jueves,18 agosto 2022
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Días del Futuro Pasado en la prospectiva España 2050

Redacción
Es imposible no escribir esta semana sobre la prospectiva elaborada por un centenar de expertos del ámbito académico e investigador para 2050 pero vendida por el Ejecutivo en un acto que no pasaría de ser más que el habitual rito de la caza de fotos en el que nuestros gobernantes buscan simular un respaldo del ámbito empresarial y social a su hoja de ruta si no fuera por la carga de voluntarismo cuasi mesiánico a largo plazo que reclama para cumplirla.

Dejando al margen todo comentario político, si tomamos estas casi setecientas páginas como una propuesta de debate y para el diálogo ciudadano, es valioso. Esa es la función de la prospectiva, hablar al presente desde un futuro imaginario pero verosímil.

Pero igual que el primer párrafo de este artículo no contiene ni una sola coma y exige contener la respiración para leerlo en voz alta –y, seguramente, un par de relecturas para procesarlo–, el documento en cuestión exige una excesiva suspensión de nuestra incredulidad para poder sentarnos a hablar sobre ese escenario a 30 años que se nos presenta.

MUCHO COPYWRITING, POCA SOLUCIÓN

El problema es que el resultado presentado no llega a tocar tierra en su propósito porque no lo hace desde el propio relato de partida que construye.

Por ejemplo, ¿se puede vender como una de las pocas medidas concretas en el ámbito laboral una jornada laboral de 35 horas y no la búsqueda de soluciones a la precariedad y el subempleo?

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¿O hablar de importar 250.000 inmigrantes al año sin reflexionar sobre nuestra capacidad actual para atraer y retener su talento?

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Esto es culpa de los expertos que lo han elaborado, cuya solvencia individual está fuera de toda duda.

En los últimos quince años, he escuchado sus voces centenares de veces en comisiones e intervenciones de todo tipo. También leído decenas de miles de páginas de estudios económicos de los organismos relevantes: nacionales e internacionales, públicos y privados, muchos firmados por estos expertos.

Y por supuesto, en este tiempo me leído todas las prospectivas y planes presentados por cada uno de los Gobiernos de turno. Incluso he estado en la cocina de redacción de unos cuantos.

Por eso, este documento colectivo no me dice nada demasiado nuevo. Lo dice con un rigor y envergadura sin precedentes, eso sí –de las casi setecientas páginas más de 200 son notas a pie de página–, para una nota de prensa de un Gobierno.

Pero nada que haga justicia a la profundidad, la creatividad y la capacidad disruptiva de las propuestas que estos 100 expertos han elaborado en sus trabajos individuales o colectivos, sin las restricciones que impone la argamasa del copywriting institucional.   

 

LAS MOCHILAS VOLADORAS DEL 2050

Y el problema es que quizá por este copywriting nos queda la sensación de que el futuro que dibujan es el mismo que se dibujaba no ya en 2019, sino en 2012. Un futuro vintage.

Es un poco el síndrome de las mochilas voladoras que la literatura pulp de los años 30 prometía para 1960 –o los coches y patinetes aerodeslizadores que la saga de Regreso al Futuro predecía en 1985 para 2015–.

Futuros para los no existían los iPhones ni el concepto de Big Data o Blockchain y la Inteligencia Artificial era un sandbox para debates asimovianos, cuyas implicaciones para el futuro económico no eran tenidas en cuenta en el análisis académico. No al menos no en el patrocinado con fondos públicos.  

Por eso este documento es más ciencia ficción que prospectiva.

Y la cosa es más sangrante aún cuando sabemos que en España sí se puede hacer prospectiva, pero no se la escucha. Pienso en la obra de autores como Gustavo Matías, que predijo realidades como el accidentado aterrizaje del teletrabajo y su vinculación con el nomadismo digital hace veinte años.

Una clave en la revolución del empleo que este España 2050 menciona de pasada y para un horizonte a 30 años. El clásico "ya si eso ya tal".

Aunque supongo que es lógico que se preocupen más, como nos preocupamos todos, por cómo se va a poder resolver el retraso del trabajo en remoto que muestra esta infografía de datos de Eurostat:

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EL FIN DE LOS RIDERS

De plataformas digitales se habla más, a partir de datos que hasta yo he compartido en LinkedIn.

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Un enfoque que obvia una predicción que me atrevo a compartir por aquí después de incluso comentarla con expertos internacionales en transformación digital del calibre de Lasse Rouhiainen, con quien conversé hace unos días por el lanzamiento de su nuevo libro:

En 2050 no existirá el modelo de plataformas digitales en las que el único valor que aporta a la cadena de valor es la intermediación de un algoritmo.

Por varios motivos, pero sólo voy a citar tres:

  1. Legal y socialmente era una batalla perdida desde mucho antes de empezar. Os recuerdo que la sentencia del Supremo sobre los riders se hizo sobre la base de legislación laboral de 2012.
  2. Los algoritmos evolucionarán –ahí la Ley Riders sí ha dado un paso disruptivo y los ha convertido en un elemento de negociación colectiva– y se adaptarán a una nueva demanda en nuevos sectores en los que aporten mayor valor añadido no sólo para los empleadores, sino también para los empleados. Esto es algo crítico para el despegue de la economía del conocimiento que las empresas externalizan cada vez más. 
  3. El futuro del empleo es híbrido. España es un país ante todo asalariado, en el que ser autónomo es costoso, complicado y arriesgado. Pero cada vez hay más trabajadores cualificados en más sectores que no consiguen empleo por cuenta ajena por motivos tan peregrinos como ser jóvenes o por ser demasiado mayores. Y se hacen independientes. En 2050 las plantillas tendrán trabajadores de varias generaciones pero también una mejor integración con los externos, los nómadas.

Sí ya sé que esto último sí que parece ciencia ficción, sobre todo porque esta semana hemos conocido nuevos hachazos a los trabajadores por cuenta ajena. Pero si España no es capaz de hacerlo por sí misma, lo impondrá Bruselas en alguno de los múltiples rescates a los que nos someterá de aquí a 30 años.    

Aunque es todavía más probable que la revolución nazca de los propios departamentos de RRHH de las empresas, cuyo modelo actual de gestión del talento es incompatible con su propio futuro. Algo de lo que hemos visto muchas señales este 2020 y que explica bastante bien este artículo que he descubierto vía Albert Cañigueral.

 

OTRO 'POSTFUTURO' PARA ESPAÑA

Quizá el error del documento del Gobierno sea quedarse en paradigmas de la Tercera Revolución Industrial cuando posiblemente en 2050 estemos ya en la Quinta o la Sexta, o incluso las dos a la vez.

Para España 2050, la tecnología parece un riesgo –sobre todo en el ámbito del empleo –al que hay que capear para cumplir los mismos objetivos que llevamos arrastrando desde los tiempos de Zapatero. De hecho, promete una tasa de paro en 2050 sólo levemente inferior al mínimo alcanzado durante su primera legislatura –concretamente en 2007–…

Pero, como plantea Lasse Rouhiainen en su último libro INTELIGENCIA ARTIFICIAL PARA LOS NEGOCIOS. 21 CASOS PRÁCTICOS Y OPINIONES DE EXPERTOS, el eje de la Cuarta Revolución Industrial son las personas, No como proveedores de datos para la burbuja del marketing digital que han propiciado los monopolios tecnológicos, sino como conductores de su propia transformación tecnológica.

¿Imaginas poder enseñar a una IA a hacer exactamente lo que necesitas que haga para optimizar tu negocio para no depender de esos monopolios? Pues eso es la Cuarta Revolución Industrial: las personas en el centro.

Y así lo entienden los programas de formación para asalariados, emprendedores y empresas en este ámbito de Finlandia y por eso iniciativas como AuroraAI son el estándar que plantea aplicar la UE –al contrario que el documento España 2050, que reconoce a los finlandeses como ejemplo, pero les obvia como referente de sus propuestas–. 

EL PARALELO 02050

Si sigues habitualmente esta newsletter, ya sabes de que va la vaina, pero si te acabas de incorporar, quizá te sorprenda que me dedique a lanzar preguntas, reflexiones y mis ideas sobre el futuro que un análisis periodístico o académico del documento más convencional.

Creo que se ha escrito tantos ríos de tinta y se han emitido tantas tertulias sobre esto que puedo suponer que ya os habéis formado una opinión propia que puede, o no, coincidir con la mía. Pero si queréis eso, os dejo con un par que me parece interesantes que leáis:

En primer lugar, la valoración que hemos lanzado desde el Consejo Editorial de Ibercampus, del que tengo el honor de formar parte: View media in original article

Y en segundo, el debate que ayer mismo mantuve con Jordi Alemany en el podcast de En Tres Puntos, que ahora grabamos en riguroso directo a través de LinkedIn Live y otras plataformas. Repetimos, por cierto, este miércoles a las 18.30 para hablar largo y tendido de presión fiscal.

NEWSLETTER. Beyond The Hype. Un análisis crítico sobre el presente y el futuro del empleo en la Cuarta Revolución Industrial

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