jueves,18 agosto 2022
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Según Banco Interamericano de Desarrollo y DFS Lab

Poca información de las 34 plataformas laborales digitales, aunque más transparentes que las bigtech

Redacción
Las plataformas laborales de repartos, cuidados y servicios virtuales aumentaron en 2,2, millones sus usuarios entre marzo y junio, con comercios y empleos creciendo el doble en América Latina. Lo dice un estudio realizado ante su relación en España por Digital Future Society y Banco Interamericano de Desarrollo. (2021), titulado "Economía de plataformas y COVID-19. Una mirada a las actividades de reparto, los cuidados y los servicios virtuales en España y América Latina". Barcelona, España.

Todavía existe poca información acerca de la magnitud de los impactos de la COVID-19 en la economía de plataformas y sobre las medidas que el sector está tomando para adaptarse a esta nueva realidad, dice el estudio, publicado poco antes de anunciarse la regulación legal dle empleo en estas platafomas en España.

Por ello el laboratorio de Digital Future Society (DFS Lab) y el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) han elaborado este informe en el que se recoge la voz de 34 plataformas laborales digitales que operan en España y/o en América Latina en alguno de los tres sectores analizados: repartos, cuidados y servicios virtuales. Són según su sector yorden alfabético: Aiudo, AMIA, Cuideo, Depencare, Familiados, Joyners, Zolvers para el sector de los cuidados de gente mayor; Nanny Home, TuNanny y Sitly para el sector de los cuidados de niños; Deliveroo, El Mercadito, Glovo, Hugo, Just Eat, Llegamos a tu casa, Moova, Mox, Pedisuper, Rangri, Rappi, SoyDeliver, Stuart, Tipti y Wabi para el sector de los repartos; y finalmente a Bossabox, Freelancer, Malt, SoyFreelancer, Uassistme, Vitalk, Vittude, Wisar y Workana para el sector de los servicios virtuales.

2,2, millones de usuaruios más en las plataformas de reparto iberoamericanas entre marzo y junio, con comercios y empleos creciendo el doble en America Latina que en España

La pandemia de la COVID-19 ha acelerado así tendencias en la economía digital que no se preveían alcanzar hasta dentro de cinco o diez años, alterado nuestra cotidianeidad, fomentando desde nuevas dinámicas sociales hasta nuevos patrones de consumo, al mismo tiempo que ha supuesto un verdadero punto de inflexión en muchos ámbitos de nuestra vida personal y colectiva. Uno de los sectores que ha sufrido un impacto mayor es el de la economía digital, y, especialmente, el de la economía de plataformas, tanto a nivel económico como laboral.

Las plataformas digitales han iniciado un proceso de adaptación a este nuevo contexto para ajustarse a las nuevas necesidades de consumidores, empresas y trabajadores. Sin embargo, todavía existe poca información acerca de la magnitud de los impactos de la COVID-19 en la economía de plataformas y sobre las medidas que el sector está tomando para adaptarse a esta nueva realidad.

Dice el estudio que el uso de plataformas de reparto habría crecido en promedio un 50% solamente entre la primera y última semana de marzo5 en América Latina, y alrededor de un 20% en España. A nivel laboral, la pérdida de empleos y el cambio en la forma en que las empresas se relacionan con sus trabajadores han impulsado el aumento de las relaciones laborales a través de plataformas laborales digitales. Un ejemplo de ello son las descargas de plataformas de tareas semiprofesionales o profesionales en América Latina y el Caribe, que habrían aumentado un 30% entre enero y marzo de 2020.

En el ámbito labora,el confinamiento y el fomento del teletrabajo han disparado y generalizado el uso de las herramientas digitales, como el programa Microsoft Teams3, que aumentó su número de usuarios diarios un 70% (alcanzando los 75 millones en el tercer trimestre de 2020), o el programa Zoom4, que superó los diez millones de usuarios en abril de 2020. En muchos sectores económicos el trabajo en remoto ha pasado de ser una realidad minoritaria a la única opción factible. Según datos de McKinsey, en Estados Unidos el sector más digitalizado preCOVID-19 eran los medios, compañías de información y tecnología con un 9% de los empleados a jornada completa trabajando en remoto el 100% de su tiempo. Con la pandemia pasó al 84%. Otros sectores esenciales como educación o salud pasaron del 2% al 36%.

Cambios en la relación entre plataforma y repartidores: Establecimiento de nuevos protocolos de actuación sin contacto físico Provisión de equipos de protección individual (EPI) Digitalización de procesos como el reclutamiento de nuevos repartidores Lanzamiento de fondos de compensación para repartidores comunicación entre la plataforma y el repartidor Adaptación del sistema de asignación de servicios Ajuste del sistema de reputación Cambios en el sistema de retribución.

Según el estudio, la consideración del sector como servicio esencial y uno de los pocos canales de venta operativos favoreció su reputación general.

Sectores y alcance del estudio

La razón principal por la que se han elegido estos tres sectores ha sido por su relevancia económica y social en el contexto de pandemia. En primer lugar, la alta incidencia y gravedad de la COVID-19 en personas mayores y la saturación de los servicios sanitarios públicos han manifestado la importancia de los cuidados de gente mayor. En segundo lugar, los cambios en los patrones de consumo o la necesidad de operar digitalmente por parte de mercados, restaurantes y comercios han puesto de manifiesto la importancia del sector de los repartos, el cual se ha considerado como un servicio esencial en la mayoría de los países. Finalmente, la digitalización del trabajo, la validación del trabajo en remoto y las nuevas relaciones laborales también han puesto de relieve la relevancia del sector de los servicios virtuales en el contexto de la pandemia y a futuro.

El interés en conocer el impacto de la COVID-19 tanto en España como en América Latina reside en las diferencias existentes en relación al bagaje de la economía de plataformas, los diferentes momentos en los que se encuentran en lo relativo a su regulación y, a nivel social, el perfil de las personas que desempeñan tareas a través de ellas en cada sector.

Por otro lado, las diferencias temporales en la incidencia de las olas de la pandemia entre Europa y América Latina también permiten observar los diferentes modos de adaptación de las plataformas, generando, así, un aprendizaje mutuo y un intercambio de experiencias.

Otras conclusiones del estudio

En lo que refiere a la demanda de servicios y la oferta de trabajadores de plataformas laborales digitales, se ha observado una variación diferenciada dependiendo del servicio, el país y la etapa de evolución de la pandemia. Sin embargo, en algunos casos -como el reparto de productos de supermercado en América Latina o los servicios de cuidados de gente mayor a medio y largo plazo en España- la demanda ha experimentado un aumento muy relevante alcanzando unos registros que no se esperaba lograr hasta dentro de dos o tres años.

La limitación del contacto presencial, con el confinamiento como máximo exponente, ha sido la principal causa que ha llevado tanto a clientes como a trabajadores a buscar nuevas formas de consumo y trabajo virtual. En este contexto las plataformas digitales han jugado un papel fundamental para atender este auge.

Sin embargo es importante puntualizar que también existen sectores o mercados en los que la demanda ha tenido tendencias decrecientes o cíclicas. Un ejemplo de estas tendencias son los servicios de cuidados puntuales, en los que se ha observado una caída del 72% en España y del 66% en Argentina.

Por otro lado, todos los sectores han identificado un aumento en el número de personas dispuestas a trabajar a través de la plataforma. Los representantes de las plataformas lo vinculan en gran medida a la suspensión temporal o total de contratos de trabajo, aumento de personas desempleadas, etc. Esta tendencia ha sido más relevante en América Latina dónde se han observado aumentos de entre el 38% y el 77% dependiendo del sector, mientras que en España los aumentos han sido de entre el 10% y el 17% según el sector.

Si bien es cierto que las acciones de adaptación del negocio han sido dispares entre sectores y plataformas, parece existir una tendencia transversal en todas ellos hacia un mayor nivel de seguridad en el servicio y una minimización de riesgos tanto para los colaboradores de la plataforma como para mantener la confianza de los clientes y usuarios. Todos los sectores, con especial incidencia en los cuidados y el sector del reparto han tratado de disipar las posibles dudas de la opinión pública respecto a la seguridad de su servicio, evitando así una potencial caída de la demanda (como sí ha sucedido en otros sectores).

Otra tendencia relevante ha sido el lanzamiento de acciones dirigidas a la conversión y fidelización de los clientes. Un ejemplo es el sector de los repartos, en el que las plataformas han lanzado paquetes de acciones dirigidas a fomentar la digitalización de los comercios y restaurantes más tradicionales y analógicos, con la intención de extender su venta electrónica más allá de la pandemia. En este sentido, las plataformas han jugado un papel importante, ofreciendo tanto infraestructura como servicio. 

De la misma manera, la tendencia transversal en lo que se refiere a la relación entre plataforma y trabajador ha sido la de establecer nuevos protocolos de actuación sin contacto para aumentar la seguridad del trabajador y la del propio servicio. Aunque existen ciertas diferencias entre sectores y plataformas, de forma general se han lanzado cuatro grupos de acciones para proteger a los trabajadores independientemente de su laboralidad:

• Eliminar o minimizar el contacto físico en la prestación de servicios;

• poner a disposición de los trabajadores equipos de protección individual;

• capacitar a los trabajadores sobre cómo operar en este nuevo contexto; e

• informar sobre ventajas fiscales y paquetes de ayudas públicas disponibles para el colectivo.

Cabe resaltar que también ha existido diversidad en el nivel de alcance de estas medidas, lo que ha derivado en manifestaciones públicas de disconformidad por parte de los espacios de representación de trabajadores en algunos países.

Por otro lado, la pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los colectivos que trabajan en plataformas laborales digitales y en muchos casos la relación asimétrica de poder existente entre plataforma y trabajador. Una propuesta de algunas plataformas ha sido fomentar el asociacionismo, con el objetivo de empoderar al colectivo de trabajadores.

Mientras que en algunos sectores como los repartos en España, las asociaciones de repartidores existen desde hace años, en otros, como los cuidados, tanto en España como en América Latina, aún son pocas o poco representativas las asociaciones de trabajadores existentes. Fomentar el asociacionismo de los trabajadores puede ayudar a empoderar al colectivo y equilibrar la relación de poder entre plataformas y trabajadores.

A pesar de que las plataformas laborales digitales han desafiado los diferentes marcos regulatorios desde que aparecieron, en algunos casos bordeando los límites de los indicios de laboralidad, al cierre de esta publicación, no parece que la COVID-19 haya fomentado puntos de encuentro entre el sector de la economía de plataformas y las autoridades públicas, más allá de ciertos momentos de cooperación propios de una crisis como ésta.

La pandemia ha expuesto la vulnerabilidad de los trabajadores de plataformas, fortaleciendo el debate en torno a sus derechos, seguridad y retribución. Asimismo, la pandemia ha fortalecido el papel de las plataformas laborales digitales como fuente de empleo (aunque no necesariamente de calidad), destacando así la urgencia por regular este sector de manera que se potencien las oportunidades de generación de ingresos para muchos trabajadores, en un marco sostenible de protección y plenos derechos laborales.

Por otro lado, la crisis generada por la pandemia también ha resaltado el reto a nivel fiscal y recaudatorio que implica el auge del trabajo en plataformas laborales digitales a escala global, con sus nuevas formas de relación laboral y su capacidad de operar internacionalmente. Un ejemplo de ello es el caso del sector de los servicios virtuales, donde existe una alta 53 deslocalización del trabajo, y en la que nos podemos encontrar con que el servicio (lugar en el que se desarrolla el servicio), la plataforma (a través de la cual se ofrece el servicio), el cliente (empresa que solicita el servicio) y el proveedor (profesional) no tienen por qué compartir el mismo país, ni siquiera continente. Este hecho dificulta en gran medida la recaudación de impuestos y la tributación por los servicios debido a la inexistencia de marcos que regulen claramente estas relaciones laborales desde múltiples localizaciones.

En lo que se refiere a la reputación del sector, hasta inicios de 2020, las plataformas digitales han sido observadas, por lo general, con cierto recelo. Cuestiones como su modelo laboral, la opacidad de su negocio o las acusaciones de fomentar la precariedad laboral han afectado a la reputación del sector en su conjunto, muchas veces por efecto de la generalización.

Aunque no podemos afirmar que la COVID-19 haya impactado positivamente en la reputación del sector, sí es cierto que se ha observado un cierto consenso en torno al relevante papel que muchas de estas plataformas han jugado durante los meses más duros de esta crisis. El aumento en la demanda ha sido también un efecto de cierta validación del modelo por necesidad, en el sentido de un cierto reconocimiento a la cobertura de carencias existentes. Así, será interesante observar si la pandemia acaba por generar un cambio en la opinión pública sobre la relevancia social de las plataformas, al mismo tiempo que éstas promueven cambios en su operativa, su transparencia y su relación con los trabajadores.

Este informe recoge el impacto de la pandemia en diferentes plataformas laborales digitales durante los primeros meses de pandemia (entre febrero y julio de 2020) tanto en España como en varios países de América Latina. A partir de aquí se plantea la pregunta de qué cambios han sido puntuales y cuáles han venido para quedarse.

Tal y como se explica en estas páginas, las plataformas han desarrollado diferentes acciones e iniciativas reactivas, dirigidas a maximizar las tendencias favorables y minimizar las perjudiciales.

En este sentido el interrogante más relevante desde el punto de vista de las plataformas es si lograrán en el medio y largo plazo pasar de este modo reactivo, frente a las demandas de un contexto de emergencia, a una posición más proactiva, ante las exigencias de un futuro todavía incierto.

En este contexto serán las tendencias exógenas como los cambios en los patrones de consumo, la estabilización de la demanda o la regulación de la economía de plataformas las que marcarán el futuro del sector y la adaptación de las plataformas laborales digitales a esta nueva realidad.

Objetivos, metodología y otras referencias académicas

El objetivo de este informe es presentar el alcance del impacto de la COVID-19 de forma agregada para los distintos sectores, así como identificar acciones y prácticas relevantes que las plataformas participantes han llevado a cabo como medidas de adaptación a la nueva realidad. La ambición de este documento no es otra que la de presentar tendencias, impactos y acciones relevantes en base a las conversaciones e información compartida por las distintas plataformas participantes y mostrar esta información de forma agregada sectorialmente, sin que ello permita su extrapolación ni generalización a todo un sector o una determinada geografía.

Descarga del informe (solo previa identifición cin email): Digital Future Society y Banco Interamericano de Desarrollo. (2021). Economía de plataformas y COVID-19. Una mirada a las actividades de reparto, los cuidados y los servicios virtuales en España y América Latina. Barcelona, España.

Autora coordinadora • Liliana Arroyo, dra. en sociología, especialista en innovación social digital, ESADE Coautores • Marc Payola, coordinador, Digital Future Society Lab • Erika Molina, especialista, BID Lab Agradecer, también, el apoyo de los equipos de Digital Future Society, BID Lab y las distintas plataformas participantes. Equipo de Digital Future Society • Cristina Colom, directora, Digital Future Society • Natalia Gozdur, directora, Digital Future Society Lab • Olivia Blanchard, investigadora, Digital Future Society Think Tank Equipo de BID y BID Lab • César Buenadicha, jefe de la Unidad de Discovery, BID Lab • Oliver Azuara, economista sénior, División de Mercados Laborales, Banco Interamericano de Desarrollo • Mónica Takako Otsuka, analista, Banco Interamericano de Desarrollo

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