Tras haber sido intervenido el pasado sábado debido a la gravedad de su enfermedad, Ryszard Kapuscinski falleció ayer a los 74 años en Varsovia. Pero cuentan, que a pesar de su mal estado de salud, nunca dejó de escribir.
Nacido en 1932 en la localidad de Pinsk, compaginó desde temprano las labores de periodista con las de escritor. Era reportero, ensayista, narrador… Era el que mejor contaba la verdad.
Se licenció en Historia en la Universidad de Varsovia y, en total, escribió 19 libros que le produjeron más un millón de ventas en todo el mundo. Algunos de sus títulos más conocidos y benerados como ‘Ébano’ o ‘Viajes con Herodoto’, su último trabajo, eran la prueba viva de la pasión del autor polaco por viajar y conocer todos los rincones del planeta. Una muestra de su visión única y transparente sobre la realidad de las guerras; sobre el ser humano.
El reconocimiento le llegó en forma de halagos unánimes desde el mundo del periodismo y en forma de premios: fue nombrado doctor ‘honoris causa’ por la Universidad de Silesia en 1997 y por la Ramón Llull en 2005. Y además, fue galardonado con el premio Alfres Jurzykowski, el Hansischer Goethe, el Imegna, el Pen Club y el Premio Príncipe de Asturias de las Comunicaciones y las Humanidades en 2003, entre otros.
