jueves,18 agosto 2022
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El director y productor , talleció tras 12 años de Alzheimer

Prensa y política plasman a Mercero como rey del estereotipo televisivo español durante 40 años

Redacción
La prensa digital e impresa ha coincido este fin de semana en rendir homenaje Antonio Mercero como el rey del consenso estereotipo , tras conocer su muerte al mediodía del sábado después de 12 años de convalecencia por Alzheimer. Nacido en Oria el 7 de mayo de 1936 es recordando principalmente por la colección de telefilmes y series de televisión que han marcado la vida española de los últimos 40 años, desde Crónicas de un pueblo (1971-1973) hasta Farmacia de guardia (1991-1995).

La historia sobre el Alzheimer ¿Y tú quien eres? fue la última película del cineasta vasco, galardonado con el Goya de Honor en 2010, según recuerda ACADEMIADECINE.com. Su madre quería que fuera notario o registrador de la propiedad, pero cuando fue a Valladolid a estudiar Derecho descubrió el cine y quiso hacer películas. “Además, yo tenía facilidad para hacer reír a la gente porque hacía unos números cómicos que tenían mucho éxito”, recordaba Antonio Mercero, que ha fallecido este sábado en Madrid, a los 82 años de edad. Creador de las clásicas series Crónicas de un pueblo, Verano azul y Farmacia de guardia, Mercero se encontraba retirado de la actividad profesional desde hace unos años, cuando le fue detectada la enfermedad de Alzheimer que padecía. Y la historia sobre este mal interpretada por Manuel Alexandre y José Luis López Vázquez, ¿Y tú quien eres?, fue la última película de este especialista en combinar el amor, el dolor y el humor en sus trabajos.

Historias sencillas que nos conciernen es el resumen que realiza de su obra. Cortos, mediometrajes, películas y series figuran en el currículo del veterano director y guionista vasco, que a lo largo de cinco décadas se dedicó a contar “historias sencillas que nos conciernen”. Una prolífica y exitosa trayectoria que la Academia de Cine reconoció con el Goya de Honor en 2010.

En el telegrama público de pésame dirigido a la familia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recuerda que en  2010 Mercero vio reconocida su trayectoria como director, guionista y productor, con el merecido Goya de Honor que reflejaba la admiración por el creador de obras clave de nuestro cine como La cabina. Además, le debemos series que hicieron historia en la televisión española y que ocupan un lugar muy especial en la memoria afectiva de varias generaciones de españoles, como Verano azul y Farmacia de guardia, con las que conquistó el cariño de todos.

Para el ministro de Educación, Cultura y Deporte, "Antonio Mercero tenía un humor muy especial, con el que nos enseñó que se podían hacer comedias familiares, divertidas y de éxito masivo en España; llenas de personajes entrañables que saltaban de la ficción para estar en boca de todos. Por ese éxito y su forma de ser era también una persona muy querida"."Mercero hizo disfrutar a varias generaciones y que miles de familias españolas se reunieran en torno a la televisión para ver sus trabajos", ha dicho Méndez de Vigo.  Mercero fue distinguido por el Ministerio de Educación y Cultura en 1997 con la Medalla de Oro de las Bellas Artes, "aunque la mayor distinción fue quizá el reconocimiento del público, que siguió con fidelidad series como 'Verano azul' y 'Farmacia de guardia'. Quiero recordar también su buen hacer en el mundo del cine, con la reconocidísima cinta de 'La Cabina', con José Luis López Vázquez en un papel encomiable. Descanse en paz".

Según ELESPAÑOL, que le presenta como el rey de estereotipoMercero fue un director sin conflictos, que hizo de la ficción televisada un ejercicio de consenso político, con el que España transitó desde la dictadura a la democracia. El vicepresidente del Gobierno y almirante Luis Carrero Blanco le encargó una serie ambientada en un pueblo para transmitir los fueros del Movimiento Nacional y lo clavó, en Crónicas de un pueblo. Llegó la democracia y metió al país en unas vacaciones donde se hablaba de sexo, divorcio, alegría y libertad. España era una playa. Una vez salió del pueblo y acabó el verano, se centró en las peripecias de la vida laboral de una familia (muy) unida, a pesar de todo.

Huffingpost.es va más allá de la proyección española y recuerda a Mercero como un ejemplo de influencia internacional, reconocido por Charlie Brooker, creador de Black Mirror, una de las series de Netflix más aclamadas del momento. En 2013, Brooker concedió una entrevista al diario El Mundo, en la que aseguró que una de sus producciones preferidas de todos los tiempo era precisamente La Cabina. Y confesó al redactor: "El final de Oso blanco está inspirado en ella".

EL PAIS destaca la inmensa capacidad de Antonio Mercero para conectar con un público heterogéneo, de cualquier clase social e intelectual, de toda edad y condición, a lo largo de 40 años de carrera, con hitos generacionales e imperecederos, imágenes, frases y acontecimientos imborrables, ha llegado a su fin. El director vasco ha fallecido esta mañana del sábado, 12 de mayo, en Madrid, a los 82 años. “¡Chanquete ha muerto!”, línea histórica de la televisión en España, se hace carne ahora en la figura de uno de los hombres de nuestro audiovisual que mejor supo aunar ternura, humor y emoción.

Juanjo Artero cuenta en ABC su “fichaje” como actor. Tenía 14 años cuando Mercero le vio jugando al tenis en una piscina y le abordó para que hiciera unas pruebas de «casting» para «Verano azul». Le dijo: Soy Antonio Mercero, de Televisión Española. Y Juanjo, que siempre tuvo mucha personalidad, le espetó desde la inconsciencia de los 14 años: «Y yo soy Supermán». Cuarenta años después toca rememorar.

Mercero formó parte de la primera generación de la nueva era de directores (el Nuevo Cine Español, con Borau, Camus, Erice o Martín Patino) y de ellos se destacó por ser el maestro del estereotipo nacional en los setenta, los ochenta y los noventa. Lo volvió a intentar con Manolito gafotas, en los dos mil, pero no funcionó. Llevó a las casas un mundo y un modo, en apariencia, inofensivo, aunque su primer hit favoreció las necesidades del régimen, el segundo las de la Transición y, el tercero, las del mercado (Farmacia de guardia disparó a Antena 3 en su segundo año de vida, con cuotas de pantalla hasta del 63. 

Titulado en la Escuela Oficial de Cine, en 1962, y tras varios cortometrajes aficionados, inicia su carrera profesional con Lección de arte, de ese mismo año y ya con éxito, pues obtiene la Concha de Oro al mejor corto en el Festival de San Sebastián. El debut en el largo se produce muy pronto, en 1963, con Se necesita chico, pero es en televisión donde consigue su primer gran triunfo con el histórico telefilme La cabina.

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