jueves,18 agosto 2022
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Del 80% al 100% de los informadores, expuestos a cubrir algún evento traumático

Los periodistas de ANIS ven cerca la próxima pandemia y urgen cuidar su salud mental, tras sentirse reforzados pero afectados por la Covid

La salud mental de los informadores sanitarios se ha visto seriamente perjudicada, tras estos duros meses, y debe ser un aspecto que ha de tenerse en cuenta para lograr un periodismo de calidad, que se ha visto revalorizado por la Covid, según la valoración de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS)., que dice ver cerca la próxima pandemia. También afirma que entre el 80 y el 100% de los periodistas estarán expuestos a cubrir algún evento traumático

La crisis sanitaria producida por la covid-19, una enfermedad con origen zoonótico, hacía tiempo que estaba contemplada como posible por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, a pesar de todos los avisos, la pandemia ha supuesto un importante reto en numerosos aspectos, y la comunicación de la crisis ha sido, sin duda, uno de los más destacados.

Los expertos no dudan en señalar que esta no será la última crisis a la que nos tendremos que enfrentar y que la próxima pandemia está cerca. Por eso, extraer conclusiones de lo que se ha hecho bien y mal, hablando desde el campo de la comunicación, puede ayudar en el futuro cercano. “Parte de los problemas en comunicación de crisis durante la pandemia han estado originados en no haber elegido el registro correcto. Se optó por una comunicación política cuando era necesaria una comunicación de emergencia, no centrada en convencer de la conveniencia de las medidas, sino dedicada a la transmisión de información”, explicó Francesc Pujol, de la Universidad de Navarra.

Otro de los problemas que se tuvieron que afrontar durante la crisis fue la desinformación, un fenómeno que ya se apuntaba con anterioridad, pero que alcanzó grandes cotas durante los peores meses de la pandemia, como no dudó en explicar Myriam Redondo, responsable de VerificaRTVE. “Pudimos ver todos los tipos de desinformación, desde el buen samaritano que comparte algo que no es cierto con buena intención, hasta campañas sofisticadas y planificadas para hacer daño. También vimos la aparición en España de agitadores, una figura que no estaba muy presente en nuestro país.”

En este contexto de desinformación, la función de los medios de comunicación tradicional se ha visto ampliamente reforzad a pesar de que con anterioridad esos medios estaban fuertemente cuestionados y se planteaba la necesidad de planificar estrategias que ayudaran a revitalizarlos. “Hemos vuelto a los medios tradicionales en todas las capas sociales. Les hemos devuelto a los mass media la autoridad periodística, y así se ha visto que hasta el 65% de la población los usaba para contrastar información. Esto de volver a creer en los medios se ha producido en todas las edades, incluidos los más jóvenes. Se ha visto que ante la avalancha informativa que muchos no eran capaces de gestionar, la necesidad de orden, rigor y filtro se lograba gracias a la función de los medios tradicionales, que servían para discernir qué era lo correcto”, recalcó José Carlos Losada, profesor de Periodismo de la Universidad de Murcia.

Entre el 80 y el 100% de los periodistas estarán expuestos a cubrir algún evento traumático a lo largo de sus carreras. No solo informando de primera mano, sino también revisando imágenes o entrevistando a testigos. El Instituto Reuters realizó un informe avisando de la importancia de disminuir la presión bajo la cual están trabajando los periodistas. La pandemia de covid-19 ha supuesto un fuerte impacto para el sector: hasta el 80% de los periodistas han reconocido sufrir alguna reacción negativa por cubrirla y un 70% afirma padecer de angustia psicológica.

Todo esto se une a las condiciones de un colectivo de riesgo y cuya salud mental ya estaba en un estado muy precario, como explicó Santiago Gascón, investigador del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza, que antes de la pandemia realizó un estudio con periodistas para ver cómo afectaba el desempeño de la labor profesional a su salud mental. “Hasta un 44,4% de esos periodistas sufría de agotamiento emocional y un 19% de despersonalización. La sobrecarga de trabajo, la falta de recompensas o el conflicto entre los valores propios y los de la empresa eran los principales factores que influían en la primera, mientras que en la despersonalización los más significativos eran el conflicto de valores y el bajo reconocimiento.”

Pero como los números son fríos y no siempre sirven para que podamos entender toda la magnitud de una problemática compleja, durante el congreso de ANIS se contó con el testimonio de tres profesionales de reconocido prestigio que explicaron cómo han tenido ellos que lidiar con diferentes problemas de salud mental. Mar Cabra, periodista exeditora del equipo de Datos y Tecnología del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, una de las periodistas que ganaron el premio Pulitzer por el trabajo sobre los Papeles de Panamá; Emilio de Benito, periodista sanitario de El País, y Javier Granda, periodista freelance especializado en información sanitaria.

“Después de ganar el Pulitzer, contaba con más de 40 premios en mi currículum y había llegado a lo más alto de mi carrera. Sin embargo, me encontraba que estaba completamente vacía por dentro. Estaba agotada física y mentalmente. Me había quemado”, explicó Mar Cabra, quien, después de lidiar con sus problemas mentales, decidió poner en marcha el proyecto The Self Investigation para ayudar a otros periodistas a evitar el síndrome del burn-out, y que dio algunas claves sobre la importancia de aprender a poner límites y de luchar contra la hiperconexión, que tanto afecta a muchos profesionales.

“Después de haber salido de múltiples armarios, me he encontrado que he tenido que salir de uno nuevo, el de los problemas de salud mental. En 2019, tuve que dejar la presidencia de ANIS porque ya no podía más. El estrés de la presidencia y de los cambios en mi periódico hicieron que un día acabara derrumbándome sin poder salir de la cama”, declaró Emilio de Benito, quien explicó también lo difícil que era reconocer que uno tenía un problema, y que, aunque es cierto que las organizaciones no cuidan realmente de la salud mental de sus trabajadores, lo primero y fundamental es empezar luchando contra esta autonegación de los problemas propios.

Por su parte, Javier Granda explicó en una emotiva historia su viaje personal acompañando a su pareja, Raquel, que lleva años lidiando con estos problemas de salud mental. “Quiero, sobre todo, transmitir la importancia de la empatía, que es algo fundamental. En el periodismo, el rigor en la información lo doy por hecho, pero tenemos que tener esa empatía de preguntarle al de al lado si está bien. Es muy difícil, y lo entiendo. Hemos de ayudar en la medida de lo posible a mitigar esos demonios internos con empatía y a convencer a las organizaciones de que la salud mental tiene que ganar la visibilidad que se merece.”

Divulgar e informar pueden ser complementarios

La pandemia de covid-19 también ha servido para acelerar en nuestro país un nuevo fenómeno, el de profesionales sanitarios que deciden dar un paso hacia la divulgación aprovechando el impacto de las redes sociales. Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico San Carlos, es uno de ellos. Aunque ya llevaba divulgando a través de Twitter desde hacía muchos años, la crisis sanitaria hizo que se disparasen sus seguidores, hasta el punto de acabar participando en los debates sobre covid-19 en La Sexta Noche.

“Soy simplemente un profesional que comparte sus opiniones y conocimientos a través de los canales que están disponibles. No me dedico a hacer información, aunque eso no evita que se me escuche. Y te das cuenta de la importancia que tienen pequeñas cosas que digas. Es cierto que los profesionales sanitarios no hemos recibido ninguna formación formal para comunicarnos, y menos para hacerlo con una audiencia que sobrepasa los millones de personas, y esto quizás debería plantearse para mejorar en el futuro los grados de estas carreras”, apuntó Julio Mayol.

Pablo Linde, periodista de Salud de El País, y Belén Remacha, exredactora de elDiario.es, también participaron y reconocieron que no ven en esta labor de algunos profesionales sanitarios una competencia. “No es lo mismo el periodismo que la divulgación, aunque tienen muchos puntos en común. Al final son dos cosas distintas que acaban convergiendo y se unen. Y, de igual forma que en el periodismo político no solo escriben periodistas políticos, en el sanitario también debe haber espacio para muchos otros perfiles”, apuntó Linde, con quien coincidió Belén Remacha: “Son dos trabajos complementarios en todo momento. Son dos labores que cumplen funciones diferentes. Un profesional sanitario es alguien muy especializado que no siempre tiene presente que se dirige a una audiencia que no dispone de sus mismos conocimientos, y es importante la labor de un periodista que ayude a trasladar las inquietudes del ciudadano de a pie. Son labores complementarias y nuestra experiencia así lo ha demostrado”.cartela logos definitiva

El XVI Congreso ANIS ha sido  posible segun ésta gracias a la colaboración de los patrocinadores Oro, categoría en la están Pharmamar, Pfizer, Chiesi y AstraZeneca. También es de destacar el apoyo de los patrocinadores Plata: Ayuntamiento de Córdoba, Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Raíz, Lilly, Novo Nordisk, Cinfa, ABVVIE, Vithas, Roche y Lundbeck. Los patrocinadores Bronce han sido: IPSEN, FENIN, MSD, Veolia, Merck, GSK, Cantabria Labs y Loyola

La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) es la asociación de periodistas sanitarios y profesionales de la comunicación en salud de España. Fue creada en 1994 y cuenta con 700 asociados, periodistas especializados en salud de todo el país, con representantes de todos los soportes existentes (prensa, radio, televisión e internet), y pertenecientes tanto a la prensa generalista y especializada como de difusión nacional y local.

También aglutina a los representantes de la comunicación de servicios y centros sanitarios, instituciones, entidades y empresas sanitarias, así como agencias de comunicación. Además de periodistas y comunicadores, integran esta asociación numerosos profesionales de todos los sectores sanitarios, como médicos, enfermeros y farmacéuticos.Sus principales objetivos son defender los derechos de sus asociados, fomentar la formación continua y velar por la ética profesional.

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