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Recuperación desigual y amenazada al recruderse el COVID-19

Perspectivas Económicas de América Latina 2021: la influencia de la inversión española aumentará

Ramón Casilda Béjar, Profesor del Instituto de Estudios Bursátiles. Investigador del Instituto de Investigación en Estudios Latinoamericanos. Univer
Pese al reciente recrudecimiento de la pandemia en América Latina y la reintroducción de medidas de contención más estrictas en 2020, el FMI ha elevado a 4,1% el pronóstico de crecimiento regional para 2021 (desde el 3,6% en octubre de 2020). El autor participó en la presentacion este jueves del nuevo informe de perspectivas de la región y concluye con la esperanza de que la influencia social y económica de la inversión española en Latinoamérica aumente tras la pandemia.

En la Fundación Ramón Areces tuvo lugar el pasado 26 de febrero de 2021, la  presentación del Informe del FMI: “Perspectivas Económicas de América Latina. En la presentación, participaron Xiana Margarida Méndez, Secretaria de Estado de Comercio, Alejandro Werner, Director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana, siendo moderado por un servidor.

En su conferencia Werner, afirmo que “retirar el apoyo fiscal demasiado pronto pondría en peligro la recuperación económica”. En tanto en cuanto los países que cuentan con margen en sus presupuestos para gastar más deben seguir brindando apoyo a sus economías y focalizarlo mejor, lo cual sin duda acelerará la recuperación. Al mismo tiempo, los países con capacidad limitada de gasto deben priorizar el respaldo a la salud y los hogares”. Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a revertir la devastación económica inicial que dejó el Covid-19 a comienzos de 2020. Pero el recrudecimiento de la pandemia a finales de ese año amenaza con frustrar una recuperación que ya es desigual y con agravar los enormes costos sociales y humanos. El FMI revisó al alza su pronóstico de 2020 para la región, de -8,1% a -7,4%”. Esta recuperación “que ya de por sí era desigual, se ha visto amenazada por el reciente recrudecimiento de la pandemia y la reintroducción de medidas de contención más estrictas en algunos países, así como por las repercusiones de la desaceleración de la economía mundial”. El informe señala cómo las cifras de nuevas infecciones y muertes han aumentado en los últimos dos meses en América del Sur y América Central, lo cual es muy preocupante pues es prioritario detener las infecciones para restablecer cuanto la economía, el empleo y las rentas familiares.

“Pese a esta situación, el FMI ha elevado a 4,1% el pronóstico de crecimiento regional para 2021 (desde el 3,6% en octubre de 2020), teniendo en cuenta los resultados que han resultado ser más sólidos de lo previsto en octubre de 2020. A esto se unen las expectativas de que se amplíen las campañas de vacunación, las mejores perspectivas de crecimiento para Estados Unidos y el aumento de los precios de algunas materias primas como el cobre y el petróleo. Esto muy probablemente impulse  el crecimiento y se acelere durante el segundo semestre del año.

También el informe  advierte de los riesgos y amenazas: “Se estima que cerca de 17 millones de personas han entrado en una situación de pobreza. El empleo permanece por debajo de los niveles previos a la crisis y es probable que la desigualdad haya aumentado en la mayoría de los países. Más de 18 millones de personas han sido infectadas, y la cifra de muertos asciende a medio millón”. En cuanto a la política económica,  un cambio repentino en la actitud de los inversores internacionales podría generar presiones sobre los países que adolecen vulnerabilidades fiscales y externas.

El pronóstico es que la región retornará a los niveles previos a la pandemia sobre el 2023, y el PIB per cápita lo hará en 2025, es decir, más tarde que otras regiones del mundo. La crisis ha repercutido desproporcionadamente en el empleo, y las pérdidas se han concentrado sobre todo en las mujeres, los jóvenes y los trabajadores informales y menos cualificados, y los indicadores sociales están dando cuenta de ello. Ante todas las incertidumbres, la primera prioridad de los países debería ser garantizar una dotación adecuada de recursos para los sistemas sanitarios, incluidas la vacunación y las pruebas. La segunda, seguir apoyando a los sectores vulnerables más afectados por la pandemia y afianzar la recuperación que hasta ahora es incierta. Retirar el apoyo fiscal demasiado pronto pondría en peligro estos objetivos”, ha reiterado.

Por su parte la Secretaria de Estado de Comercio, considera que “pese a que las consecuencias económicas de la pandemia del Covid-19 continuarán teniendo una clara incidencia en la economía mundial en los próximos años, a la luz de los datos disponibles, puede afirmarse que 2021 está marcando ya el comienzo de un periodo de recuperación de la actividad económica en muchos países latinoamericanos.  Tras la caída del -7,4% del PIB que se produjo en 2020, las proyecciones del FMI para 2021 son del 4,1% y del 2,9% en 2022 (cuadro 1). Esto indica que “se ha alcanzado un punto de inflexión en la evolución des economías latinoamericanas similar, aunque menos pronunciado, al que se ha observado en el resto de las principales áreas geográficas mundiales”.

 “Sin duda alguna, el retraso en el suministro de vacunas puede lastrar los objetivos de tener inmunizada a buena parte de la población a lo largo del presente año, con lo que los efectos sobre la economía se pueden alargar más allá de 2021, con los consiguientes efectos sociales que esto conlleva”. Desde la perspectiva española, la Secretaria de Estado estima que el informe “debe valorarse de manera matizada pero positiva, dada la importancia que tiene Latinoamérica para nuestro país en términos de intercambios comerciales e inversiones”. Es indudable la importancia que esta región tiene para España, si bien, el año 2020 mostrara “un deterioro comercial bastante pronunciado como consecuencia de la pandemia, con una caída del entorno del 25% en nuestras exportaciones y de un 17% en las importaciones en América Latina”.

No obstante confía en poder recuperar los niveles anteriores a la crisis: “Estoy segura de que en el año 2021 recuperaremos la clara senda ascendente iniciada en 2009”. “La búsqueda de respuestas adecuadas a los desafíos de todo tipo que se plantean en la lucha contra el Covid-19 proporciona una buena oportunidad para que los Gobiernos latinoamericanos redefinan sus políticas económicas y renueven su compromiso con la apertura exterior, la atracción de inversiones estables y la integración económica y comercial entre sus economías”. “Aun reconociendo que la coyuntura es compleja y nada fácil, 2021 puede ser el año en el que se vuelva al crecimiento en Latinoamérica. Confiamos en que ello sea una realidad en los próximos meses”.

Por su parte, Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana, ha destacado que “2020 fue el peor año de crecimiento de América Latina desde que tenemos constancia”. “Latinoamérica será la región más golpeada por la pandemia. La región representa el 8% de la población mundial y, en estos momentos, concentra entre el 25% y el 30% de las muertes totales por Covid-19. Los niveles de pobreza extrema han retrocedido a niveles de 1990. En educación, las brechas socioeconómicas nos devuelven a los años 60 del siglo pasado. América Latina empieza esta década con déficits exacerbados en muchos sentidos por el cierre de millones de pequeñas y medianas empresas. Nos acecha la posibilidad de otra década perdida en lo económico y de dos décadas en lo social, algo que tenemos que evitar a toda costa”. Situación esta que presenta unos retos que reclaman absolutamente toda la energía de los responsables políticos, y la iniciativa privada.

Varios factores podrían reducir ese riesgo de retroceso de una década. La secretaria General ofreció una visión disruptiva, que quiebra análisis tradicionales y que responde a una nueva valoración de la política, que por supuesto enfatizo que importa, y mucho. “Todo depende de lo que hagamos. América Latina afrontó una costosa inversión en tecnología durante la pandemia, lo que algunos llaman ‘innovación obligada’, pero que ha permitido que se produzcan avances de varios años en solo unos meses en aspectos como el teletrabajo, la telemedicina, la educación a distancia, el e-commerce… América Latina, con una de las tasas de mayor penetración móviles, usaba lo digital para el ocio y no para el trabajo y la pandemia ha cambiado esta tendencia”. También se ha referido Grynspan a la transición ecológica anunciando que esta región “podría ser la que más empleo generara por cada peso invertido en energías renovables”.

Asimismo, la recuperación en V de China puede dar impulso a Latam: “China ha adelantado cinco años la fecha en la que superará a Estados Unidos como la primera economía del mundo. Si antes pensábamos que sería en 2033, ahora las previsiones apuntan a 2028. Esto podría desatar otro superciclo de materias primas que beneficiaría a los países del sur de América Latina”, ha asegurado la Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana.

Enfatizó su confianza en los jóvenes y en las mujeres con gran preparación, por su “inmenso potencial transformador en el proceso de recuperación”. En política económica, también ha mostrado algunas de las posibles recetas: “América Latina ya tiene los niveles de deuda más alto de las economías emergentes. La buena noticia es que no se han cerrado los mercados de deuda y muchos países han podido colocar sus bonos soberanos a tasas relativamente bajas. De todas formas, ésta no es la realidad para todos y tal vez no podrá seguir siendo una realidad para muchos de los países de América Latina. En esta dirección, vemos necesaria una nueva emisión de derechos especiales en el FMI, que es algo que tiene que decidir su junta directiva, y esperamos que con el cambio que se ha producido en el Gobierno de Estados Unidos y en el Tesoro, esta posibilidad vuelva a presentarse muy pronto. Necesitamos explotar alternativas adicionales de financiación”, ha insistido.

Finalmente aún reconociendo y destacado que el FMI “actuó con mucha rapidez”, sin embargo, estima necesarios nuevos pasos y otras alternativas. Entre ellas, ha propuesto una segunda ronda de financiación de emergencia en el FMI, recapitalizar los bancos de desarrollo y ampliar los instrumentos de ‘debt relief’ del G20 para algunos países de renta media.“Existe la amenaza de que una menor renta y un aumento de la desigualdad aumente significativamente un malestar social que ya teníamos antes de la pandemia. Como ha alertado el FMI en una publicación reciente, existe un riesgo de caer en un círculo vicioso: menor crecimiento, mayor descontento, mayor desigualdad y menor crecimiento. La política importa y ojalá que la política no se convierta en el principal problema económico de América Latina”.

Un apunte final para destacar la enorme importancia que adquiere América Latina respecto a las inversiones españolas que ascienden a 145.907 millones de euros, representando el 32% del stock de la IED española en el mundo, que totalizan 458.471 millones de euros (2018). En 2019, las empresas del Ibex 35, obtuvieron una media del 25% de sus beneficios provenientes de AL.  España, fundamenta su presencia inversora en un macro sector formado por bancos, telecomunicaciones,  energéticas y  aseguradoras al que complementan, constructoras, turismo, concesiones, componentes de automóviles y consultoras tecnológicas. También tienen una amplia presencia un núcleo diverso de Pymes, que solo en México según la Cámara de Comercio Hispano-Mexicana cuenta con un censo de casi 6.000 empresas.

Aunque la COVID 19 tendrá efectos negativos a medio plazo sobre la rentabilidad y beneficios de las empresas españolas en América Latina, no constituirá un cambio estructural fundamental a largo plazo que modifique las tendencias observadas durante los últimos 25-30 años de la inversión española dirigida a esta región del mundo, que constituye el mercado más natural para bancos y empresas españolas.

Los factores estructurales que determinan los flujos de inversión españoles hacia la región se mantendrán estables a largo plazo y no se verán alterados significativamente por el COVID 19, y durante los próximos años se mantendrá la presencia inversora en Latinoamérica. No se esperan grandes variaciones en el perfil de las inversiones (volumen, sectores, países de destino) a largo plazo como consecuencia de la pandemia.

La situación económica, sanitaria y social creada a lo largo y ancho de la región, ha contado con el apoyo y la reacción positiva de las empresas españolas con su alto grado de Responsabilidad Social, lo cual, hará que la influencia social y económica de la inversión española en Latinoamérica aumente tras la pandemia.

 

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