La Universidad de A Coruña impulsará la formación de doctores para dar respuesta a los retos que plantea la adaptación al nuevo marco europeo de estudios superiores. El rector lo expuso ayer con claridad meridiana. «O doutoramento, imprescindible na carreira docente e investigadora, ocupa unha posición clave na arquitectura das reformas que están en marcha nos sistemas universitarios de toda Europa», dijo José María Barja en el discurso que pronunció en Ferrol con motivo de la celebración de la festividad de Santo Tomás de Aquino.
El rector recalcó que la investigación -a la que sólo acceden los doctores- «será un dos indicadores básicos para medir a calidade dos campus», de ahí la importancia de «estimular a continuación dos estudos dos graduados a través da formación no doutoramento», sobre todo en una universidad como la de A Coruña, donde, según reconoció Barja, se ha constatado un déficit de doctores en algunas carreras (fundamentalmente en las técnicas).
Además, el rector advirtió de que este reto no se presenta sólo como algo «abstracto ou teórico», ya que, según el proyecto del Ministerio de Educación, el 50% del profesorado de los títulos del nuevo sistema universitario -que se dividirán en grados (de 4 años) y másteres (de 1 o 2 años)- deberán ser doctores.
El rector también aprovechó su discurso para poner sobre la mesa algunas demandas. Barja exigió al Ministerio de Educación «a máxima claridade» en la elaboración de las directrices que marcarán el diseño de los nuevos estudios. Y también premura, porque a las universidades el tiempo se les echa encima. «No curso 2008-2009 -advirtió- deberánse implantar xa os novos grados. E a partir do 2010 xa ninguén se matriculará nas actuais titulacións». Es decir, a la universidad le queda poco más de un año para encarar unos cambios «inminentes, profundos e mesmos históricos».
Barja también puso el dedo en la llaga de la financión. El máximo responsable de la institución demandó un mayor esfuerzo por parte de la administración autonómica, ya que, además de un servicio público, la universidad se ha convertido «nun sector estratéxico» de la llamada «sociedade do coñecemento». Además, abogó por que en el reparto de esas inversiones se huya de planteamientos simplistas. «Discrepamos de quen calibra a viabilidade dos títulos medindo só o número de alumnos, sen ter en conta outros factores como o interese social ou científico», recalcó José María Barja.
