jueves,18 agosto 2022
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Nuevos periodistas económicos caen en la red

Futurolandia
Las redes sociales nos atrapan. Para bién y para mal. Información y opiniones sobre temas económicos se difunden cada día, cada hora, cada minuto, gracias a esos millones de voluntarios que aportamos una parte considerable de nuestro tiempo libre actuando como periodistas "económicos" : seguidores gratuitos e improvisados de todo lo vinculado con la Economía en su sentido más amplio.

El periodismo, en general, y el dedicado a cuestiones económicas y empresariales, en particular, se ha convertido en una de las profesiones a tiempo parcial de mayor éxito, medida en capacidad de captación, ya que no en ingresos percibidos ni, por tanto, en aportación al PIB.

Quienes hemos participado regularmente en los medios de comunicación social tradicionales (en mi caso especialmente en periódicos) podemos percibir con mayor claridad, cómo las redes implican contenidos nuevos y adaptados al medio. Como decía hace unos días el profesor la Universidad Carlos III, Ignacio Muro,http://@imuroben,, en un post dedicado a "Crisis social, fabricación de consensos y cortacircuitos transmedia", asistimos  a una crisis del modelo de difusión masiva de mensajes, representado por el papel y la prensa. Las noticias se replican rápidamente en redes y diarios digitales pero, en cierto sentido se cortocircuita su ascenso.

Voy a referirme, en particular, a mi experiencia en twitter y con mi blog en ibercampus.es  y http://blog.antoniopulido.es. Todas las semanas publico al menos un post y diariamente leo varios cientos de mensajes y tuiteo o retuiteo unos 10 en promedio. Con año y medio de actividad, mis comentarios se refieren a una experiencia centrada en cuestiones económicas y sus repercusiones sociales, con especial atención en temas de futuro, innovación, universidad y divulgación sobre opiniones de gestión macro y empresarial. Mi punto de partida: 120 post a los que acceden  unos 1000 visitantes ; unos 6000 tuits recibidos de 200 personas o instituciones a las que sigo regularmente; 2200 tuits enviados a unos 400 seguidores.

Creo que lo más interesante para mis lectores es centrarme en el tipo de contenidos de los tuits recibidos, que clasifico a continuación en siete grandes apartados, en orden decreciente:

  1. Datos reelaborados a partir de fuentes estadísticas básicas (transformaciones, comparativas, análisis, predicciones…)
  2. Opiniones partidistas sobre resultados, políticas, programas…
  3. Opiniones políticas (pero no directamente partidistas) de resultados, expectativas o lineas alternativas de actuación
  4. Opiniones y consejos a nivel divulgativo de valoración de temas de actualidad o futuro
  5. Opiniones de debate a nivel técnico de informes, documentos, post…
  6. Datos originales de fuentes estadísticas
  7. Información de eventos (conferencias, reuniones, debates…)

En el campo de la información destaca claramente la variada aportación de técnicos en el área económico-empresarial con sugerencias enriquecedoras a partir de los datos publicados por las fuentes estadísticas nacionales (INE, BE, AIReF…) o internacionales (OCDE, FMI, Eurostat…) en forma de gráficos, comparativas entre países, análisis de valoración de resultados, predicciones y otras múltiples aportaciones.

Pero, en conjunto son las opiniones, en un amplio sentido, las que priman en las redes (al menos esa es mi experiencia). Hace unos días leía un post de un economista norteamericano  muy activo en redes sociales, Noah Smith (http://nsmith150@bloomber.net ) , sobre las luchas entre escuelas y enfoques de pensamiento macroeconómico (Economices struggles to cope with reality).  En su comentario diferenciaba cinco formas alternativas de debate, desde el puramente académico al de charla de café (cofee-house macro), pasando por modelos al uso, enfoques financieros o predicciones.

En cierta forma coinciden estas variantes con las que personalmente encuentro en las redes. Debo reconocer, sin embargo, que me sorprende la fuerte mayoría de opiniones partidistas (bien es verdad que llevamos ya muchos meses de campañas electorales directas o solapadas) que defienden, con argumentos más o menos técnicos, posiciones ideológicas "pret-a-porter" de diseño más propio de activistas captados por la obediencia de consignas que por un debate ideológico abierto.

Discutir, incluso apasionadamente, sobre temas como la renta básica, los límites de la propiedad privada, la austeridad como principio rector, los costes-beneficios de la independencia territorial o el papel de la banca pública y privada,…, me parece enriquecedor en las redes. Utilizar las ropas de economista entendido para apoyar la suprema verdad de proclamas partidistas, creo que es desorientador y choca, o al menos roza, con las normas éticas del nuevo periodismo en las redes.

En física o incluso en medicina sería casi inimaginable dictámines que no se correspondiesen con el saber técnico de la profesión. La dificultad de encontrar leyes económicas de validez general, potencian la diversidad de escuelas de pensamiento e ideologías socio-políticas. Pero no creo que permitan el sectarismo interesado, revestido de la aparente  neutralidad  de un competente y objetivo periodista económico. Naturalmente me parecen totalmente aceptables las intervenciones de los partidos políticos, sus cuadros y economistas, siempre que lleven el marchamo de su origen.

Me inclino por potenciar la aportación  a las redes sociales de opiniones de carácter técnico, con todo tipo de variantes políticas amplias, pero sin consignas partidistas camufladas. O contribuir con material e ideas a la divulgación tipo economía de café para nuestros seguidores menos tecnificados, pero también necesitados de entender éste intrincado terreno de la economía y la gestión empresarial.

Antonio Pulido http://twitter.com/PsrA

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