Al conocer la noticia de la barra libre promovida el martes por el aspirante a rector, los estudiantes a cargo de las celebraciones vetadas en el campus de Somosaguas, no ocultan su indignación. "Me parece de una hipocresía tremenda que después de haber reprimido constantemente a los estudiantes, incluso llamando a la Policía, ahora organice una calimochada en la de otro" renuencia en elmundo.es una representante de alumnos de la UCM.
El decano de Ciencias de la Información e involuntario anfitrión el pasado martes, Javier Davara, hace una precisión similar sobre los límites físicos de las facultades. "Los miembros de Altavoz me pidieron organizar una fiesta en la facultad y se lo prohibí, pero el césped ya no es responsabilidad mía", aclaró a elmundo.es. "No me gustó el acto, porque la UCM es muy grande y se podría haber buscado otro sitio en el que no se interfiriera tanto en las clases", reconoció Davara.
La plataforma de Aldecoa ha aclarado que la iniciativa partió de la asociación de estudiantes de periodismo Altavoz. Según su versión, sólo se trató de un concierto que se cerró con una arenga electoral del candidato en el que "se ofreció un vino de cortesía".
