Las declaraciones de Isabel Ayuso negando el impacto de la contaminación atmosférica en la salud de las personas ( "Nadie ha muerto tampoco de esto. No quiero que se genere una alarma de salud pública, porque no la hay", declaró a la Cadena SER) han causado una avalancha de reacciones críticas, mientras en vez de disculparse han tratado de defenderla desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid, responsable entre otras funciones de la mayoría del gasto público sanitario y educativo, por lo que esta Comunidad tiene importantes representaciones en los consejos sociales de las universidades. Hasta la Organización Mundial de la Salud ha informado que desde hace más de 30 años hay más de 70.000 publicaciones científicas que avalan los riesgos de la contaminación ambiental en la salud, en lo que no hay ninguna discrepancia o desacuerdo en la comunidad científica, sino que cada día se añaden más evidencias (ver vídeo de resumen bajo estas líneas). Para España, se estiman entre 10.000 y 20.000 fallecimientos anuales, por lo que médicos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), partidos políticos de izquierda, el Gobierno en funciones y los ecologistas recordaron a la presidenta de Madrid que la contaminación mata, como ha publicado en los últimos años Ibercampus,es (ver algunas de sus informaciones en las noticias relacionadas, entre ellas que la contaminación daña al feto, eleva los ingresos hospitalarios incluso de niños, o que ruido y contaminación perturban la conducta escolar.
La OMS estima que en 2012 perdieron la vida 12,6 millones de personas por vivir o trabajar en ambientes poco saludables: casi una cuarta parte del total mundial de muertes, según nuevas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los factores de riesgo ambientales, como la contaminación del aire, el agua y el suelo, la exposición a los productos químicos, el cambio climático y la radiación ultravioleta, contribuyen a más de 100 enfermedades o traumatismos.
En la segunda edición del informe, Ambientes saludables y prevención de enfermedades: Hacia una estimación de la carga de morbilidad atribuible al medio ambiente, se revela que desde la primera edición, publicada hace una década, las muertes por enfermedades no transmisibles que pueden atribuirse a la contaminación del aire (incluida la exposición al humo ajeno) han aumentado hasta la cifra de 8,2 millones. Las enfermedades no transmisibles, como los accidentes cerebrovasculares, los cánceres y las neumopatías crónicas, constituyen actualmente casi dos terceras partes del total de muertes debidas la insalubridad del medio ambiente.
La mayor parte de las muertes por factores medioambientales se deben a las enfermedades no transmisibles
En ese mismo periodo se han reducido las muertes debidas a enfermedades infecciosas como la diarrea y el paludismo, con frecuencia vinculadas a deficiencias en el suministro de agua, el saneamiento y la gestión de los desechos. A esa reducción ha contribuido en gran medida la mejora del acceso al agua potable y el saneamiento, así como a la inmunización, a mosquiteros tratados con insecticidas y a medicamentos esenciales.
Ambientes más sanos para mejorar la salud
«Un ambiente sano es la base de la salud en la población», señala la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. «Si los países no adoptan medidas para que los ambientes en los que se vive y se trabaja sean sanos, millones de personas seguirán enfermando y muriendo prematuramente».
En el informe se hace hincapié en las diferentes medidas costoeficaces que pueden tomar los países para invertir la tendencia al alza de las enfermedades y las muertes por influencia del medio ambiente. Entre esas medidas se incluye el uso de combustibles sólidos para cocinar y el mayor acceso a tecnologías energéticas que emiten poco carbono.
«Es sumamente urgente invertir en estrategias que reduzcan los riesgos ambientales en las ciudades, hogares y lugares de trabajo», señala la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. «Esas inversiones pueden reducir considerablemente la creciente carga mundial de enfermedades cardiovasculares y neumopatías, lesiones y cánceres, y comportar una reducción inmediata en los costos sanitarios».
Según se indica en el informe, los más afectados por los riesgos ambientales son los niños pequeños y las personas mayores, en concreto los menores de cinco años y los adultos de 50 a 75 años. Cada año podría evitarse la muerte de 1,7 millones de menores de cinco años y de 4,9 millones de adultos de entre 50 y 75 años con una mejor gestión del medio ambiente. Las infecciones de las vías respiratorias inferiores y las enfermedades diarreicas afectan sobre todo a los menores de cinco años, mientras que las personas mayores son las más afectadas por las enfermedades no transmisibles.
Carga de morbilidad en las regiones de la OMS
Por regiones, según el informe, sobre los países de ingresos bajos y medianos de las Regiones de Asia Sudoriental y del Pacífico Occidental recayó la mayor carga de morbilidad vinculada al medio ambiente en 2012, con un total de 7,3 millones de muertes, la mayoría atribuibles a la contaminación del aire en espacios interiores o en el exterior.
- 3,8 millones de muertes anuales en la Región de Asia Sudoriental
- 3,5 millones de muertes anuales en la Región del Pacífico Occidental
- 2,2 millones de muertes anuales en la Región de África
- 1,4 millones de muertes anuales en la Región de Europa
- 854 000 muertes anuales en la Región del Mediterráneo Oriental
- 847 000 muertes anuales en la Región de las Américas
La mayor carga de morbilidad por razones ambientales recae sobre los países de ingresos bajos y medianos si se tienen en cuenta todos los tipos de enfermedades y lesiones; sin embargo para determinadas enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares y los cánceres, la carga de morbilidad per cápita puede ser también relativamente alta en algunos países de ingresos altos.
Principales causas de mortalidad vinculada al medio ambiente
Del informe se desprende, tras el análisis de más de 100 categorías de enfermedades y traumatismos, que la gran mayoría de muertes vinculadas al medio ambiente se deben a enfermedades cardiovasculares, como los accidentes cerebrales y la cardiopatía isquémica.
- Accidentes cerebrovasculares – 2,5 millones de muertes anuales
- Cardiopatía isquémica – 2,3 millones de muertes anuales
- Traumatismos involuntarios (por ejemplo, muertes por accidente de tránsito) – 1,7 millones de muertes anuales
- Cánceres – 1,7 millones de muertes anuales
- Neumopatías crónicas – 1,4 millones de muertes anuales
- Enfermedades diarreicas – 846 000 muertes anuales
- Infecciones respiratorias – 567 000 muertes anuales
- Afecciones neonatales – 270 000 muertes anuales
- Paludismo – 259 000 muertes anuales
- Traumatismos intencionados (por ejemplo, suicidios) – 246 000 muertes anuales
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Se actualiza la publicación de 2006 y se presentan los últimos datos científicos sobre los vínculos entre el medio ambiente y las enfermedades y sus devastadores efectos en la salud mundial.
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Se analizan y cuantifican sistemáticamente de qué modo las diferentes enfermedades se ven afectadas por los riesgos ambientales, y se especifican las regiones y poblaciones más vulnerables a las muertes, enfermedades y traumatismos vinculados con el medio ambiente.
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Se presenta el asunto tratado de forma exhaustiva. Se examinan las repercusiones que los riesgos ambientales tienen en la salud con respecto a más de 100 enfermedades y traumatismos. Algunos de estos factores ambientales se conocen perfectamente, como el consumo de agua no potable o la ausencia de saneamiento, y la contaminación atmosférica y el uso de fogones de leña o carbón en los hogares; otros no son tan conocidos, como el cambio climático o el entorno construido.
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Se señalan aspectos prometedores en los que puede intervenirse de inmediato y carencias en las que es necesario investigar más a fondo para establecer los vínculos y cuantificar la carga de morbilidad correspondiente a los diferentes factores de riesgo ambientales