jueves,18 agosto 2022
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Sólo 1 de cada 4 países tiene política y recursos para esta enfermedad en ascenso con la Covid y sus cuidados, la mitad a cargo de familiares

Sufren demencia 55 millones de personas, pero subirán a 78 en 2030 y 139 en 2050, según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) urgió este 1º de septiembre mayores esfuerzos a nivel mundial para alcanzar los objetivos de demencia para 2025, pues a mitad de camino del plan de acción mundial contra la demencia se están logrando algunos avances, pero precisa que la pandemia de COVID-19 ha agravado los problemas. Estima que actualmente hay 55 millones de personas afectadas, aunque añadiendo que aumentarán hasta 78 millones en 2030 y 139 millones en 2050. La demencia aporta retos similares a otras enfermedades no contagiosas como las de salud mental (centrada generalmente solo en los mayores) y es una de las principales causas de discapacidad y dependencia en edades avanzadas. Sólo 1 de cada 4 países tiene políticas y recursos para esta enfermedad en ascenso con la Covid y sus cuidados, la mitad a cargo de familiares.

Con los datos que han presentado durante el primer año de Covid 62 de los Estados Miembros de la OMS al Observatorio Mundial de la Demencia, ya está disponible el Global status report on the public health response to dementia, que actualiza las estimaciones de salud mundial realizadas en 2019 por la OMS y el estudio de Carga de morbilidad mundial de 2019.

Las personas pueden hacer mucho para mantenerse sanas, pero no pueden hacerlo todo solas, dice la OMS, cuyo primer informe sobre la situación mundial de la respuesta de la salud pública a la demencia muestra que solo una cuarta parte de los países del mundo tienen una política, estrategia o plan nacional para apoyar a las personas con demencia y a sus familias.

Estas lagunas son cada vez más preocupantes, ya que el número de personas con demencia está creciendo. La OMS estima que ya viven con demencia más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) . A medida que aumenta la esperanza de vida en todo el mundo, se calcula que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050.

Para impulsar el cambio, el informe destaca la urgente necesidad de reforzar el apoyo a nivel nacional, tanto para las personas con demencia como para quienes las cuidan, problemas similares a los generados por la pérdida de salud mental: ezquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno límite de personalidad (TLP), depresión, ansiedad y trastornos de alimentación. Entre las enfermedades no contagiosas que no son problemas de salud mental, sino que se asocian a trastornos neurodegenerativos, destaca la demencia, junto a enfermedad de Alzheimer, daño cerebral adquirido, autismo / Síndrome de Asperger, síndrome de Down y epilepsia.

Muchos países carecen de fondos asignados en los presupuestos nacionales de salud, lo que deja importantes lagunas en el tratamiento y la atención, y no implican ampliamente a las personas con demencia y a sus cuidadores y familiares en la formulación de las políticas. Estas son algunas de las áreas que hay que cambiar.

La OMS también está elaborando un Plan de Investigación sobre la Demencia para estructurar los esfuerzos de investigación y estimular nuevas iniciativas, con el fin de ayudar a superar los retos relacionados con los ensayos clínicos de tratamientos realizados sin éxito en el pasado y los altos costos de la investigación y el desarrollo.

La demencia está causada por una serie de enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o la apoplejía. Afecta a la memoria y a otras funciones cognitivas, así como a la capacidad de realizar tareas cotidianas. La discapacidad asociada a la demencia es un factor clave de los costos relacionados con esta enfermedad. En 2019, el costo mundial de la demencia se estimó en US$ 1,3 billones. Se prevé que el costo aumente a US$ 1,7 billones para 2030, o a US$ 2,8 billones si se tiene en cuenta el aumento de los costos de la atención.

La demencia roba a millones de personas sus recuerdos, su independencia y su dignidad, pero también nos arrebata a los demás a las personas que conocemos y amamos, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. El mundo está fallando a las personas con demencia, y eso nos perjudica a todos. Hace cuatro años, los gobiernos acordaron una serie de metas claras para mejorar la atención de la demencia. Pero las metas por sí solas no son suficientes. Necesitamos una acción concertada para garantizar que todas las personas con demencia puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen. 

La demencia requiere atención primaria, atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, cuidados de larga duración y cuidados paliativos, pero los cuidados informales (familiares) suman la mitad del coste

La atención que necesitan las personas con demencia incluye atención primaria de la salud, atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, cuidados de larga duración y cuidados paliativos. Aunque la mayoría de los países (89%) que proporcionan información al Observatorio Mundial de la Demencia de la OMS dicen que tienen algunos servicios comunitarios para la demencia, el nivel de prestación es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos y medios. La medicación para la demencia, los productos de higiene, las tecnologías de asistencia y las adaptaciones domésticas también son más accesibles en los países de ingresos altos, con un mayor nivel de reembolso, que en los países de ingresos bajos.

El tipo y el nivel de los servicios prestados por los sectores de la salud y la asistencia social también determinan el nivel de los cuidados informales, que son proporcionados principalmente por familiares. Los cuidados informales representan aproximadamente la mitad del costo mundial de la demencia, mientras que los costos de la asistencia social suponen más de un tercio. En los países de ingresos bajos y medios, la mayor parte de los costos de la atención de la demencia son atribuibles a los cuidados informales (65%). En los países más ricos, los costos de los cuidados informales y la asistencia social representan cada uno aproximadamente el 40%.

En 2019, los cuidadores pasaron una media de cinco horas al día proporcionando apoyo para la vida diaria a la persona con demencia que cuidaban; el 70% de esos cuidados fueron proporcionados por mujeres. Dado el estrés financiero, social y psicológico al que se enfrentan los cuidadores, el acceso a la información, la formación y los servicios, así como el apoyo social y financiero, es especialmente importante. En la actualidad, el 75% de los países informan de que ofrecen algún nivel de apoyo a los cuidadores, aunque, de nuevo, se trata principalmente de países de ingresos altos.

Ensayos clínicos infructuosos y elevados costos de la I+D hicieron que disminuyera el interés por los nuevos esfuerzos, pero aumenta en 3 países de altos ingresos

Una serie de ensayos clínicos infructuosos sobre tratamientos para la demencia, junto con los elevados costos de la investigación y el desarrollo, hicieron que disminuyera el interés por los nuevos esfuerzos. Sin embargo, recientemente se ha producido un aumento de la financiación de la investigación sobre la demencia, principalmente en países de ingresos altos como el Canadá, el Reino Unido y los Estados Unidos de América. Este último aumentó su inversión anual en la investigación de la enfermedad de Alzheimer de US$ 631 millones en 2015 a unos US$ 2800 millones en 2020.

Para tener más posibilidades de éxito, los esfuerzos de investigación sobre la demencia deben tener una dirección clara y estar mejor coordinados, dijo la Dra. Tarun Dua, Jefa de la Unidad de Salud Cerebral de la OMS. Por eso la OMS está desarrollando el Proyecto de Investigación sobre la Demencia, un mecanismo de coordinación mundial para estructurar los esfuerzos de investigación y estimular nuevas iniciativas.

Un punto importante de los futuros esfuerzos de investigación debería ser según la OMS la inclusión de las personas con demencia y sus cuidadores y familiares. En la actualidad, dos tercios de los países que proporcionan información al Observatorio Mundial de la Demencia «rara vez» involucran a las personas con demencia o no lo hacen en absoluto.

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