Es más, la frustración creada por el fracaso de esas revoluciones ha acelerado los procesos de radicalización (como el arraigo del Estado Islámico) y demostrado lo necesario y urgente que es el fin de ese siglo XX”.
Entender lo que sucede desde Rabat a Bagdad es, cada vez más, un asunto local de un mundo interconectado, como comprobamos cuando nos alcanzan las consecuencias de los conflictos.
Sin atención a las voces locales, sus testimonios y "un coactivismo en pie de igualdad", como acierta en señalar Santiago Alba Rico, nos arriesgamos a reforzar elecciones indeseables: yihadistas, dictaduras o intervenciones militares.
¿Qué queda de las revueltas árabes? se presenta como un libro de reportajes sobre Túnez, Egipto, Libia, Siria, Bahréin, Jordania, Palestina y Turquía que pretende registrar el cambio de visión de 2011, cuando “por primera vez, el Norte miró al Sur con cierto respeto” (Leila Nachawati). Y lo hace acercando el foco a los activistas para, desde sus aciertos y errores, abrir el plano a otras miradas, de políticos y expertos, y trazar algunas claves de un mundo árabe en transformación.