Esta “poda” neuronal, que culmina con el tránsito de la adolescencia a la edad adulta, se produce primero en la zona posterior del cerebro y por último en la corteza frontal, que es la que controla el razonamiento, la toma de decisiones y el control emocional.
Este hallazgo, que desmiente la tesis vigente hasta ahora, que sostenía que el cerebro maduraba por completo entre los 8 y los 12 años, explicaría además por qué muchos adolescentes no empiezan a razonar y a comportarse como adultos hasta una edad tan avanzada, que puede alargarse más allá de los veinte años, según afirma Giedd, director del Instituto Nacional de Salud Mental de Bethesda (Estados Unidos).Ahora bien, ¿de qué depende este “recorte” cerebral?, y, sobre todo, ¿es posible lograr que esta “poda” se produzca antes para que los adolescentes alcancen más pronto la madurez?
Aunque aún no están claros los factores que determinan este fenómeno, Giedd ha detectado que éste ocurre antes en las chicas que en los chicos, y que en los jóvenes más inteligentes se produce a edades más tempranas.
El experto apunta a la calidad y cantidad de actividades que realizan estos adolescentes, como idiomas o informática, como un posible factor de aceleración de este recorte neuronal, si bien no se ha confirmado si un exceso de actividad puede ser conveniente o contraproducente a la hora de determinar el desarrollo del cerebro.
Jay Giedd es uno de los once expertos que han participado en un curso sobre sexos e inteligencia organizado por el Consorcio Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Barcelona, en el que se ha intentado responder a cuestiones tan diversas como quiénes son más inteligentes, los hombres o mujeres, o por qué ellas son más propensas a sufrir enfermedades mentales.
“No se puede decir con rigor que un sexo es más inteligente que el otro, aunque sí se ha demostrado que existen muchas diferencias en los cerebros de hombres y mujeres, tanto en cuanto a su tamaño, como en las conexiones y las sustancias químicas que contienen”, ha explicado a Efe el catedrático de Psicobiología de
Morgado asegura que la forma de pensar y de procesar la información de hembras y varones es diferente, aunque al final el resultado es el mismo, pese a que se llegue por vías distintas.
Se sabe también que las mujeres son más sensibles a lo emocional y a la amenaza, así como más asustadizas y capaces de comprender las desgracias ajenas, lo que les hace ser más propensas a sufrir enfermedades de base emocional, como la ansiedad o la depresión.
Siempre se ha dicho, por otra parte, que los hombres son más hábiles en los números y más proclives a las adicciones, si bien estas características parecen responder más a la presión del entorno social que a diferencias cerebrales entre ambos sexos, como lo demuestra el hecho de que cada vez son más las mujeres que acceden a carreras científicas y que fuman o beben.
En cualquier caso, Morgado considera que aún queda mucho camino por descubrir en cuanto a las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres. “Cuanto más sepamos -advierte-, más nos daremos cuenta de que somos más diferentes de lo que pensamos”.
Fuente: EFE