El último estudio de la revista The Lancet sobre la demencia y sus previsiones hasta 2050, Estimation of the global prevalence of dementia in 2019 and forecasted prevalence in 2050: an analysis for the Global Burden of Disease Study 2019, es un desarrollo de su conocido Global Burden of Disease (Carga global de la enfermedad), cuyos últimos datos corresponden a 2019 (por tanto, son previos a la Covid) y cubren 204 países, 369 causas de enfermedad y 87 factores de riesgo.
Su interés público y relevancia científica han crecido, sin embargo, por la expectativa de que la posterior pandemia vaya a elevar considerablemente los afectados por salud mental y por trastornos neurodegenerativos. Ya antes de la crisis de la Covid se indicaba que el primer tipo de problemas afectarían a 1 de cada 4 personas a lo largo de la vida en países como España; sus principales afecciones son ezquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno límite de personalidad (TLP), depresión, ansiedad y trastornos de alimentación. Algo similar se teme con otras enfermedades no contagiosas que no son problemas de salud mental, sino neurodegenerativas: demencia, enfermedad de Alzheimer, daño cerebral adquirido, autismo / síndrome de Asperge, síndrome de Down, epilepsia y enfermedades en si neurodegenerativa.
En efecto, el estudio eleva las previas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las propias estimaciones de la revista al empezar la pandemia, aunque sigan manejando datos de 2019.
Dice The Lancet que los casos de demencia en todo el mundo se triplicarán hasta 2050, pasando de 57 millones de casos (2019) a 153 millones, en adultos de 40 años o más, debido al crecimiento de la población y a su envejecimiento. No obstante, esta investigación ha estudiado solo cuatro factores de riesgo de la demencia, como el tabaquismo, obesidad, niveles altos de azúcar en sangre y bajo nivel educativo, mientras que las dos previas que veremos de OMS y la propia The Lancet consideraban más factores de riesgo.
Sólo las mejoras en el acceso a la educación reducirían la prevalencia de la enfermedad en más de seis millones de casos para 2050
Sin embargo, una de las principales conclusiones es que las mejoras en el acceso a la educación reducirán la prevalencia de la enfermedad en más de seis millones de casos para 2050, sin embargo, agrega que esto será contrarrestado por las altas incidencias en obesidad, niveles altos de azúcar en sangre y tabaquismo.
Los autores han destacado la necesidad de implementar intervenciones adaptadas localmente que reduzcan la exposición a los factores de riesgo, junto con la investigación para descubrir tratamientos efectivos que modifiquen la enfermedad y nuevos factores de riesgo modificables para reducir la carga futura de enfermedad.
Nuestro estudio ofrece mejores conocimientos a escala mundial, así como a nivel de país, a los responsables políticos y expertos en salud pública para comprender lo que impulsa el aumento de la demencia. Los gobiernos nacionales pueden utilizar estas estimaciones para asegurarse de que los recursos y el apoyo estén disponibles para las personas, los cuidadores y los sistemas de salud a nivel mundial, aseguró la autora principal del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), Emma Nichols.
Según Nichols, se deben centrar los esfuerzos en la prevención y control de los factores de riesgo, por lo que ha ensalzado las medidas que apoyan dietas saludables, realizar ejercicio físico o dejar de fumar.
El anterior estudio de la OMS sobre la demencia se publicó el pasado 1 de septiembre el Observatorio de Demencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que sufren demencia 55 millones de personas, pero subirán a 78 en 2030 y 139 en 2050.
Previamente, la OMS había informado además de que la demencia (enfermedad de Alzheimer, apoplejía y otras enfermedades asociadas a la edad avanzada) fue la séptima de las 10 principales causas de muerte en todo el mundo durante las dos primeras décadas de este siglo, tras las cardiopatías ( 9 millones de fallecimientos en 2019), accidentes cerebrovasculares y afecciones de las vías respiratoria, según la OMS. Pero antes de la COVID ocuparon el tercer lugar tanto en las Américas como en Europa en 2019, sobre todo entre las mujeres (65% de as muertes por demencia). Y es que la demencia y otras enfermedades no transmisibles (ENT) se cobran la vida de 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de todas las muertes en el mundo; la depresión constituye por sí sola una de las principales causas de discapacidad en el mundo.
La propia revista he Lancet, nada más extenderse la Covid, volvió a convocar a su Comisión Lancet de 2017 sobre prevención, intervención y atención de la demencia para identificar la evidencia de los avances que probablemente tengan el mayor impacto desde nuestro documento de 2017 y basarnos en su trabajo. Sus conclusiones fueron que alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo viven con demencia, y se prevé que esta cifra aumente a 152 millones para 2050, aumentando especialmente en los países de ingresos bajos y medios (PIBM), donde viven alrededor de dos tercios de las personas con demencia. En línea con el citado estudio de la OMS, añadía que la demencia afecta a las personas, sus familias y la economía, con costos globales estimados en alrededor de 1 trillón de dólares al año.
El mayor aumento en la prevalencia de la demencia ocurrirá en el este de África subsahariana
El estudio predice que el mayor aumento en la prevalencia de la demencia ocurrirá en el este de África subsahariana, donde se espera que el número de personas que viven con demencia aumente en un 357%, de casi 660 000 en 2019 a más de 3 millones en 2050, principalmente impulsado por el crecimiento de la población: Djibouti (473%), Etiopía (443%) y Sudán del Sur (396%) registraron los mayores aumentos.
De manera similar, en el norte de África y Medio Oriente, se prevé que los casos crecerán en un 367%, de casi 3 millones a casi 14 millones, con aumentos particularmente grandes en Qatar (1926%), los Emiratos Árabes Unidos (1795%) y Bahréin (1.084%).
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