viernes,19 agosto 2022
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Los problemas Duro Felguera, agigantados por escaso precio de sus acciones y baja capitalización

Redacción
Los problemas del grupo empresarial español Duro Felguera se han agigantado desde comienzos de 2020, marcados por un escaso precio de sus acciones y baja capitalización, unos 47 millones de euros, que la convierten en el rey de la volatilidad. Con fluctuaciones del 40% en tan solo una sesión, hoy en día las acciones de Duro Felguera están muy lejos de los niveles de 30 € en los que cotizaba hace apenas seis años.

Duro Felguera ha conseguido fuera de España importantes contratos compitiendo con otros grupos multinacionales, pero alguno de estos contratos, como el de Dubai Electricity & Water Authority, la Autoridad de Agua y Electricidad de Dubái (DEWA), en relación al contrato para la ampliación de la central eléctrica Jebel Ali 'K' Phase III, pero que han debilitado la posición de la compañía tras conocerse la ejecución de unos avales. Dubái es uno de los grandes quebraderos de cabeza de Duro Felguera. Después de varias reuniones fallidas por videoconferencia, Duro Felguera no ha podido frenar la ejecución del aval de 48 millones de euros por parte de Dubai Bank. Hace pocas semanas, la compañía española pidió un arbitraje para solucionar la situación e intentar volver a negociar los acuerdos para la construcción de la central eléctrica, un contrato valorado en 204 millones de euros. Desde primeros del mes de mayo, Duro Felguera ha venido manteniendo contactos por los que su consejero delegado, José María Orihuela, ha intentado frenar in extremis la ejecución de los avales solicitada por Dubái Bank. 

Tras múltiples reducciones tiene un capital de 4,8 millones de euros y alrededor de 16 millones de euros de patrimonio, cifras que ponen de manifiesto que no pueden sostener un grupo que en 2019 facturó 397 millones de euros. Duro Felguera ha perdido 9 millones de euros en el primer trimestre del año, una cifra que se produce después de que el grupo haya provisionado 10 millones de euros por los efectos del Covid-19. Si a esto le sumamos el proceso concursal que ha iniciado su filial en Australia, con un impacto estimado en sus cuentas de otros 60 millones de euros, las posibilidades de entrar en situación de patrimonio negativo y posteriormente en insolvencia, son bastante elevadas. 

La deuda neta de Duro Felguera alcanza los 3,5 millones de euros, aunque los pasivos netos alcanzan a los 128,3 millones de euros. El grupo también dice tener reclamaciones con clientes por valor de 244 millones que todavía no se han registrado en los estados financieros una situación pendiente de auditar por Ernst & Young a la que se suman los acontecimientos en Australia y Dubái que ponen en peligro la viabilidad de la compañía. Duro Felguera acumula a su vez una importante deuda financiera contraída con numerosos bancos españoles y extranjeros. Las entidades acreedoras de Duro Felguera, lideradas por Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankia son a día de hoy las únicas que pueden mantener a flote o hundir definitivamente a la entidad. Los principales bancos ya han asumido quitas por valor de unos 300 millones de euros en el pasado para salvar a la compañía asturiana y repetir la hazaña no va a ser tarea fácil en unas circunstancias que no acompañan. Duro ha perdido la confianza de la banca, uno de los últimos intentos rechazados fue el de su CEO José María Orihuela, que pidió a la banca la compra de su deuda con una quita del 85% a los 85 millones que adeudan. 

El último de los problemas, y probablemente el más grave, es el de su filial en Australia. El consejo de administración de Duro Felguera retiró su apoyo financiero a su filial australiana, comercialmente inactiva. De acuerdo con lo previsto por la legislación australiana, la medida de retirar el apoyo financiero a la compañía supondrá el nombramiento de un administrador externo y, en consecuencia, la salida de la sociedad del perímetro de consolidación de la compañía española. El grupo decidió dar portazo a la sociedad a consta de imputarse un impacto negativo de 8 millones en el resultado consolidado. La explicación es que ha procedido a liquidar los pasivos que registra a valor razonable, curiosamente, cuando no se suele hacer por este método, con los activos, de tal manera que se produce un desfase de ocho millones que es la pérdida imputada, una situación que se agrava considerando los laudos millonarios pendientes como el de Samsung o el de Roy Hill, que le enfrentan a dos proveedores, chinos y australianos, y cuya resolución se prevé poco satisfactoria para Duro Felguera. 

Para el investigador de GlobalArbitrationReview.com, Jack Ballantyne, la situación de Duro Felguera en Australia se puede complicar con las reclamaciones que estudia instar una empresa estatal china Dalian Huarui Heavy Industries por abuso de confianza en la ley. Según el autor, el Tribunal Supremo de Australia Occidental sostuvo que Clyde & Co tenía la obligación de liberar una serie de fondos a la compañía Dalian Huarui Heavy Industries. La sentencia, publicada el pasado 24 de abril, anuncia una reclamación de Dalian contra Clyde & Co por incumplimiento de confianza. 

Y ahora la situación ha apuntado a un siguiente paso en la complicación para Duro Felguera, dado que un tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional emitió un laudo parcial por un valor de 33 millones de dólares en favor de Dalian, el pasado mes de diciembre. Se sabe que Dalian ha presentado ahora una solicitud ante la corte australiana en febrero para solicitar la ejecución del laudo, y para pedir, con un plazo de tres días, que Duro Felguera se persone voluntariamente. Simultáneamente, Dalian ha iniciado acciones judiciales en una pieza separada contra Clyde & Co y Duro para obligar a la transferencia inmediata de los fondos de la cuenta fiduciaria, argumentó que la cantidad adeudada podría ascender a alrededor de 27 millones de dólares australianos. La resistencia en el pago de Clyde & Co podría hacer caer a ésta compañía, según Dalian, al incumplimiento de una "obligación contractual y fiduciaria explícita", de acuerdo con lo advertido por el tribunal. 

Los administradores de Duro Felguera pidieron expresamente una suspensión y requirieron a Clyde & Co, ahora insolvente, para que no desembolsara los fondos. La situación que hemos estado viviendo en los últimos meses como consecuencia de la crisis de Covid-19 hizo que el 23 de marzo se realizara un juicio acelerado mediante audiolink como resultado de las restricciones por la pandemia en Australia. Como consecuencia de esta vista rápida, el juez Kenneth Martin determinó que Clyde & Co c estaba obligado a pagar a Dalian 27 millones de dólares australianos. como consecuencia de su condición de fideicomisario. El juez supo además determinar claramente la diferencia entre responsabilidad e insolvencia, y que una situación no excluía la otra. La situación debilitada de Clyde & Co aconsejó a sus abogados que utilizaran la estrategia de argumentar que debían retener una parte de los fondos para "protegerse" en caso de que Dalian presentara una reclamación multimillonaria, a lo que el juez sugirió que al menos medio millón de dólares australianos fueran preservados en Australia para poder hacer frente a los gastos legales y de indemnización.

Los abogados de Dalian han trabajado sin parar para lograr, dentro de las enormes dificultades que ha generado la situación del Covid-19, una cierta seguridad a sus reclamaciones presentes y futuras y el abogado Greg Steinepreis, socio de Squire Patton Boggs, de Perth, el bufete que defiende a Dalian, ha enfatizado recientemente en la seguridad jurídica de la sentencia que ampara a Dalian y las garantías que ampara a sus clientes al determinarse la necesidad de que les empresas demandadas depositen los fondos reclamados que ha atendido el juez, a la espera de las decisiones del arbitraje o de una nueva sentencia. 

Duro Felguera Australia Pty Ltd., tiene que afrontar que se aclare el destino de 27 millones de dólares australianos en la cuenta de fideicomiso de un abogado como garantía para esa millonaria reclamación que se está arbitrando en Singapur. En las cuentas de Duro Felguera destaca el hecho de que aparece dos veces en la cuenta de pérdidas y ganancias la partida: diferencias de conversión en monedas extranjeras. Una más arriba en negativo, por valor de 877.000 euros, y otra en positiva con un saldo positivo de 11,6 millones. Un volumen, el último, que le ha permitido a la compañía cerrar el resultado global con seis millones en positivo en lugar de con pérdidas. Y que multiplica por cuatro el de hace un año. Lo curioso de dicho apunte, además de sus dos apariciones, es que apenas aparece detalle sobre la configuración de la misma, algo que para la mayor parte de los analistas ofrece serias dudas acerca de la realidad financiera y contable de la compañía. Una vez analizados los relevantes informes de Global Arbitration Review.com, Duo Felguera retiró el apoyo financiero para Duro Felguera Australia Pty Ltd., lo que deja a la filial australiana en una posición de fuerte debilidad ante los proveedores chinos y australianos que aún mantienen sus actividades bajo el régimen de arbitraje para la finalización de los trabajos en Roy Hill, que aún continúan y sobre los que recaen obligaciones contractuales en los proyectos mineros y ferroviarios, así como en los puertos de la región de Pilbara, en Australia Occidental.

Y Duro Felguera abre un nuevo frente con la Agencia Tributaria española que envió en febrero de 2020 una notificación de embargo sobre determinados bienes inmuebles como consecuencia del impago de una deuda de 123 millones. Un aviso que por el momento no ha tenido efecto sobre las cuentas, pero que ya amenaza seriamente con hacerlo. Duro Felguera recurrió a la Audiencia Nacional y posteriormente al Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), no siendo admitida a trámite. El asunto queda pendiente.

Pensamos que el futuro de Duro Felguera va a depender de tres actores que no se sientan en su Consejo de Administración: los Auditores, reguladores como la Comisión Nacional del Mercado de Valores española (CNMV) y la banca. Y un cuarto actor, la Hacienda española que ya ha puesto sus sabuesos a rastrear. 

Y todo ello sin perder de vista la situación de los proveedores australianos y chinos para la filial australiana de Duro Felguera, cuya disputa está pendiente de arbitraje. 

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