La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), como se hace llamar el banco malo, explicó ayer que no participará en el fondo de vivienda social, porque sus inmuebles tendrán un valor neto contable mínimo de 100.000 euros, lo que hace "bastante improbable" que entren en la categoría de social.
La presidenta de la Sareb, Belén Romana, aseguró ayer que las viviendas se venderán en el momento y al precio que consideren "óptimos" e insistió en que su objetivo es "maximizar el valor" de los activos inmobiliarios. "Nuestro objetivo es vender los activos inmobiliarios al precio adecuado en el momento oportuno. Nuestro interés no es destruir el mercado", aseguró en su primera comparecencia desde que asumió el cargo. Romana apuntó que la Sociedad prevé colocar los activos en el mercado mayorista. Asimismo, insistió en que la Sareb tiene "una estructura de capital sólida, con unos precios de los activos razonables" por lo que no contempla un escenario de pérdidas.
Romana lamentó que la Sociedad haya nacido con el "estigma" del ´banco malo´ y apuntó que se trata de una "buena sociedad" que gestiona activos, que también "son buenos". Asimismo, incidió en que no es un banco, por lo que no aprobará operaciones de financiación y se limitará a alargar los plazos de determinados préstamos.
La Sareb tendrá limitaciones en el pago de dividendos a sus accionistas, que estará condicionado a la amortización de la deuda sénior y al pago de la retribución de la deuda subordinada de la entidad. Los consejeros de la Sareb no podrán recibir un sueldo mayor que el de las entidades españolas que han recibido ayudas públicas.
