El Ejecutivo ha optado por ponerlo más fácil modificando el decreto de las becas. Educación discutirá este asunto con los rectores el viernes próximo, aunque ya ha adelantado que esta medida ha sido introducida por la presión de las universidades. Nadie cuestiona que no es el mismo esfuerzo graduarse en Humanidades que en Física. Por eso era de extrañar que no se les midiese bajo otras normas. A los de ciencias les bastaba con sacar un seis y aprobar el 65% de los créditos técnicos y el 80% de Ciencias, mientras que los de letras tenían que superar el 90% y obtener un 6,5.
Devolver el dinero de las ayudas del Ministerio, que varían entre 1.500 y 6.000 euros, ha sido un verdadero golpe en las carreras de mayor complejidad, ya que se verán afectados entre el 5% y el 10% de los becados (un total de 296.000), dependiendo del campus, lo que daña especialmente a estas disciplinas.
Por ejemplo, en la Universidad Politécnica de Cataluña los deudores son unos 350, de un total de 4.100 becarios.
En la Politécnica de Madrid, 600 (el 10% de sus becados). Hasta hace dos cursos eran casos puntuales —40 devoluciones en 2012—, pues bastaba con presentarse al examen de un tercio de las asignaturas incluso sin aprobarlas.
“La Complutense tiene el doble de alumnos que nosotros y casi tienen que devolverla el mismo número. Eso demuestra la incidencia en los grados técnicos”, explicaa El País José Luis Grinda, el vicerrector de Estudiantes de la Politécnica. “Insistimos mucho al ministerio con este asunto”.
La verdadera prueba de fuego se encuentra en el primer año de universidad. Tan solo el 41,7% apreuban las asignaturas, porcentaje que mejora en Arquitectura, con el 53,5%, y empeora en Ciencias Físicas, Químicas y Geológicas ( con el 38,8%)
“Muchísimos jóvenes tendrán que dejar sus estudios y las familias endeudarse para devolver el dinero. Será una catástrofe y un país en el que solo algunos pocos ricos podrán estudiar este tipo de carreras”, razona la estudiante Amalia Gallego en la plataforma reivindicativa change.org. “Un curso malo no quiere decir necesariamente falta de interés”.
Grinda piensa que con Bolonia el rendimiento de los alumnos va a mejorar: “Cuenta también la evaluación continua, no solo los exámenes”. Los datos de la Politécnica de Madrid ponen de manifiesto que los alumnos tardan casi tres años más en concluir de lo estipulado.
“Hay un 23% de alumnos de ingenierías menos que hace una década. Nosotros somos punteros, pero las universidades privadas y otras públicas más pequeñas se están vaciando”, prosigue Grinda. Un fenómeno que se repite en todo el mundo desarrollado y que preocupa a las compañías, ávidas en la sociedad del conocimiento por contratar perfiles muy técnicos. “Por eso hemos lanzado, con el apoyo de grandes empresas, una campaña de fomento de vocaciones tecnológicas con la Academia de Ingeniería y la Politécnica de Valencia, a la que esperamos que se una la de Cataluña. No queremos que pase como en Holanda o Alemania, que vienen aquí a captar ingenieros”.