jueves,18 agosto 2022
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EEUU y otros emergentes del G20 prefieren ayudar hogares

El G20 fracasa otra vez en dar respuesta coordinada a la crisis,que Europa centra en las empresas

Redacción
El Grupo de las 20 mayores economías del mundo (G20) fracasó otra vez en dar respuesta coordinada a la crisis del COVID. Europa, y entre sus países sobre todo los más desiguales como España e Italia, centra sus ayudas a la recuperación en las empresas más que en los hogares, a diferencia de los países emergentes, entre ellos los latinoamericanos. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ve ya reactivación, prevé caída de un 9,4 % en el PIB de América Latina y Caribe en 2020.

Representantes de Finanzas del Grupo de las 20 principales economías, que suman 66 % de la población mundial y 85 % de su producción y renta, prometieron el sábado 18 de julio continuar utilizando "todas las herramientas de política disponibles" para combatir la pandemia de coronavirus e impulsar la economía global, advirtiendo que las perspectivas siguen siendo muy inciertas, según  la agencia Reuters. Pero lo cierto es que no concretaron ni plan de Accion, ni moratoria de deuda, ni impuestos digitales y freno a paraísos fiscales que drenan recursos necesarios para financiar los Estados de Bienestar y ahora la recuperación de la pandemia. 

Aunque el G20 se limitó en su ultima cumbre de marzo a sumar los estímulos de cada país, se comprometió a dar una respuesta coordinada globalmente. Pero su Plan de Acción al respecto aprobado en abril en respuesta a la COVID-19 aún no ha sido concretado, ni siquiera en el aspecto de fortalecer el apoyo financiero internacional a los países que lo necesiten, en especial a los países más pobres.

Según la agencia AFP, el G 20 aún sigue sin pronunciarse sobre la prórroga de la moratoria a la deduda de los paises más pobres, pese a que en su comunicado final tras la reunion del sábado "considerarían una extensión" de la medida en los próximos meses. Forman parte del G20 19 países y la  Unión Europea, además de 3 naciones que aparecen junto a las otras 16: .Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rein Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. Forman parte igualmente como asociados los bancos centrales y numerosas organizaciones de cooperación internacional como el FMI. 

Los ministros de Economía del G20 celebrarán una reunión ministerial este miércoles y jueves próximo, 22 y 23 de julio, para continuar las discusiones sobre tecnologías digitales que pueden preparar al mundo para la recuperación del coronavirus, según la agencha china Xinhua.La reunión se llevará a cabo bajo la presidencia saudí del G20 y también se centrará en garantizar una mayor resiliencia frente a futuras crisis, informó hoy la Agencia de Prensa Saudí.Los ministros analizarán la inteligencia artificial centrada en el ser humano y las ciudades inteligentes, los flujos de datos, la seguridad en la economía digital, la medición de la economía digital y la conectividad global.La reunión revisará la agenda de la economía digital para la Declaración de la Cumbre de Líderes en noviembre de 2020. En su agenda no figura tratar sin embargo la imposición a las digitales ni poner freno al uso creciente por parte de estas de los paraísos fiscales, que no solo merman recursos vitales para la recuperación económica a Europa (donde hay la mayor concentración de paraísos fiscales: Irlanda, Holanda, Luxemburgo, Mónaco, Chipre, etc, por lo que es considerado el mayor paraíso fiscal global: el 50% de la inversión directa es fantasma y recibe un 85%), sino en  América Latina y el Caribe (que pierde al año 325.000 millones de dólares por incumplimiento tributario según las últimas estimacionjes recientes de CEPAL, Comisión regional de la ONU).

Tras la reunión de este sábdo  ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 dijeron en su comunicado  que la actividad mundial se recuperará a medida que las economías locales reabren gradualmente, pero afirmaron que se necesitaban más acciones para garantizar el crecimiento."Estamos determinados a seguir utilizando todas las herramientas de política disponibles para salvaguardar la vida, el empleo y los ingresos de las personas, apoyar la recuperación económica global y mejorar la resiliencia del sistema financiero, al tiempo que protegemos contra los riesgos a la baja", asegurar el comunicado.

Impacto del COVID y suspensión del servicio de la deuda

El COVID-19, la enfermedad causada por el virus, ha infectado hasta este lunes a más de 14,5 millones de personas y ha matado a otros 606.173 en 188 países, según las estadisticas de la JHU.El coronavirus está creciendo de nuevo en media Europa. Un total de 28 de los 55 países que componen lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina Región Europea registraron subidas de la epidemia en los últimos 14 días hasta sumar más de tres millones de casos y superar las 207.000 muertes desde el inicio de la crisis, según este organismo. Por su parte, los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades completan la fotografía con los casos por cada 100.000 habitantes en esos últimos 14 días, un listado que encabezan con las peores cifras Luxemburgo, Suecia, Portugal, Bulgaria y Rumania. En el lado opuesto están Noruega, Estonia, Hungría, Finlandia y Malta. El ECDC estudia menos países que la OMS (31 frente a 55), por eso la cifra total de casos en su estadística suma 1,6 millones de casos.

Funcionarios de Finanzas del G-20 dijeron que 42 de los 73 países más pobres del mundo habían solicitado un congelamiento en los pagos oficiales de deuda bilateral hasta finales de año, equivalente a unos 5.300 millones de dólares en pagos diferidos.

Reflejando las preocupaciones planteadas por el Banco Mundial de que China, miembro del G-20 y el mayor acreedor de los países en desarrollo, no participaba plenamente, los funcionarios instaron a todos los acreedores bilaterales oficiales implementar la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) de manera completa y transparente.

También "alentaron fuertemente" a los acreedores privados a participar en términos comparables, y dijeron que considerarían extender la suspensión de la deuda en la segunda mitad de 2020.Los acreedores privados no habían recibido ninguna solicitud formal de los países para la suspensión del servicio de la deuda en virtud de la iniciativa del G-20, dijo el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) el miércoles, antes de la reunión celebrada el sábado.

Perspectivas de la moratoria en la deuda

"Consideraremos una posible extensión de la moratoria en la segunda mitad de 2020, teniendo en cuenta el desarrollo de la situación de pandemia de la COVID-19", apuntó el mecanismo en un comunicado emitido al término de una reunión de los ministros de Finanzas del G20 y los gobernadores de bancos centrales.

Asimismo, la nota indicó que también se tomará la decisión en función de los resultados de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) sobre las necesidades de liquidez de los países pobres, que será presentado a los países del G20 en octubre.

El comunicado añadió que hasta el momento, 42 países han solicitado beneficiarse de la moratoria de la deuda, por un monto estimado en 5.300 millones de dólares del servicio de la deuda de 2020 a diferir.

En este sentido, el G20 dijo que el FMI y el Banco Mundiañ han propuesto "un marco de monitoreo fiscal y un proceso para fortalecer la calidad y la coherencia de los datos de la deuda"."Vemos la necesidad de más progreso y alentamos firmemente a acreedores privados para que participen en la moratoria en términos comparables cuando lo soliciten los países elegibles", señalaron los países de este mecanismo.

El FMI pide más medidas para una la recuperación tras anunciar que la economia mundial empieza  a recuperarse, pero advierte que los rebrotes podrian complicarlo

Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), instó a tomar medidas adicionales para asegurar una recuperación resistente: “las políticas fiscales y monetarias de apoyo deberán continuar hasta que podamos asegurar una salida segura y duradera de la crisis. La retirada prematura de este soporte podría descarrilar la recuperación e incurrir en mayores costos”.

El FMI ha respondido a esta crisis de forma sin precedentes con financiamiento de emergencia a 72 países en tres meses gracias al apoyo de los 189 países miembros, aunque spiramos a hacer aún más, añadió  su directora gerente: Tenemos una oportunidad única de hacer que el futuro sea mejor: un mundo que sea más justo y equitativo; más verde y sostenible; más inteligente y, sobre todo, más resiliente.(…) Las autoridades económicas del G-20, y todos nosotros trabajando juntos, debemos aprovechar la oportunidad de hacer que este futuro se convierta en realidad.

A su juicio, es necesario primero invertir en la gente, en educación, salud y protección social, y en evitar el fuerte aumento de la desigualdad que esta crisis podría desencadena. En segundo lugar, promover un crecimiento de baja intensidad de carbono y que fomente la resiliencia climática, por ejemplo mediante una asignación racional del gasto público. Y en tercer lugar aprovechar la transformación digital, ya sea ampliando el uso de plataformas de gobierno electrónico para mejorar la eficiencia y la transparencia y a la vez reducir la burocracia, o recurriendo al aprendizaje a distancia o el teletrabajo.

El FMI anunció un deterioro de las perspectivas económicas y proyectó que el crecimiento mundial se contraería un 4,9% este año, pues tras registrar un descenso sin precedentes a comienzos de este año, ha comenzado a fortalecerse de manera gradual. Prevé que la recuperación parcial continúe en 2021. Las medidas excepcionales adoptadas por muchos países, incluidos los del G20 —con medidas fiscales de aproximadamente once billones e inyecciones masivas de liquidez por parte de los bancos centrales frenaron la caída de la economía mundial. No debe subestimarse este extraordinario esfuerzo .

Pero todavía no estamos fuera de peligro. Una segunda oleada mundial de la enfermedad podría perturbar nuevamente la actividad económica. Entre otros riesgos están las valoraciones sobredimensionadas de los activos, la volatilidad de los precios de las materias primas, el aumento del proteccionismo y la inestabilidad política, según el FMI .

Por el lado positivo, los avances médicos en vacunas y tratamientos podrían dar un impulso a la confianza y la actividad económica. Estos escenarios alternativos dejan ver claramente que persisten los niveles sumamente elevados de incertidumbre.

En muchos países la crisis dejará cicatrices económicas muy profundas. Los graves trastornos en el mercado laboral son una preocupación importante. En algunos países se han perdido más empleos en marzo y abril que los que se han creado desde el final de la crisis financiera mundial. Los cierres de los colegios también incidieron en la capacidad de la gente, en particular las mujeres, de participar en el mercado de trabajo.

Afortunadamente algunos empleos se han recuperado desde entonces, pero la proporción de la población en edad laboral que está empleada es mucho menor que a comienzos de 2020. Además, es probable que el impacto en el mercado laboral tenga un alcance mucho mayor, ya que muchas de las personas que están empleadas están trabajando menos horas.

La cuestión de fondo es que la pandemia probablemente incrementará la pobreza y la desigualdad, lo que una vez más dejaría dolorosamente al descubierto las deficiencias de los sistemas sanitarios, la precariedad del empleo y las difíciles perspectivas a las que se enfrentan los jóvenes para poder acceder a las oportunidades que tanto necesitan.

Para que la recuperación sea más inclusiva y resiliente, debemos actuar en dos esferas fundamentales: 1) políticas nacionales y 2) esfuerzos colectivos.

1. Políticas nacionales: Sostener fuentes vitales de actividad específicas

Los países se encuentran en diferentes etapas de la pandemia, por lo que sus respuestas también variarán. Como el FMI ha subrayado, los países de mercados emergentes y en desarrollo serán los más afectados por esta crisis debido a que se enfrentan a retos mayores y a disyuntivas más pronunciadas que las economías avanzadas, y necesitarán más apoyo durante un período más prolongado. Dicho esto, existen varios imperativos en materia de políticas nacionales que son de aplicación general.

Proteger a las personas y los trabajadores. En todo el mundo, los países han reforzado las fuentes vitales de actividad económica de las personas y los trabajadores. Estas redes de seguridad deben mantenerse según sea necesario y, en algunos casos, ampliarse: desde la licencia retribuida por enfermedad para familias de bajo ingreso, hasta el acceso a asistencia sanitaria y seguros de desempleo y la ampliación de las transferencias monetarias y en especie para los trabajadores del sector informal, siendo a menudo los mecanismos digitales la mejor opción para su prestación. Resulta alentador que los países con mayores niveles de desigualdad hayan dedicado porcentajes mayores de apoyo a los hogares, entre ellos los pertenecientes a grupos vulnerables.

Al mismo tiempo, muchos empleos nunca se recuperarán debido a que la crisis ha desencadenado cambios duraderos en los patrones de gasto. Se debe continuar apoyando a los trabajadores, entre otras formas mediante la reconversión laboral, para que puedan moverse desde sectores que se están contrayendo hacia otros que están en expansión.

Apoyar a las empresas. También se apoya a las personas y a los trabajadores al ampliar las fuentes vitales de actividad para incluir negocios viables, según el FMI. En el G-20, se ha proporcionado apoyo a más empresas mediante el alivio en el pago de impuestos y contribuciones a la seguridad social, donaciones y bonificaciones de intereses. Una proporción significativa se ha dirigido a pequeñas y medianas empresas (PYME), algo especialmente importante dado que las PYME son un motor fundamental de empleo. Sin este apoyo, el análisis del personal técnico sugiere que las quiebras de PYME se podrían triplicar, desde un promedio del 4% antes de la pandemia hasta un 12% en 2020, amenazando con aumentar el desempleo y perjudicar los balances de los bancos.

En efecto, la cooperación internacional es vital para minimizar la duración de la crisis y asegurar una recuperación resiliente. Los ámbitos en los que la acción colectiva es fundamental incluyen según el FMI:

  • Garantizar suministros sanitarios adecuados: a través de la cooperación en la producción, compra y distribución equitativa de vacunas y terapias eficaces, llevada a cabo inclusive en forma transfronteriza.

  • Evitar nuevas fracturas en el sistema de comercio mundial: los países deben hacer todo lo posible por mantener abiertas las cadenas de suministro mundiales, acelerar la iniciativa de reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y buscar un acuerdo integral sobre tributación digital.

  • Velar por que los países en desarrollo puedan financiar sus necesidades críticas de gasto y responder a los retos de sostenibilidad de la deuda: continuar los avances en la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G-20 es especialmente importante.

  • Fortalecer la red de seguridad financiera mundial: entre otras cosas, considerando nuevas ampliaciones de las líneas de crédito recíproco y el uso mejorado de los derechos especiales de giro (DEG) del FMI.

FMI prevé caída de 9,4 % en PIB de América Latina y Caribe en 2020; recomienda bajar tasas

El FMI estima que América Latina será la región continental de peor crecimiento económico en 2021 tras caer su PIB durante el presente año un 9,4%

Sin incluir a Venezuela dentro de sus estimaciones generalizadas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer que la economía de América Latina y el Caribe caerá 9,4 % para cuando termine este año, lo que representa una caída de 4,2 puntos porcentuales en comparación con la estimación hecha por el organismo en abril de este año, según datos del FMI procesados por Valora Analitik.

Sin embargo, el FMI condiciona a una recuperación del mercado petrolero y el control de rebrotes del coronavirus en la región, una mejor previsión para el crecimiento del próximo año.
El FMI mejoró en 30 puntos básicos el dato para 2021, que ahora se fija sobre el 3,7 %.
Las economías dependientes del turismo caerían en 2020 cerca de un 10,3 %, aunque crecerían a ritmos del 4,8 % para el próximo año. Mientras que los dependientes de commodities podrían tener un crecimiento del 3,5 % en 2020 y del 3,2 % para 2021.
Por lo anterior, y teniendo en cuenta que los indicadores de inflación se mantienen en rangos esperados para la región, el FMI recomienda que la política monetaria se siga acomodando a los cambios de la crisis por el coronavirus y la reducción de tasas de interés de parte de bancos centrales sea posible siempre y cuando exista espacio.
De las economías más importantes de la región, Perú es la de peor escenario para con un descenso del 13,9 %; seguida de México, que caería 10,5 %; mientras que Argentina y Brasil aparecen en el tercer y cuarto lugar con caídas del 9,9 % y 9,1 %, respectivamente.
Colombia y Chile, según el documento del organismo multilateral, serán las de mejor proyección para este año con descensos del 7,8 % y 7,5 %, respectivamente.
Perú es el país con peor cambio de proyección en comparación con el dato de abril de este año: es más crítico en 9,4 puntos porcentuales. Aunque para 2021 será la economía de América Latina que más crezca, con un 6,5 %.
Chile, Colombia y Argentina siguen en el escalafón de mejor desempeño en 2021 con aumentos del PIB en 5 %, 4 % y 3,9 %, respectivamente.
“Las políticas de contención y mitigación deben ser calibradas adecuadamente para evitar una segunda ola pandémica y gestionarlas de forma localizada conforme se vayan presentando los nuevos brotes”, recomendó el FMI.  

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