Manuel Ortega: «A favor o en contra, Losantos ha tenido a todo el mundo pendiente de sus palabras»

P.- ¿Es diferente la forma de hacer Periodismo en un periódico en papel y en uno digital?

R.-En cierto modo, sí. Para empezar, lo básico: cambia el soporte. Eso permite actualizaciones prácticamente permanentes, interacción con archivos de audio y video, foros, opiniones de lectores, etc. En ese sentido, es más participativo. También permite medir la audiencia, lo que interesa al lector y lo que no, etc. El periodismo de Internet tiene sus reglas propias, como el radiofónico, el televisivo o el impreso, claro. Luego, por supuesto, está el ejercicio periodístico, que es donde resulta más parecido: una exclusiva, una columna brillante, un análisis interesante… lo son en papel o en Internet. Otra cosa está en que su difusión sea diferente. En eso la Red, con toda una flota que va desde los grandes acorazados de los portales de información y los buscadores a las patrulleras y lanchas rápidas como foros, blogs o redes sociales, consigue llegar hasta el último rincón.

P.- ¿Cree que el periódico en papel está condenado a la desaparición?

R.- Hay quien lo ve así, desde luego. Yo no puedo predecir el futuro, pero sí es cierto que las nuevas generaciones cada vez están más enganchadas a Internet y que los expertos hablan de que el ordenador acabará siendo un electrodoméstico tan importante como el frigorífico. A través de él ya podemos leer la prensa, comunicarnos en el ámbito personal y profesional, ver la televisión, descargar series y películas… Ojito, por ejemplo, a los libros electrónicos: en EE.UU uno ya puede bajarse, por un módico precio de suscripción anual, revistas que en papel salen por un buen dinero. Hoy cualquier chaval de veinte años depende de Tuenti más que de cualquier otra cosa: ahí está su vida. ¿Desaparecerán los periódicos? No lo sé. Personalmente creo que no. Pero sí pienso que tendrán que esforzarse por ofrecer a sus lectores algo más que las noticias del día anterior que pueden verse en la Red en tiempo prácticamente real.

P.- ¿Cuál es la clave del éxito de digitales como elsemanaldigital.com?

R.- En nuestro caso, las claves fundamentales son mucho trabajo y ofrecer a los lectores la mejor información posible que aporte un plus. Debo decir que, en ese sentido, nuestro director, Antonio Martín Beaumont, siempre nos ha insistido en la necesidad de dar algo más a nuestros lectores, de proporcionarles las claves de lo que sucede. Muchas veces interesa más el por qué de la noticia que la noticia en sí. ¡Ah! Y por supuesto, divertirse con el trabajo que se hace. Puestos a echarle horas, al menos pasarlo bien. Durante casi una década esa receta nos ha dado buen resultado.

P.- ¿Hay espacio para tantos medios digitales?

R.- Claro. La Red ofrece posibilidades infinitas. Pero es que el lector de Internet, a diferencia del de papel, ojea varias webs. En papel se da el fenómeno del lector “uniperiódico”, como lo llamo yo: va al quiosco y pide el diario X. En los digitales eso no es así: el lector va a uno, luego a otro, después a aquél… Sabe que cada cuál tiene su línea editorial y eso le sirve para ayudarle a interpretar la información que le proporcionan. Con todo eso, una vez empapado de datos, se forma su propia opinión. Lo que pasa es que Internet también tiene su propia selección natural: al final el público sabe la credibilidad de cada cuál, que es la gran batalla del día a día. Los grandes señorones de los medios de comunicación, tipo Juan Luis Cebrián, que han monopolizado durante décadas el acceso a lo que era noticiable y a lo que no, tienen la costumbre de meter a todos en el mismo saco. El problema es que muchas veces, por interés, se presentan unidos a quienes tienen por costumbre la difusión de bulos y a quienes destapan o ponen en la picota datos que de otra forma no se conocerían. La maniobra es simple: equiparar a unos y a otros para desacreditar. Mal van, por otro lado, porque la Red ha permitido montar empresas periodísticas que de otra forma nunca hubieran salido adelante. Y eso sin contar los portales sectoriales, como este vuestro, que son otra vía de negocio en el terreno de los medios digitales.

P.- ¿Qué opina de la decisión de Jiménez Losantos de refugiarse en la nueva cadena esRadio junto con César Vidal y Luis Herrero?

R.- Es perfectamente legítima. Creo que Federico Jiménez Losantos ha sido uno de los locutores más importantes de los últimos años en la radio española. A favor o en contra, lo cierto es que Losantos ha acaparado titulares y ha tenido a todo el mundo pendiente de sus palabras. Si la COPE, como empresa, decide no renovar su contrato, tiene todo el derecho a montárselo por su cuenta, como la radio de los obispos a tomar dicha decisión si así lo juzga oportuno. César Vidal tiene otro estilo, más reposado, pero que ha hecho buena pareja con el del turolense. De Luis Herrero tengo una opinión mucho más negativa. No se puede hacer profesión de libertad, de ser libre e independiente frente a cualquier marchamo político, cuando se ha estado cinco años viviendo de calentar el escaño en Bruselas a costa del PP. Y más si se ha sido designado por petición personal de José María Aznar a Mariano Rajoy. Como dice el refrán, no se puede estar en misa y repicando. O peor aún: intercambiándose la etiqueta de periodista y la de eurodiputado, en este último lustro, a conveniencia.

P.- ¿Cómo se ha recibido en el círculo periodístico esta noticia?

R.- Losantos, como ya he dicho, desata pasiones. Y eso se nota. En el mundillo periodístico se ha oído de todo, claro. Es difícil valorar lo que puede ser la experiencia EsRadio, pero de primeras hay que reconocer que no va a ser una aventura fácil. La situación actual no acompaña para el lanzamiento de nuevas empresas. Si a eso se le suma que sólo cuentan con una licencia de FM en Madrid y que la radio por Internet en España no está suficientemente desarrollada, el panorama no es muy halagüeño. Ahí están otros proyectos radiofónicos, con más dinero, con postes por casi toda la geografía nacional y con el apoyo de grandes conglomerados mediáticos, que todavía siguen sin arrancar. Los primeros meses de la próxima temporada serán nietzscheanos: ellos dirán por dónde camina la radio de Losantos en solitario. De todas formas, lo que no se intenta es lo que no se sabe si sale bien o mal. Y siempre he mantenido que en este oficio, cuantos más medios, mejor.