Por ejemplo, los papeles impresos con el examen, decisivo en la vida de millones de estudiantes de secundaria chinos, serán guardados por la Policía Militar, que los custodiará hasta el día en que sean llevados a los centros de examen, según informó la agencia estatal Xinhua.
La Administración Nacional para la Protección de Secretos de Estado designará las imprentas autorizadas a imprimir estos exámenes, y similares medidas de alta seguridad se aplicarán en el almacenamiento y distribución de estos codiciados papeles.
Además se prohibirá almacenar estos documentos en el instituto o centro de examen en la noche anterior a la prueba, algo frecuente hasta ahora.
A principios de junio, más de 9,5 millones de estudiantes de secundaria chinos se examinarán de las pruebas de acceso a la universidad, pero sólo 2,6 millones se asegurarán una plaza en la enseñanza superior, lo que crea una intensa competencia.
Fruto de esa competencia, en los últimos años han surgido negocios ilegales de venta de exámenes de selectividad -que suelen ser falsos- a precios desorbitados.
Además, las autoridades expulsaron de las pruebas a decenas de estudiantes que usaron móviles u otros artilugios tecnológicos para copiar.
En China, los estudiantes pasan gran parte de su adolescencia estudiando para superar la Selectividad, ya que entrar la universidad puede significar para ellos la gran oportunidad de su vida para salir de la pobreza.
