jueves,18 agosto 2022
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Piden Ley de Mecenazgo con mejoras fiscales

Las empresas intentan cubrir el vacío en ayudas a los pobres tras crecer la desigualdad

Redacción
Las empresas intentan cubrir el vacío dejado por gobiernos, cajas y organizaciones no gubernamentales (ONGs) en programas de ayudas a los pobres. En España, empresas y grandes fortunas espera una nueva Ley de Mecenazgo con mejor fiscalidad para las microdonaciones, mientras la desigualdad crece en el mundo, sobre todo en los EE.UU y Gran Bretaña, cuyo modelo se extiende a toda Europa.

El año pasado, el 1% o de los estadounidenses se llevó a casa el 22% de los ingresos de la nación, y el 0,1% de los más ricos hasta el 11%, dice  Stiglitz en un articulo publicado esta semana en el New York Times. Añade que el 95% de todas las ganancias e ingresos desde el 2009 han ido a la parte superior del 1%, despues de que las cifras del censo recientemente publicado muestren que el ingreso promedio en Estados Unidos no se ha movido en casi un cuarto de siglo. El americano típico gana menos que hace 45 años tras ajustar la inflación, y quienes se graduaronen la escuela secundaria pero no tienen un título universitario ingresan casi el 40% menos que hace cuatro décadas.

Ese y otros economistas recuerdan que la desigualdad en los EE.UU comenzó su auge hace 30 años, junto con la disminución de impuestos para los ricos y la flexibilización de las regulaciones en el sector financiero y ha empeorado por no invertir lo suficiente en infraestructuras como educación, salud y  redes de protección social. Stiglitz opina que ese aumento de la desigualdad se refuerza por la corrupción del sistema político y la gobernabilidad democrática, en tanto Europa parece muy deseosa de seguir el mal ejemplo de los Estados Unidos con el abrazo de la austeridad desde Gran Bretaña a Alemania, dando lugar a altas tasas de desempleo, caída de los salarios, etc. Pero una Angela Merkel recién reelegida en Alemania y Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, sostienen que los problemas de Europa son el resultado de un gasto social hinchado, pese a que esa idea sólo ha llevado a Europa a la recesión e incluso la depresión y desgobierno y desigualdad pasan factura y expanden algunos incendios.

Contexto español

Ese es el contexto en que empresas y grandes fortunas intentan cubrir el vacío y esperan beneficios fiscales. Mientras que en EE.UU los beneficios fiscales de la filantropía son del 100%, en Brasi del 85% o en Francia del 60%, en España oscilan entre el 15% y el 25%, llegando en alguna comunidad autónoma al 31%, de manera que mientras el 95% de la población anglosajona dona habitualmente y en España tan solo lo hace el 11% de forma continua y el 21% lo hace esporádicamente”, según Catalina Parra, fundadora y copresidenta de Philantrophic Intelligence. Diego Hidalgo, uno de los mayores filántropos y accionista de EL PAIS, que hoy publica un reportaje sobre los nuevos filántropos, también aboga por esta rebaja fiscal.

“Este giro que se está produciendo en el concepto de filantropía en España se traduce también en un mayor seguimiento del dinero que se dona. Así, por ejemplo, Telefónica trabaja en el proyecto Proniño con alianzas con ONG locales de América Latina y está obteniendo resultados extraordinarios en la erradicación del trabajo infantil. Es el caso de ENDESA, que, con ONG brasileñas, ha desarrollado el proyecto de reciclaje de basuras para reducir la factura de la electricidad. Ha sido un proyecto ingente que ha premiado Naciones Unidas porque ha supuesto poner de acuerdo a mucha gente para obtener ahorros importantes”, explica el profesor Garralda.

Otras compañías como Accenture, Iberdrola o Repsol participan en proyectos de similar calado. También entidades financieras como La Caixa, BBVA o Banco Santander, que además se están involucrando en la realidad de la sociedad, como ha hecho El Corte Inglés en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela.En BP existe el programa Employee Matching Fund por el que sus empleados de cualquier lugar del mundo pueden conseguir que la compañía iguale sus contribuciones filantrópicas (BP aporta hasta un máximo de 5.000 dólares al año por empleado). En España, su última iniciativa en este sentido fue con motivo del terremoto de Lorca.En esta misma línea filantrópica, Infojobs ha diseñado las jornadas Prepárate, en las que profesionales de recursos humanos y de coaching ayudan de forma individual y desinteresada a otras personas a buscar empleo, potenciar sus habilidades y fortalezas y canalizar sus ideas de negocio. Prepárate se celebra en Barcelona, en Madrid y en Galicia.

Dice tambien el citado reportaje de EL PAIS que, así, la aportación de 20 millones de euros a Cáritas por parte del fundador del Grupo Inditex, Amancio Ortega, ha supuesto un antes y un después en el interés del colectivo empresarial por la filantropía. “Es una tendencia nueva provocada porque, con la crisis, el Estado de bienestar se resquebraja, las cajas desaparecen y queda un vacío enorme que está siendo soportado por las familias y comienzan a llenar las empresas privadas, formando alianzas con las ONG, conscientes de que han de involucrarse en los problemas de la sociedad. Dichos acuerdos están permitiendo que los proyectos filantrópicos tengan, además, continuidad en el tiempo”, apunta Joaquín Garralda, profesor de estrategia y RS de IE Business School. España se sitúa entre los cinco primeros a nivel mundial en acudir a la llamada de las catástrofes, aunque el problema es su continuidad. “

Para Antonio Renom, consejero delegado de Levante Capital Partners, “la filantropía en su concepción anglosajona es necesaria para la comunidad y está basada en la satisfacción por aportar. En EE UU, país en el que las donaciones filantrópicas representan el 2% del PIB, instituciones de prestigio internacional como el Metropolitan Opera, por ejemplo, basan gran parte de su presupuesto en ellas”.

Ejemplos de filántropos

“Hay que dar ejemplo a través de los hechos para que otros muchos se sumen a la iniciativa y hagan las cosas por compromiso, no porque nadie les obligue”, apunta Juan Roig. Y añade: “Es así como se genera orgullo de pertenencia a tu comunidad y se puede motivar a que otros te sigan. Hablo de compromiso porque es responsabilidad de toda la sociedad participar en su bienestar. Esta solidaridad productiva contribuye a que la sociedad se sienta orgullosa de sus empresarios”.

En el marco de los hechos de que habla Roig se sitúa su programa Lanzadera, que pretende “apoyar el desarrollo de un ecosistema emprendedor y contribuir a implantar modelos económicos productivos que sirvan de referencia a otros”, y al que destina cuatro millones de euros, de los que tres se dirigirán a proyectos emprendedores. Una iniciativa que se suma a su aportación personal de 16 millones de euros anuales y al apoyo a start-ups que lleva a cabo desde 2008, desde el fondo de capital semilla Angels Capital, con casi 12 millones de euros hasta ahora.

También el empresario Alberto Cortina y Elena Cué han creado con fondos propios el comedor invisible desde el que ayudan a 75 familias españolas, derivadas por los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid, que se enfrentan a la pérdida de empleo de todos sus miembros. Un programa que supone entregar cestas de compra a domicilio, de forma anónima. Además han puesto en marcha el proyecto Apadrinar a una persona para que reciba todos los meses la cesta de la compra cuyo coste para el padrino es de 120 euros por persona y mes o de 1.440 euros al año. Padrinos como Alfonso Cortina de Alcocer, Myriam Lapique de Cortina, Cristina Valls Taverner, Lucrecia Botín o Juan Manuel Soto son ejemplos de esta nueva filantropía, cuya máxima es que cada uno tiene la obligación moral de ayudar a los demás en la medida de sus posibilidades.

Al igual que en Madrid hoteles de cinco estrellas y diferentes cadenas de restauración participan en el programa ALPAN, gestionado por el Rotary Club de Madrid, por el que distribuyen cada día alimentos para comedores sociales. “Colaboramos los lunes en un comedor social con capacidad para 50 personas”, explica el director del hotel Wellington, José Rodríguez Tarín, “y repartimos unos 2.600 menús al año. Para comedores sociales y otras acciones puntuales destinamos 200.000 euros en 2013”, agrega.

“Las grandes fortunas están saliendo de su tradicional anonimato porque están llevando a cabo un mayor seguimiento del destino de su dinero con el fin de evitar casos como el de recaudar fondos para una escuela en África y que luego no haya profesores y se deje abandonada. Y debido también a una cierta evolución hacia el modelo estadounidense, donde hay clubes de filántropos que se sienten orgullosos de ayudar”, concluye Garralda 

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