Según informa ‘La Vanguardia’, hace dos décadas la cifra de alumnos que viajaban a China era insignificante. A las disciplinas que tradicionalmente atraían a los europeos –lengua, medicina china y cultura y literatura– se unen ahora la economía y la gestión de negocios. El resurgimiento de China como superpotencia sitúa Asia como otro destino a tener en cuenta para ampliar conocimientos y ganar experiencia profesional.
Una estancia en el país permite mejorar con la lengua –aunque la mayoría de másters también se imparten en inglés–, vencer el choque cultural y hacer contactos.
Los chinos, por su parte, ya tienen muy claro que para ser competitivos necesitan una formación internacional y las universidades y escuelas se afanan en captar estos alumnos que al ser extracomunitarios pagan la matrícula de máster más cara, aumentan la tasa de internacionalización que tanto se valora en los rankings, pueden suplir la caída de matriculación en algunas carreras y hacen de "embajadores" de la universidad de acogida al regresar a su país.
Fuente: La Vanguardia