Mientras la Administración de Medicamentos y Alimentos, agencia del Gobierno de los Estados Unidos (DFA, según sis iniciales inglesas), responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos, decide para prohibir o no las ventas de Juul si los supuestos beneficios del vapeo superan a la introducción de una generación completamente nueva a la adicción a la nicotina, en España la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV) ha iniciado un proceso judicial contra la Administración General del Estado, solicitando la cesación y rectificación de la campaña institucional de publicidad y comunicación “El Tabaco Ata y Te Mata En Todas Sus Formas”.
Esta campaña, promovida por los Ministerios de Sanidad y Consumo desde el año 2019 en páginas web, redes sociales, televisión, radio y otros medios de comunicación, identifica de forma manifiestamente engañosa vapear y fumar, equiparando ambas actividades y atribuyéndoles los mismos efectos nocivos, según la citada UPEV, que rechaza frontalmente esta postura por ser falsa y carecer del mínimo rigor exigible.
Juul está gastando millones en lobby y persuasión pública para obtener luz verde de la FDA y poder continuar con sus operaciones, recurriendo incluso al fraude científico, como el caso de 2 científicos alertaron en 1997 pero no se les hizo caso, lo que ha costado 573 millones el relevo de su cúpula directiva a McKinsey, o el escándalo del infectólogo francés Didier Raoult, defensor en falso de la hidroxicloroquina, tras publicar 3.500 artículos en revistas cientificas.
Pero un artículo del New York Times informó a principios de julio que la empresa "pagó 51.000 dólares para que la edición completa de su número de mayo-junio del American Journal of Health Behavior (AJHB), dedicado a publicar 11 estudios financiados por la compañía intentando ofrecer evidencias de que los productos Juul ayudan a los fumadores a dejar de fumar", para luego puede señalar como "prueba" ese beneficio para la salud pública.
La tarifa de 51.000 dólares incluía 6.500 para abrir al acceso público todas las 219 páginas de esa edición, en cuyo índice pueden verse los nombres de los 26 investigadores coautores de los 11 estudios.Según las declaraciones de “conflicto de intereses” recogidas por David Dayen en The American Prospect, 18 de ellos son o eran empleados a tiempo completo de Juul cuando realizaron la investigación. Otros cinco son consultores de PinneyAssociates, que trabajan "de forma exclusiva para Juul Labs". Y los tres últimos, coautores de uno de los 11 estudios,empleados del Center for Substance Use Research, consultora “independiente” que diseñó ese estudio bajo un contrato con Juul Labs. Prácticamente ninguno de los artículos menciona que Juul y otras compañías de vapeo ganan dinero atrayendo a innumerables personas nuevas a la adicción a la nicotina.
Saul Shiffman, uno de los consultores de PinneyAssociates, obtuvo el crédito de coautor en 10 de los 11 estudios. “En ese cargo, actuó como editor interno y coordinador de los artículos de este número especial”, según se lee en la declaración de conflicto de intereses (pag 6) de su nota introductoria a dicho número especial. PinneyAssociates ha alegado que Shiffman y Erik Augustson, uno de los ex empleados de Juul, escribieron que "todos los artículos se sometieron al proceso estándar de revisión por pares y editorial de la revista y creemos que la ciencia subyacente es sólida", agregando que el Dr. Elbert Glover, editor en jefe de la revista, supervisó todo el contenido del American Journal of Health Behavior, revista que ha existido durante 45 años y se enorgullece de sus escrupulosas pautas éticas.
Europa está a la expectativa de la anunciada decisión norteamericana, aunque ya a mediados de 2020 Juul, en plena emergencia de la pandemia de COVID-19, se retiró de España y otros cinco países, tras operar en el Continente poco más de un año, después de que la Unión Europea impusiera requisitos estrictos para los productos de cigarrillos electrónicos. Estas trabas o límites se impusieron tras extenderse durante varios años las críticas al cigarrillo electrónico por incitar a los jóvenes a fumar, según declaraban a principios de 2014 algunos eurodiputados, debido a que la nueva directiva europea sobre la venta de tabaco no incluyó una regulación más concreta, menos laxa sobre el cigarrillo electrónico. En vez de servir para dejar de fumar, "parece que está incitando a los jóvenes", decía el eurodiputado socialista español Andrés Perelló. Apenas un año después se admitiía que el 79,2% de los jóvenes barceloneses conocía el e-cigarrillo, a pesar de publicarse que el fortalece a las bacterias y debilita a los medicamentos. También que los cardiólogos aconsejan restringir los cigarros electrónicos a los jóvenes.
No obstante, el reciente estudio de mercado de la consultora 360 ResearchReports, titulado Global Vape Market Development Strategy Pre and Post COVID-19, by Corporate Strategy Analysis, Landscape, Type, Application, and Leading 20 Countries, entre ellos España, asegura que el mercado global aumenta a una tasa considerable durante el período de pronóstico entre 2021 y 2026. Dice que América del Norte, especialmente los Estados Unidos, seguirá desempeñando un papel importante que no se puede ignorar, si bien admite que cualquier cambio de Estados Unidos podría afectar la tendencia de desarrollo de Vape. Menciona como principales jugadores a Njoy, Innokin Technology, JUUL Labs, KiK, International Vapor Group, China First Union, Imperial Tobacco, V2 Cigs, Altria, British American Tobacco, Hangsen, Shenzhen Jieshibo Technology, Huizhou Kimree Technology
Dos de cada tres fumadores de EEUU que prueban el vapeador dejan el tabaco tradicional, decían en sus declaraciones a la prensa los responsables de Juul en España, donde esperaban captar a parte de los 10 millones de fumadores y presentaban la empresa nacida en 2015 como de alta tecnología, fruto de las innovaciones de dos exfumadores (Adam Bowen y James Monsees) que hicieron un máster en diseño técnico en Stanford (EEUU). Añadían que en EEUU, el 64% de los fumadores que proron Juul habían dejado el tabaco… y muchos en los primeros días".Así llegó a extenderse por España y otros países, a pesar de que el Gobierno español culminaba hace cuatro años la trasposición de la normativa europea de tabaco, con el objetivo de avanzar en la protección de la salud de los fumadores y productos relacionados e, indirectamente, de los fumadores pasivos.
En este contexto, Juul, surgida casi de la nada, controlaba casi todo el mercado de los cigarrillos electrónicos, pero se redujo en apenas un año del 75% al 42 por ciento. Altria, fabricante de Marlboro, compró el 35% de de la empresa a finales de 2018, valorándola en 36.600 millones de dólares, como Ford Motor Company, Target o Delta Airlines, por lo que el grupo Philip Morris tuvo que reconocer pérdidas cercanas a los 8.000 millones de dólares (3.718 millones de euros) antes de abandonar España esa firma de vaping en mayo de 2020.
Su éxito se había disipado un año después al saberse que al menos mil personas contrajeron una misteriosa enfermedad relacionada con el vapeo en el otoño de 2019. Los reguladores estatales y federales comenzaron a investigar el marketing descaradamente obvio de la compañía para los adolescentes, mientras algunas ciudades y estados prohibieron las ventas y Juul tuvo que eliminar las cápsulas de vaporizador con sabor, diseñadas para atraer a los jóvenes.
