La Comisión reclama así en su informe Financiación del sistema universitario español: valoración de la situación actual, objetivos e instrumentos para alcanzarlos, aprobado el pasado viernes por este grupo de especialistas para su posterior debate en el Pleno, que se celebrará el próximo martes, que esta ampliación de recursos para la Universidad se consiga a través de un esfuerzo “compartido” del sector público y privado, en un 80 (2.186 millones) y un 20 por ciento (547 millones), respectivamente.
Las partidas públicas se destinarán, por parte de
En relación a la adaptación de España al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), los autores del informe, de un total de 65 páginas, calculan que no precisa una aportación de recursos para servicios educativos mayor al 1 por ciento del PIB, calculando la necesidad de una financiación adicional en torno al 0,1 y 0,12 por ciento del PIB en España. No obstante, especifican que no todos los sistemas regionales ni las universidades tienen ´la flexibilidad estructural ni de regulación que exigiría una completa adaptación al cambio´.
Los expertos destacan especialmente la preocupante “debilidad” que origina que una parte de los títulos registre demandas muy escasas. Como muestra, detalla que la demanda en las Ciencias de la Salud es un 270 por ciento superior a la oferta, mientras que en el resto de las enseñanzas hay un excedente de oferta. Del mismo modo, alertan de los deficitarios modelos de financiación existentes en la actualidad, tanto a nivel funcional como a la hora de rendir cuentas de su actividad.
Debilidad y deficiencia que se añaden a la tajante afirmación de que “la universidad ofrece enseñanzas insuficientemente adaptadas a las necesidades reales de la sociedad”, por lo que los expertos que han participado en el estudio realizan una serie de recomendaciones, que pasan por mejorar los instrumentos para facilitar la igualdad en el acceso “hasta lograr que la renta no condicione el ingreso”; realizar un análisis de viabilidad de la oferta y la demanda de las titulaciones, acentuar la especialización de las universidad o aproximar la duración real a la duración oficial de los estudios, algo que afecta especialmente a las ingenierías.