importante labor de sus padres con el compromiso de servir fielmente a la Constitución: una persona que se ofrece para ayudar, sabiendo que todos sus actos políticos necesitan el refrendo del Gobierno. Felipe VI se abstuvo de mencionar conceptos como "regeneracionismo" o segunda Transición, aunque sí expresó su deseo de "acrecentar el patrimonio colectivo de libertades y derechos" y "revitalizar nuestras instituciones". Nadie esperaba la unanimidad: minorías como Izquierda Plural se negaron a asistir a la proclamación, y Artur Mas se apresuró a manifestar su insatisfacción con el discurso. El Rey marcó su impronta con la sobriedad y aconfesionalidad en el desarrollo de las ceremonias. La sombra del exceso de celo policial para impedir cualquier expresión pública de republicanismo no empaña la corrección, tranquilidad y respeto manifestado en las calles. Fueron positivos en el discurso tanto la claridad del mensaje, que no reivindica unos poderes políticos de los que carece, como el impulso para crear el ambiente institucional y emocional en el que sean posibles iniciativas de reforma y grandes acuerdos. Un rey designado exactamente como la Constitución dice se encuentra ahora en el primer plano de la escena política. Con todo el terreno por delante para animar a que España salga del estancamiento. 

Los partidos e instituciones deben acompañar al nuevo Rey en la regeneración de España(EL MUNDO): El Jefe del Estado inició su reinado de forma valiente, exponiendo ante las Cortes Generales sus convicciones sobre las exigencias específicas de la Corona en la actualidad, así como su voluntad personal de trabajar y esforzarse para que los españoles se sientan orgullosos de la institución. Don Felipe asume implícitamente la autocrítica por los errores cometidos y el papel de impulsor de los cambios que necesita el país. En su primer mensaje a "una gran nación", Felipe VI dejó claro que, lejos de aspirar a ser un mero continuador de la dinastía que representa, está decidido a imponer su propio rol. Don Felipe sabe que España atraviesa un momento crucial en su Historia. Por ello pretende consolidar la Monarquía parlamentaria del siglo XXI sobre bases sólidas. En consonancia con su mensaje de transformación y renovación, hizo varios guiños al relevo generacional que significa el inicio de su reinado, así como a la necesidad de implicar y dar protagonismo a la sociedad en los retos colectivos. El primer mensaje de Felipe VI a la nación fue ambicioso y audaz. Ni los presidentes catalán y vasco ni los diputados y senadores de CiU y PNV aplaudieron al nuevo Rey. Descontada la antipatía de los nacionalistas, tanto la reacción en el Congreso como el profundo afecto demostrado por los ciudadanos a la nueva Familia Real en las calles y frente al Palacio de Oriente, prueban que la Monarquía renovada de Felipe VI es un relevo bien recibido. Todos los partidos e instituciones deben poner de su parte y acompañar al Monarca en una decidida apuesta por la regeneración institucional y política de España. 

La monarquía parlamentaria ha traído a España un régimen de libertades (ABC): Es notorio que los ciudadanos se volcaron en las calles con los nuevos Reyes y que ninguna minoría ruidosa ha sido capaz de deslucir unos actos que reflejan el orgullo legítimo de los ciudadanos por nuestra Monarquía parlamentaria. Don Felipe VI pronunció un discurso excelente, cuyo mensaje central es la idea de "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo". No hay que dar mayor trascendencia al deseo de buscar protagonismo por parte de los presidentes de comunidades gobernadas por los nacionalistas, incapaces de asumir plenamente su deber institucional y obligados por las circunstancias a hacer guiños a los radicales. Tampoco merece mayor comentario la ausencia injustificable de algunas minorías de izquierda, que desconocen las lecciones de la historia y no quieren asumir que la Monarquía parlamentaria es precisamente la que les permite ostentar la condición de diputados y senadores en la medida en que ha traído a España un régimen de libertades. Al margen de lo institucional, la opinión pública percibió también las muestras de cariño familiar expresadas de forma natural y espontánea a lo largo del día por las diferentes generaciones de la Familia Real. Una vez más, la Monarquía demostró ayer que está plenamente enraizada en la historia, la cultura y la sociedad españolas, como garantía de la unidad y permanencia del Estado y de la nación. 

La actitud de Mas fue un desaire a todos los españoles (LA RAZÓN): El discurso de Felipe VI fue diáfano, directo, esperanzado, sereno y tan generoso en los agradecimientos como exigente en los compromisos. Un gran discurso en el que reivindicó la grandeza y la garantía de futuro de ese proyecto colectivo de convivencia llamado España. Felipe VI no pudo ser más transparente y taxativo sobre el modelo de Estado, porque es el mismo que el de la Constitución. Es natural que a los presidentes autonómicos de Cataluña y del País Vasco no les satisficiera, porque nada les complace salvo sus objetivos de ruptura. En todo caso, la disensión no justifica la descortesía. La actitud disciplente de Iñigo Urkullu y Artur Mas no sólo fue una falta de respeto institucional, sino un desaire a todos los españoles. Sería temerario demandarle una actuación providencial, pues su función es la de garante de la estabilidad que las leyes atribuyen a la Monarquía parlamentaria. Bajo su reinado será preciso abordar las reformas legales y constitucionales precisas, que no sólo vendrán impuestas por los desafíos a los que se enfrente la propia nación sino también por la inevitable consolidación de una Unión Europea que cada vez demandará más poder de decisión política y social a sus socios nacionales. Felipe VI representa mejor que nadie a esa generación de españoles que ha crecido en la democracia y se ha formado con el respeto a las libertades y los derechos de todos, y que no desconoce las responsabilidades que debe asumir. 

Discurso del agrado de la ciudadanía (LA VANGUARDIA): El discurso de Felipe VI era esperado en un clima expectante. El nuevo Monarca hizo una declaración de principios inequívoca, del agrado del conjunto de la ciudadanía, por lo que tiene de reivindicación de la ética como brújula de su actuación. Desde Cataluña, algunos agentes políticos esperaban que el discurso inaugural de Felipe VI transmitiera una declaración política que resolviera en este sentido, aun admitiendo el tono formal, comedido y cauteloso que caracterizó el discurso, que esa misión corresponde al Gobierno más que al Rey. Una idea que estuvo muy presente también en todo el discurso es la del nuevo Rey llamando a todos a participar en "una mayoría renovada para un tiempo nuevo". Un tiempo en el que el conocimiento, la cultura y la educación deben ser cruciales; y en el que habrá que afrontar los retos de la preservación del medio ambiente. Y en el que, por tanto, y así lo dijo el Rey, se requerirá un profundo cambio de muchas mentalidades españolas. 

Felipe VI necesita colaboración para encontrar vías de diálogo y compromiso (EL PERIÓDICO): Felipe pronunció un discurso extenso y bien trabado en el que combinó referencias clásicas de exaltación de España, los logros conseguidos en los 35 años de democracia y la apelación a la unidad dentro de la diversidad, con unas pinceladas de los problemas presentes y retos futuros a los que los españoles, y la Corona en particular, deberán hacer frente. Había expectativas por saber si el Rey utilizaría las lenguas cooficiales en algún momento para dar un paso más en el reconocimiento explícito de la España diversa y pluricultural a la que se refería. Fuera de las referencias a la cuestión plurinacional, el nuevo Rey se mostró más cómodo y explícito en otros temas candentes. Un buen discurso pese a la contención a la hora de abordar la mayor cuestión que el Estado tiene sobre la mesa. Felipe necesita tiempo para ejercer su labor mediadora y arbitral y precisa de la colaboración de quienes sí tienen las competencias y la responsabilidad para encontrar vías de diálogo y compromiso. España inicia una segunda transición y nadie puede esperar que el nuevo Rey la protagonice en solitario. 

Una Corona preparada para el futuro (CINCO DÍAS): El discurso de Felipe VI deja entrever la vocación integradora del nuevo monarca, que se muestra firmemente decidido a ejercer de eslabón fuerte de una cadena histórica, política y cultural de cuya solidez depende la prosperidad del país. La hoja de ruta que dibuja este primer discurso del Monarca muestra su intención de mantenerse en decidido contacto con la realidad económica y social que vive España. Desde el mundo de la empresa se ha acogido con satisfacción el discurso de un monarca que ha resaltado con firmeza, como uno de los grandes desafíos de España, la necesidad de impulsar las nuevas tecnologías, la ciencia y la investigación, así como la iniciativa empresarial. La Corona está llamada a desempeñar un papel de unidad y de integración, pero también de representación de los valores que comparte la sociedad española. Una ambiciosa y difícil labor para la cual el hoy monarca más joven de Europa ha sido larga, exhaustiva y profundamente preparado.

El Rey hizo un discurso completo, emotivo y valiente (EL ECONOMISTA): Felipe VI no eludió hablar de ningún tema, algunos delicados como los casos de corrupción que han dañado la imagen de la Corona y que don Felipe tiene ahora como reto recuperar. En un tono cordial y sereno, Felipe VI dio un paso más a favor de la unidad de España y dejó claro que está dispuesto a escuchar a Urkullu y a Mas, aunque se ceñirá a una Constitución sólo reformable desde el consenso. Su discurso fue un mensaje cercano, cargado de optimismo y confianza en una España con futuro. Don Felipe no es don Juan Carlos. Pero en su equipo no pueden faltar aquellos valores que hicieron a muchos españoles serjuancarlistas. Don Felipe es consciente de que debe seguir la estela de su padre apoyando la internacionalización de nuestras empresas, tender puentes y colocar a España en el siglo XXI. Con Felipe VI empieza una nueva etapa. Está en manos del monarca que España sea ahora felipista

Valoraciones de políticos y periodistas

Han sido destacadas por la prensa otros ocho artículos firmados por figuras del Gobierno y el PP en LA RAZON y cinco de la oposicion en EL PAIS, además de otras de periodistas en los diversos medios:

Felipe VI, un valor seguro(Alberto Ruiz-Gallardón LA RAZÓN): Será un extraordinario titular de la Corona, capaz de agrandar todavía más el inmenso legado que hoy recibe de su padre.

Gran Rey (Jorge Fernández Díaz): Cuenta nuestro Rey, sobre todo, con un profundo conocimiento de los españoles, de sus ilusiones y sus preocupaciones, que nace de su admiración y amor por España.

El primer soldado y marino (Pedro Morenés) El Rey Don Felipe VI nos permite mirar al futuro con ilusiones renovadas y la certeza de la continuidad de una institución fundamental para la paz y la concordia entre todos los españoles.

El más alto capitán (José Manuel García-Margallo): Antes de esa nueva travesía que ahora comienza, ningún océano le es ajeno a Don Felipe.

Garantía de prosperidad(José Manuel Soria): Felipe VI será el Monarca mejor preparado de la historia de España y, como lo ha sido su padre, será el mejor embajador de España en el resto del mundo.

Un Rey constitucional (María Dolores de Cospedal): Su misión será que todo un país se sienta impelido en la misma dirección y sustentado en la fuerza motriz que supone un futuro compartido.

El pueblo junto a Felipe VI (José Antonio Monago): Ser leal a la Carta Magna puede ser también apostar por su reforma, pero siempre en los cauces expresamente delimitados en el texto constitucional, sin atajos ni rupturismos.

Responsabilidad y prudencia (Federico Trillo-Figueroa Martínez-Conde): Don Felipe ha sido educado en su familia en el sentido del deber.

El interés de la gente frente al de unos pocos(Cayo Lara EL PAÍS): El deterioro del sistema bipartidista y de la Monarquía ha servido para acelerar la tramitación de una improvisada ley orgánica de abdicación.

Es el relevo, es la democracia (Rosa Díez EL PAÍS): La forma del Estado no es tan importante: lo que importa es la calidad del sistema.

La regeneración y la cuestión catalana(Josep Antoni Duran Lleida EL PAÍS): Las cuestiones políticas principalmente las deben afrontar los políticos y no dejar que sean los reyes quienes las resuelvan.

Prisas, Borbones y Austrias(Aitor Esteban EL PAÍS:) La presencia en el juramento de su cargo ante las Cortes con uniforme militar no es un buen comienzo.

El mundo que le espera a Felipe VI(Javier Solana EL PAÍS): El nuevo rey será la gran figura que represente a España en el exterior.

Una oportunidad perdida(Antonio Caño EL PAÍS): Las cualidades de don Felipe exceden con mucho a la calidad de su discurso ante las Cortes.

La mirada de un Rey (Bieito Rubido ABC): Felipe VI mantiene todos los principios de la democracia que ayudó a construir su padre.

Compromiso y regeneración (Francisco Marhuenda LA RAZÓN): La Corona quiere ser ejemplar y transparente al servicio de todos los españoles.

Un rey renovador (Marius Carol LA VANGUARDIA ): Felipe VI fue prudente en extremo al referirse a la cuestión territorial, aunque será uno de los retos de su reinado.

Felipe VI, ante un país incrédulo(Enric Hernández EL PERIÓDICO ): El principal desafío del rey Felipe VI es ganarse el favor de una ciudadanía que a golpe de crisis económica y desengaño político se ha vuelto escéptica.

Un discurso natural(Soledad Gallego-Díaz EL PAÍS): No tiene sentido que se reproche al discurso falta de contenido o impulso político en el tema del ordenamiento territorial, porque de eso precisamente se trata.

Un discurso inolvidable (F. Jiménez Losantos EL MUNDO): La forma de hablar, de emocionarse al hablar de su madre, fue electrizante para el que se siente español.

Semántica de regeneración (Ignacio Camacho ABC): El discurso inaugural tuvo una caligrafía política moderna y una clara semántica de ejemplaridad reformista.

Un Rey para el siglo XXI(José María Carrascal ABC): Sentirnos orgullosos de nuestro Rey significaría que estamos orgullosos de nosotros.

Un Rey en Estado de democracia(Pilar Ferrer LA RAZÓN): España estrena un nuevo Rey arropado por su pueblo en una de las horas más felices que ha vivido la Monarquía española.

Comprometido con España(Joan RosellLastotras LA RAZÓN): Los empresarios tenemos puesta nuestra confianza en el nuevo Rey y le ofrecemos nuestra lealtad y colaboración.

El paisaje humano(Fernando Ónega LA VANGUARDIA): En la recepción se empezó a ver el cambio; había menos viejo régimen y más nuevas generaciones, más sociedad civil.

Ese era el discurso (José Antonio Zarzalejos LA VANGUARDIA): Desconoce Mas que el Rey no puede pronunciarse sobre los fundamentos dogmáticos de la Constitución.

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