Si esta medida sale adelante, el proceso de acreditación de los candidatos a docente universitairo estará valorado por un código ético. De este modo, el aspirante deberá demostrar con documentos su experiencia docente e investigadora para que la comisión puntúe sus méritos. En el caso de que suspenda, no podrá presentarse en los próximos dos años –si aspiraba a ser profesor- y en tres si su objetivo era la cátedra.
Sin embargo, en el caso de aprobar, la acreditación se otorgará con una validez de seis años, tiempo en el que el candidato podrá obtener plaza en alguna universidad sin necesidad de renovar su acreditación. En el caso contrario, tendrá que volver a pasar por el mismo proceso.
Las citadas comisiones de acreditación estarán formadas por siete miembros compuestos por profesores titulares, investigadores, expertos y catedráticos dependientes de la Agencia de Calidad y Acreditación (Aneca); quienes deberán firmar un código ético y no podrán pertenecer a la misma universidad a la que pertenezca el aspirante a funcionario.
Más fácil lo tendrán los profesores provenientes de cualquier país de la Unión Europea, quienes quedarán automáticamente acreditados en puestos equivalentes o similares al que ocupaban en su lugar de origen.
En cuanto a la puntuación, los candidatos a profesor titular deberán obtener almenos 65 puntos sobre 100. Así, los méritos en cuanto a investigación podrán sumar hasta 50 puntos y 40 la docencia.
Por su parte, quienes deseen optar a catedrático necesitarán 80 puntos (60 por la investigación y 30 por la docencia).