jueves,18 agosto 2022
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Las medidas tomadas "provisionalmente" en diciembre del 2011

Bruselas, a Rajoy: Seguir con alzas de impuestos y congelación salarial de los funcionarios

Redacción
Las previsiones de primavera de la Comisión Europea para España recomiendan explícitamente a Rajoy que se olvide de las anunciadas rebajas fiscales, y por el contrario prorrogue las medidas que tomó "provisionalmente" en diciembre del 2011 al llegar al poder: las alzas del IRPF y el IBI luego complementadas el IVA, y la congelación salarial de los funcionarios extendida especialmente en educación y sanidad, además de la reducción o recorte de otros gastos durante las políticas de austeridad.

La Comisión europea dice en su informe que, de no hacerlo así, el déficit público español será del 6,1% del PIB en 2015, aunque ese año la economía española crezca por primera vez desde iniciarse la crisis el 2,1%, cuatro décimas más que el resto de la Eurozona (1,7%).

Las previsiones dadas a conocer ayer por la Bruselas para España no insisten en que haya una devaluación fiscal (nuevas subidas del IVA y de los impuestos especiales para que puedan bajar las cotizaciones a la Seguridad Social), tras constatar que desde el 2010 los costes laborales unitarios o por unidad producida han bajadado cada año del 1% al 3% y todavía bakaran este ao el 0,8% y el proximo ejercicio el 1,4%, frente a apenas un 0,4% de media en la Unión Europea. Ello ha permitido elevarlas exportaciones y reducir las importaciones (aumentar la demanda doméstica) mientras bajaban el consumo privado y la inversión. Pero ahora la Comisión piensa que ha llegado el momento de que estad sos últimas tomen el relevo y empiecen a recuperarse.

Estas previsiones primaverales auguran en general una vuelta al comportamiento amplificador de los ciclos para España a partir del 2015, una vez que se recupere el empleo, aunque dice que lo hará más frágilmente de lo previsto. Pero también por el lado negativo anticipan al presente año 2014 el que España supere por primera vez el 100% de deuda pública respecto al PIB, lo que el Gobierno de Rajpy dejaba para el 2015. Y además lanza el citado jarro de agua fría contra las bajadas de impuestos anunciadas para la reforma fiscal, tras haber advertido en varios párrafos que la consolidación fiscal española del 2013 ha marchado a menor ritmo que en el 2012 y que el déficit público se elevará de nuevo al 6,1% del PIB en 2015 si las medidas fiscales anunciadas como provisionales y que deben expirar a finales de 2014 no se prorrogan.

Se refiere con ello a las subidas en el IRPF y IBI (impuesto de bienes inmuebles) anunciadas provisionalmente para dos años el 30 de diciembre del 2011, junto a la congelación salarial de los funcionarios, que afecta especialmente a lo más numerosos: los de edudación y sanidad,  luego reforzadas en varias ocasiones con medidas adicionales de ajuste como las subidas del IVA y los recortes en otros gastos públicos. Fue cuando empezó a jalear la herencia recibida y anunció una "muy sustancialmente superior" cifra de déficit prevista para el 2011. Entonces implantó un gravamen al IRPF de dos años, un impuesto a la vivienda cuyo valor esté por encima del medio, y aprobó un acuerdo de no disponibilidad de gasto por valor de 8.900 millones por una desviación del déficit de dos puntos (8% frente al 6% inicial planteado el Gobierno socialista).

Por si acaso el Gobierno español se resiste a leer bien el mensaje de la Comisión, estas previsiones para España terminan con el siguiente párrafo: "El déficit público estructural ( es decir, al margen gastos financieros para mantenerlo y de la evolución del ciclo económico) se estima en el 2,8% y el 2,4% del PIB en 2013 y 2014, respectivamente, antes de subir a 3,4% en 2015. El largo déficit público y el bajo crecimiento del PIB nominal empujarán la deuda bruta de las administraciones públicas por encima del 100% del PIB en 2014 y cerca de  104% del PIB en 2015".

También pronostica Bruselas que el paro seguirá siendo alto y mayor que el previsto por el Gobierno, a pesar de las recientes caídas de la población activa o que se desanima a seguir o entrar al mercado laboral: 25,5% este año y 24% en el 2015, superior en ambos casos al doble que en la media de la Unión Europea, del 11,8% y 11,4% de la población activa.

Panorama europeo

Las previsiones de primavera de la Comisión Europea apuntan a una recuperación económica continuada en la Unión, después de que hace un año empezara a dejarse atrás la recesión. Está previsto que el crecimiento del PIB real alcance un 1,6 % en la UE y un 1,2 % en la zona del euro en 2014, y que siga mejorando en 2015 con un 2,0 % y un 1,7 %, respectivamente. Dicha previsión se basa en la hipótesis de que los Estados miembros y la UE aplicarán las medidas acordadas, procediendo a los ajustes necesarios.

Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión, ha declarado lo siguiente: «La recuperación se ha afianzado, los déficits se han reducido, la inversión está repuntando y la situación del empleo ha empezado a mejorar, factor este de gran importancia. El esfuerzo constante de los Estados miembros y la propia UE por aplicar la reforma está aportando sus frutos. El cambio estructural en curso me trae a la memoria el profundo ajuste emprendido por las economías de los países de Europa Central y Oriental durante la década de los noventa y en años posteriores, en el contexto de su adhesión a la UE hace ahora exactamente diez años. La experiencia de dichos países demuestra la capital importancia de emprender reformas estructurales en una fase temprana y mantener el rumbo, cualesquiera que sean las dificultades que haya que encarar a lo largo del proceso. Animados por este mismo espíritu, no debemos cejar en nuestro empeño de crear más empleo para los ciudadanos europeos y fortalecer el potencial de crecimiento.». 

Crecimiento gradual

Globalmente, se espera que la demanda interior se convierta en el vector fundamental del crecimiento durante el período que abarcan las previsiones. Los gastos de consumo deberían contribuir progresivamente al crecimiento a medida que la renta real mejore gracias a una menor inflación y a la estabilización del mercado laboral. La recuperación de la inversión, que aumentará en la vertiente tanto de la construcción como del equipo, debería seguir apoyando el crecimiento. Se prevé que, durante el periodo considerado, disminuya la contribución de las exportaciones netas.

Según también la nota de la Comisión Europea, el carácter gradual de este repunte está en consonancia con el observado en anteriores recuperaciones sobrevenidas tras crisis financieras profundas. Si bien las condiciones de financiación siguen siendo en promedio favorables, persisten diferencias sustanciales entre Estados miembros y entre empresas de distintas envergadura.

Las condiciones del mercado laboral empezaron a mejorar a lo largo de 2013 y se espera que, como consecuencia, aumente la creación de empleo y se produzca una nueva disminución de los índices de desempleo (hasta un 10,1 % en la UE y un 11,4 % en la zona del euro en 2015).

Se prevé que la inflación se mantenga en un nivel reducido, tanto en la UE (1,0 % en 2014, 1,5 % en 2015) como en la zona del euro (0,8 % y 1,2 %).

En los últimos años, los déficits por cuenta corriente de los Estados miembros vulnerables han disminuido debido al continuo incremento de la competitividad de los precios. En algunas de estas economías, se esperan excedentes en 2014 y 2015.

Está previsto que siga disminuyendo el déficit general de las Administraciones públicas. En 2014, esta disminución debería situarse en torno al 2,5 % del PIB tanto en la UE como en la zona del euro. La ratio deuda/PIB alcanzará un nivel máximo, situándose en casi el 90 % en la UE y el 96 % en la zona del euro, antes de experimentar una caída durante el año próximo.

El mayor riesgo de corrección a la baja de estas perspectivas de crecimiento sigue proviniendo de la pérdida de confianza que volvería a generar un estancamiento de las reformas. También ha crecido la incertidumbre respecto del entorno exterior. A la inversa, la aplicación adicional de reformas estructurales audaces podría conducir a una recuperación mayor de la prevista.

Aunque la actual evolución de los precios es el resultado tanto de factores externos como del proceso de ajuste en curso, un periodo de baja inflación demasiado prolongado también podría entrañar riesgos. No obstante, el afianzamiento gradual de la recuperación y su implantación cada vez más amplia deberían atenuar dichos riesgos.

http://ec.europa.eu/economy_finance/eu/forecasts/2014_spring_forecast_en.htm 

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