jueves,18 agosto 2022
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Si nuestros representantes políticos fuesen empleados de una empresa, hoy muchos estarían cesados.

Venimos sufriendo una profunda desconfianza con nuestros “representantes” políticos en los últimos años, que hasta los más activos ciudadanos políticos estamos llegando a la desafección política, como a la que ya han llegado las nuevas generaciones.

Ayer vivimos en directo el mayor fracaso parlamentario español al mostrar, como denomina algún periódico “el peor retrato de España y su política». Los ciudadanos no podemos entender como el acuerdo de mayor calado en décadas entre los agentes sociales se correlaciones con el mayor desacuerdo visto en la Cámara Legislativa.

El burdo tacticismo partidista ha dilapidado el escaso residuo de confianza en sus “señorías”, que muchos nos venimos resistiendo a mantener, donde ni la ruptura del bipartidismo, ni las mayorías variables, han servido para disimular el rumbo populista de los interés de los partidos frente al de los ciudadanos.

La gota que colma el vaso, es cómo una “señoría” se queda en su casa, por la razón que corresponda, y tras ejercer su obligación, abandona su casa y acude a su centro de trabajo, para decir que se ha equivocado; o como otros renuncian a su deber de debate público para hacer táctica para ocultar espurios intereses. Esto en la empresa en causa de despido procedente por abandono de sus funciones o no acudir a su centro de trabajo.

Cuando en muchas empresas e instituciones estamos trabajado en modelos de gobernanza participativos, mas planos, que fortalezcan la inteligencia colectiva y la responsabilidad social de las personas y las empresas, creo que una vez más la sociedad civil ha superado al poder legislativo, y a otras instituciones inmovilistas, que se encuentran cómodas en su estado de confort. El riesgo económico que la no aprobación ayer de la reforma laboral, nos hubiera hecho perder la oportunidad de redefinición de nuestro modelo económico a través de los Fondos NextGenerationUE; que por cierto pagarán nuestros “desafectados” hijos. 

Señores políticos, recuerden que los ciudadanos sabemos pensar, aunque algunos estén es sus espacios de confort; y que este fin de semana nuestros vecinos portugués, que en los últimos años nos están adelantando en actitud y aptitud, han dada una vez más una lección de reacción democrática ejemplar. Posiblemente si siguen así, y como la sociedad civil no puede vivir al margen de la política, o decimos que “el ultimo que salga que apague la luz”, o comience a prosperar iniciativas del voto directo, hoy posible en una sociedad digital y madura, aunque en algunas ocasiones algunas veces, alguien se equivoque de botón. Pero eso ahora también pasa.

Posiblemente, el día de ayer sea un punto de inflexión social, a partir del cual debemos abordar soluciones disruptivas y reinventar nuestro modelo político, como ya lo ha hecho la sociedad civil y las empresas. O de lo contrario caeremos en el  anonimato orwelliano del totalitarismo.  Y a eso muchos actores sociales no estamos dispuestos.

Tuit citado en la foto:

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