P- Las ocupaciones, encierros, manifestaciones, etc. contra el Proceso de Bolonia se están extendiendo por todo el país. ¿Cree que se ha explicado correctamente a la comunidad educativa, en concreto, y a la sociedad en general qué es Bolonia?
R.- El debate sobre el Espacio Europeo de Enseñanza Superior, conocido popularmente como Plan Bolonia, se ha desarrollado dentro de la comunidad universitaria durante muchos años y, por ello, no cabe hablar de falta de información. Otra cuestión es que ha sido un debate sobre líneas generales, falto de concreción, a la espera de los decretos ministeriales que desarrollaran su implantación. Esto no ha ocurrido hasta octubre de 2007 (demasiado tarde), momento a partir del cual nos vemos en la necesidad de articular de forma apresurada un modelo universitario que requería de una mayor reflexión en lo que se refiere a aspectos concretos.
P.- Una de las principales críticas de sus detractores es “la mercantilización de la Universidad”. ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Por qué se repite constantemente esta idea que tanto está calando entre el alumnado?
R.- Partiendo de que la afirmación no es cierta, conviene matizar que la actual estructura de grados y máster así como de máster integrados, con precios diferentes entre los dos ciclos, pueden dar lugar a una prolongación de los estudios y –por lo tanto– a su encarecimiento. En este punto es imprescindible una actuación correctora por parte del Ministerio.
Por otra parte, es una consigna que tiene fácil calado entre estudiantes de determinadas áreas de conocimiento que la usan para ligarla al debate sobre el futuro de sus titulaciones. Y, finalmente, tiene una gran aceptación porque se trata del nexo de unión que se utiliza para conectar neoliberalismo y movimiento antiglobalización.
P.- ¿Se está culpando a Bolonia de males que aquejan desde hace años a la universidad española?
R.- Los movimientos antibolonia no culpan al Plan Bolonia de males anteriores. Su mensaje es que Bolonia es la herramienta para transformar la universidad pública en una universidad de altos contenidos privatizadores.
P.- ¿Cómo valora la actuación del Ministerio ante hechos?
R.- El Ministerio tiene una voluntad de mejora, que ha expresado claramente en la Estrategia Universidad 2015, un plan muy importante para la Universidad, pero que –de momento– carece de la financiación que debería acompañarlo. El Ministerio debe liderar la adaptación al Espacio Europeo de Enseñanza Superior, no sólo en el campo de las directrices políticas, sino arbitrando medidas para que dicha adaptación tenga la financiación necesaria.
P.- ¿Cuál es el estado de la implantación de Bolonia en la Universidad de Zaragoza?
R.- Somos la segunda Universidad pública española en número de titulaciones adaptadas al EEES, doce en total, que permiten catorce opciones de matrícula (una de ellas se imparte en tres campus). De ellas, cuatro son completamente nuevas y las otras proceden de la transformación de titulaciones ya existentes. En general, no ha habido grandes problemas, y tanto profesores como estudiantes valoran positivamente su puesta en marcha.
P.- El debate sobre la financiación de la universidad pública también está sobre la mesa. ¿Cuál es su postura al respecto, y más teniendo en cuanta los datos de la CRUE en los que se podía ver que la de Zaragoza es la universidad pública que menos financiación recibe?
R.- La Universidad española está insuficientemente financiada. Ha pasado un periodo de crecimiento, pero se encuentra muy lejos del lugar que le corresponde en el contexto europeo. Se trata de una situación estructural, que es independiente del proceso de convergencia europea. Por otra parte, la conversión en grados de cuatro años de duración de las antiguas diplomaturas e ingenierías técnicas, que tenían tres, debe ir acompañado de la correspondiente financiación.
Por lo que respecta a la Universidad de Zaragoza, recibimos unas inversiones adecuadas para infraestructuras pero, por el contrario, la financiación que recibe para gasto corriente es insuficiente en relación con las universidades públicas españolas.
