El punto de inflexión se basa en el cambio de gestión del programa Erasmus, que ahora forma parte de un proyecto más amplio, el ‘Lifelong Learning Programme’ que aglutina a varios proyectos preexistentes, con el objetivo de la simplificación y del reordenamiento. "Antes, los programas de estudio en el extranjero estaban bajo las directas competencias de la Comisión europea -explica Clara Grano, la referente italiana del Erasmus-. Ahora, en cambio, el grueso de la organización se delegó a las agencias nacionales".
El nuevo programa ‘heredó también una parte del programa Leonardo da Vinci, anteriormente gestionado por
¿Pero dónde se realizan los períodos de stage puestos a disposición de los estudiantes? "Ya no se hacen en las aulas de las universidades -explica Grano-, sino que la práctica debe ser un auténtico trabajo y, por lo tanto puede desarrollarse en empresas e, incluso, en organismos de formación o de investigación".
Incluso los que ya se fueron con el Erasmus a estudiar fuera pueden optar a las becas ‘placement’ y volver a irse otra vez con esta segunda oportunidad.
El cambio de gestión ha hecho que suban también las dotaciones de las becas de estudio Erasmus, de forma que los que van a hacer prácticas tienen becas más altas porque van a realizar un auténtico trabajo y porque el que estudia en el extranjero tiene ya otras oportunidades de incrementar su mensualidad con los fondos añadidos del Gobierno, las contribuciones que las universidades entregan de sus propias arcas o las becas de organismos y de diversas fundaciones.
Fuente: El Economista