Teñido de rubio, con ademanes afeminados y, cuando lo pide el papel, con un gesto intimidante, Silva provoca cierto escalofrío. "El personaje tenía que crear una situación incómoda al oponente -explicó ayer el actor en Madrid- y eso se tenía que ver también en su aspecto. La caracterización tiene que tener un sentido dramático, si no solo es una muestra de vanidad del actor".
La crítica ha situado a Bardem como uno de los mejores villanos de las películas del famoso agente 007, su "primer monstruo" de película, según destacó el actor, aunque él prefiere atribuir el mérito al "trabajo" de un equipo con una "gran calidad humana y profesional". "Es muy difícil llegar a un lugar donde hay una familia construida y hacer un papel pequeño. Para eso necesitas calor y cariño", dijo. Para el actor, no hay duda de quiénes son los villanos de hoy: "Quienes rescatan a los bancos en vez de a las personas y los que hacen que los bancos no piensen sinceramente lo que significa un desahucio para tantas personas".
Desde su estreno, la 23ª entrega de James Bond, en cuyo reparto también aparecen Ralph Fiennes y Judi Dench, ya ha recaudado 77,7 millones de dólares (más de 60 millones de euros), unos datos satisfactorios para el equipo, ya que aún no se ha estrenado en EEUU.