Liderados por Geoff Jones y Glenn Almany, ambos de la Universidad James Cook de Queensland, el equipo ha llevado a cabo el proyecto en aguas de Papúa Nueva Guinea, en el Pacífico Sur.
Almany ha explicado que el procedimiento consistió en marcar a más de 300 hembras adultas con un isótopo que éstas transmitieron a sus retoños, para poder seguir la trayectoria de los peces payaso desde su nacimiento. Siendo bebés, el mar arrastra a los pequeños peces payaso que acaban en arrecifes coralinos situados hasta a 10 kilómetros de distancia de los arrecifes donde nacieron, y al menos un 60% de ellos vuelven a su lugar de origen.
Las observaciones del estudio exponen cómo las áreas marinas protegidas pueden ayudar a mantener poblaciones de peces en zonas donde la pesca no está prohibida. El equipo espera continuar sus investigaciones con otras especies como la trucha de coral de la Isla Keppel, en la Gran Barrera de Coral australiana, y en Papúa Nueva Guinea.