Aquellos que no tengan sexenios vivos -una labor investigadora destacable- se verán obligados a impartir más horas de clase, mientras se reducirá la jornada docente para los profesores más brillantes en investigación. Educación señala que en torno al 50% de los profesores universitarios que son funcionarios carecen de los denominados sexenios vivos.
Wert critica que una "proporción muy elevada del profesorado no está investigando ni generando conocimiento", aunque cobra por ello. El Ejecutivo pretende así reducir el número de empleados en la educación superior. Las universidades, como las comunidades, estarán obligadas a realizar ajustes para sanear sus cuentas.