viernes,19 agosto 2022
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Informe CYD 2009

Las reformas estructurales que necesita la universidad española

ibercampus.info
Nuestra universidad necesita reformas estructurales: una gobernanza más profesional y eficiente, con una mayoría de miembros externos en los órganos que tengan competencia para designar al rector; una financiación con mayores dotaciones presupuestarias y un mayor equilibrio entre los precios públicos y el sistema de becas; una mayor autonomía de modo que estas instituciones en la selección de su profesorado, y, especialmente una mayor internacionalización, es decir que se impulse y se promueva la movilidad geográfica de los miembros de la comunidad universitaria ya que las universidades españolas sólo tienen un 1% de alumnos foráneos, frente a la media del 7% de la OCDE.

 

Estas son algunas de las recomendaciones del Informe CYD 2009, presentado por el ministro de Educación, Ángel Gabilondo; el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Federico Gutiérrez Solana, y la presidenta de CYD, Ana Patricia Botín. Según el coordinador del estudio, Martí Parellada, “son necesarias y urgentes, no sólo por la crisis, sino porque son herramientas potentes que contribuirán al crecimiento y al bienestar social. Tenemos el ejemplo de los países nórdicos, Austria, Francia o Portugal, que ya han llevado a cabo reformas y han mejorado sus resultados. En España no ha habido transformaciones desde los años 80 y es hora de que se planteen”.

Asimismo, en dicha presentación se dijo que deberá haber un incremento en la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno con competencias sobre la universidad y reformar la organización del sector público investigador, así como plantear una política de recursos humanos que permita a las universidades desarrollar sus mejores opciones estratégicas. También es necesario que los rectores ganen autonomía para definir mejor su oferta académica, así como sus criterios de admisión de los alumnos.

El capítulo de la financiación del sistema universitario también merece una revisión, con dotaciones públicas más relevantes, y un mayor equilibrio entre los precios públicos y el sistema de becas, con el fin de combinar una mayor eficiencia y equidad en el sistema. Es necesario, por otro lado, reorganizar el sector público investigador tomando como referente los institutos que han asumido una personalidad jurídica independiente, como fundaciones que se han alejado del marco funcionarial y han establecido acuerdos con el sector público, vinculados a los resultados obtenidos.

El estudio advierte que una política de restricciones económicas carece de futuro a medio y largo plazo. En consecuencia, y ahora más que nunca, resulta necesario afrontar reformas de calado en la universidad, sobre todo cuando algunos países europeos ya las han puesto en marcha, mejorando sus resultados educativos e investigadores. Lo cierto es que la crisis está haciendo daño a la universidad. Porque no todas las universidades, agregó Monzón durante la presentación del informe, van a sobrevivir a la crisis. "Algunas no van a poder superar la situación si no son eficientes y competitivas".

El objetivo es transformar las universidades en una potente herramienta que contribuya al crecimiento económico y al bienestar social. Para ello, según reconoció el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, queda mucho por hacer. Gabilondo defendió un modelo que incremente la eficacia y la rendición de cuentas. El presidente de Conferencia de Rectores (CRUE), Federico Gutiérrez Solana, pidió que no haya retrocesos en la inversión pública y privada en universidad y ciencia.

Fuente: Cinco Días

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