Ana González, Ibercampus.
El sector financiero europeo cuenta con tres meses, hasta el próximo junio, para mejorar la divulgación de sus riesgos relativos a medio ambiente, impacto social y Buena Gobernanza, (riesgos ASG o ESG). La situación mejoró en 2020 respecto a 2019 pero aún tiene margen de mejora en conceptos muy específicos. Las entidades más pequeñas son las que más trabajo tienen por hacer.
Así informa un artículo publicado esta semana por el servicio de estudios del Banco de España, que ha evaluado el grado de preparación de las entidades financieras europeas en materia de divulgación de información prudencial sobre los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). El estudio se ha realizado mediante la aplicación de técnicas de minería de textos (Big Data) en los informes prudenciales.
El resultado del informe muestra una mejora de la divulgación de los factores ESG, especialmente en las grandes entidades financieras. El aumento de regulación para impulsar al sector financiero hacia una economía más sostenible, parece ser el inductor hacia esta mejora informativa. No obstante, algunos conceptos muy específicos incluidos en el protocolo de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), son aún pobres, aunque se espera que mejoren en los próximos meses, puesto que a partir de junio de 2022 será obligatorio reportar estos datos.
El análisis se ha realizado a 106 entidades consolidadas mediante palabras clave. En general, el resultado muestra una mejora considerable en 2020 respecto a 2019, probablemente por el efecto de la pandemia.
En un primer análisis se han analizado las palabras relativas al ESG, de menos a más especificación, como muestra este cuadro:
Siguiendo las directrices de la EBA, el estudio se ha focalizado en los riesgos ESG a los que las entidades financieras estaban expuestas en relación a sus activos o contrapartes.
Un segundo análisis se ha realizado en base a los métodos de medición de riesgos ESG. En este contexto la EBA se basa en varios conceptos generales:
- El marco regulatorio internacional, necesario para alinear su cartera y actividades. Uno de los principales códigos utilizados en este sentido es el Global Sustainability Standards Board Reporting Initiative (GRI).
- Tests de estrés del clima, que analiza diferentes escenarios y su relación con determinadas macrovariables relativas al clima.
- Análisis de sensibilidad del clima, analiza los riesgos en cartera mediante modelos financieros modificando las variables «verdes» o «no verdes».
El tercer área de análisis es el que delimita si el riesgo ESG es medioambiental o social. La mayoría de los productos analizados son préstamos y bonos. Estos últimos tienen, según la EBA tres tipologías; bonos sociales, bonos verdes y bonos de sostenibilidad, anclados, estos, a algún tipo de taxonomía o estándar.
Este análisis semiautomático (la elección de las palabras clave se hace manualmente), facilitará poder observar con relativa facilidad cómo evoluciona la divulgación de estos riesgos. Por otro lado, esta técnica podría ser utilizada por el Banco de España para analizar otro tipo de reportes y abre la puerta a colaborar con otros supervisores.