jueves,18 agosto 2022
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Serán trasladadas hasta Santiago tras el homenaje del pueblo

Las cenizas de Fidel Castro, reservadas a la cúpula

Redacción
Decenas de miles de cubanos que, entre grandes muestras de dolor, han ascendido durante dos días hasta el monumento a José Martí de La Habana para despedirse de Fidel Castro, únicamente han podido dar su último adiós a una fotografía. Los restos mortales del fallecido comandante en jefe no se encontraban allí, junto a su retrato vestido de militar, la corona de flores y los guardias que los custodiaban. Las cenizas se trasladarán a partir de este miércoles hasta Santiago de Cuba.

Decenas de miles de cubanos rindieron este lunes y martes tributo en la plaza de La Revolución de La Habana a Fidel Castro, el hombre que lideró la Revolución en la isla y que la gobernó durante casi 50 años. A las nueve de la mañana, mientras soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias disparaban 21 salvas de artillería simultáneas en La Habana y Santiago de Chile, se abrían las puertas del Memorial José Martí para que el pueblo entrase a darle su último adiós tras horas de espera en las largas colas que se formaron.

Las cenizas de Fidel Castro reposan en la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde ayer le rindieron homenaje su hermano, el presidente Raúl Castro, y altos cargos del Gobierno y del Partido Comunista. En esta sala, los asistentes firmaron el juramento de lealtad al concepto de revolución expresado por Fidel Casto el 1 de mayo de 2000. Las cenizas se trasladarán a partir de este miércoles hasta Santiago de Cuba, en un recorrido que imita a la inversa el de la 'Caravana de la Libertad', que encabezó Fidel con el triunfo de la Revolución en enero de 1959.

Ese montaje de cara a los miles de cubanos que acudieron a rendir homenaje y a los medios de comunicación era, según ABC, pura puesta en escena para que el pueblo cubano demostrara su devoción hacia el líder revolucionario a través de las imágenes difundidas por los medios de comunicación nacionales y del testimonio de centenares de informadores de todo el mundo que acudido a la cobertura del homenaje. La multitud, formando larguísimas y disciplinadas filas en la plaza de la Revolución, pasaba de forma ordenada ante la fotografía de Fidel y descendía compungida, algunos con lágrimas en los ojos, lamentando la «desaparición física» del viejo líder, ya que sus partidarios dicen que sigue vivo en sus corazones. Pero, en realidad, no habían podido venerar sus cenizas.

Los restos del «inmortal» comandante, como ya le califica la propaganda oficial, estaban en cambio en un edificio cercano situado en uno de los costados de la plaza, en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde solo los máximos dirigentes castristas tuvieron la oportunidad de rendirle tributo directamente en un acto íntimo, según ha revelado la prensa oficial.

A las ocho de la mañana del pasado lunes, una hora antes de que se abriera el recinto donde tenía lugar el acto popular, un reducido grupo de miembros de la cúpula del régimen, encabezado por el general del Ejército y actual presidente del país, Raúl Castro, llevó a cabo una guardia de honor al fallecido comandante en jefe en el salón Granma de la sede ministerial.

Tras dar Raúl la orden de «¡firmes!», los privilegiados asistentes al homenaje póstumo guardaron un minuto de silencio junto a los restos del antiguo dictador comunista, que permanecen en ese «íntimo espacio» hasta que sean trasladadas al cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, de acuerdo con el diario «Granma», el órgano de comunicación del Partido Comunista. 

El propio Raúl Castro fue el primero en caminar de frente y depositar su flor blanca ante la urna con las cenizas de su hermano. Momentos después, firmó el libro con el juramento de fidelidad al «concepto de Revolución» que el comandante expresó en mayo de 2000. Nicolás Maduro y Evo Morales, presidentes de Venezuela y Bolivia, respectivamente, han sido los primeros dirigentes extranjeros en ir al Memorial José Martí. Han observado en pie y en silencio el altar.

El acto en el Memorial José Martí supone el pistoletazo de salida a una semana de duelo en Cuba. La Plaza de la Revolución será hoy el escenario del acto oficial en memoria del histórico dirigente, en el que se espera la presencia de numerosos dignatarios. Hasta el momento han confirmado su asistencia veinte presidentes y primeros ministros de todo el mundo, a los que se sumarán delegaciones encabezadas por autoridades de menor rango como presidentes de Parlamentos y ministros de Exteriores.

Destaca la ausencia del presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien, según un portavoz del Kremlim, tiene "una agenda bastante apretada". El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tampoco viajará a La Habana, por lo que podría ser el secretario de Estado, John Kerry, quien represente al país.

España ha estado representada por una delegación de "alto nivel" encabezada por el rey Juan Carlos. El grupo parlamentario de Ciudadanos cuestionó que el Gobierno envíe al Rey emérito a los funerales de Fidel Castro ya que consideran que con enviar a un secretario de Estado hubiera sido suficiente. Podemos consideró que quien debería asistir es el ministro de Exteriores al ser el encargado de "las relaciones diplomáticas" del Estado.

Trump amenaza con liquidar el acuerdo con Cuba

El presidente electo de EEUU, Donald Trump, amenazó con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba a no ser que el Gobierno cubano firme con él "un acuerdo mejor". "Si Cuba no se muestra dispuesta a ofrecer un mejor acuerdo para los cubanos, para los cubanoamericanos y para el pueblo estadounidense en general, liquidaré el acuerdo", señaló en un tuit. Un portavoz de Trump dijo que las prioridades del presidente electo hacia Cuba serán "la liberación de los presos políticos, el retorno de los fugitivos de la Justicia estadounidense y la libertad política y religiosa para todos los cubanos que viven bajo opresión".

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo en rueda de prensa que "deshacer" la política hacia la isla realizada por el presidente, Barack Obama, "tendrá un impacto económico en Estados Unidos y Cuba". "No es tan simple como el trazo de un bolígrafo porque hay consecuencias por hacerlo", añadió.

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