Los investigadores han creado un algoritmo que genera fricción mediante voltaje a un nivel parecido al que se siente al tocar un objeto. De este modo, el sistema engaña a la percepción del usuario. "Si podemos estirar la piel del dedo artificialmente mientras toca la pantalla, el cerebro creerá que está tocando un bulto real, incluso cuando la superficie es completamente lisa", ha explicado el director de Disney Research, Ivan Poupyrev.
Para ello fue necesario averiguar la cantidad exacta de voltaje que necesita el tacto para sentir los objetos. Asimismo, también han conseguido hacer representar imágenes estáticas, objetos en movimiento o modelos proyectados en una pared, lo que se puede ampliar con una cámara que genera un modo de realidad virtual.
"La interacción táctil es ya común en tablets, smartphones e incluso ordenadores sobremesa, así que diseñar algoritmos que pueden convertir el contenido visual en sensaciones táctiles creíbles tiene un inmenso potencial para la experiencia del usuario", expresó Poupyrev.