jueves,18 agosto 2022
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Once claves para aprovechar el coaching

Redacción
Mucho se ha hablado en los últimos años sobre el coaching. De hecho, tan usado ha sido este anglicismo, que su uso y funciones originarios han quedado diluidos. El coaching es un proceso de acompañamiento que se produce en la empresa mediante el que el profesional desarrolla todo su potencial y alcanza sus metas u objetivos. No en vano, una de las metáforas más conocidas del coaching es definirlo como "el arte de soplar brasas". (Leonardo Wolk, 2011).

 

El punto de partida para que los gestores de las organizaciones lo fomenten entre sus empleados es muy simple: las personas comprometidas son las que hacen avanzar las organizaciones y lo que marca la diferencia de cada empresa sean las personas que las componen, esto es, el talento.

A continuación, los profesionales de Luria Psicología recogen las 11 claves para reconocer a un buen coach. Con ellas, conseguirá que sus supervisados (coachees) saquen verdadero provecho de su entrenamiento en habilidades personales y consigan sus objetivos:

1. Tiene conocimiento, experiencia y cultura empresarial, en general, y domina las múltiples connotaciones del comportamiento humano en el seno de las organizaciones.

2. Conoce la estructura, naturaleza y funcionalidad de las relaciones laborales y personales que rigen en la empresa concreta donde se maneja su coachee. Si consigue conocer las normas no escritas que rigen en la compañía, mejor.

3. Tiene formación y experiencia en consejo psicológico: el ejecutivo también es un ser humano con sus miedos, fobias y limitaciones.

4. Cuenta con capacidad para manejar grupos, esto es, sabe: imponerse sin agresividad; dirigir a un lugar sin determinar la ruta; improvisar pero con una guía clara. Para conseguirlo, el coach ha recibido formación y entrenamiento supervisado en la gestión de personas.

5. Es discreto. El proceso del coaching es absolutamente confidencial y voluntario aunque parte del plan de acción que crea con el entrenando y el análisis y conclusiones final se envíe a la compañía.

6. Es flexible: para conjugar "su método" de cambio previsto, con las necesidades y personalidad concretas que detecte en el coachee.

7. Es empático: capacidad con la que deberá recoger el ánimo (seguramente negativo de su coachee) Y TRANSFORMALO en acción positiva.

8. Tiene una gran capacidad de escucha ACTIVA. Es la cualidad principal para hacer un proceso de coaching y también la más difícil. Se trata de una escucha INCONDICIONAL, que no juzga sino que trata de escuchar "desde el otro" y conectar con sus emociones.

9. Integridad: en los compromisos de la relación que establece con el coachee y en los objetivos y finalidades de la misma. Da respuesta a las necesidades del sujeto y a las de la compañía.

10. El coach debe saber manejar muy bien los límites y flujo de las relaciones interpersonales de acompañamiento guía y ayuda.

11. Y debe actuar con rigor: el coaching no se improvisa, no se trata de dar ánimos. Se debe plantear un método y un proceso con tiempos, objetivos y metas muy claros.

Autora: Pilar Sánchez Prieto, socia de Luria Psicología.

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