La propuesta, que partió del diputado estatal Flavio Nantes Bolsonaro, señala que guardar una cuota en las universidades en función de la raza atenta contra el principio de igualdad consagrado en la Constitución brasileña.
La ley, aprobada a finales de 2008 por la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, obligaba a reservar un 20% de las plazas de las universidades estatales para negros o indios, un 20% para los alumnos procedentes de la red pública y un 5% para deficientes o hijos de policías muertos en servicio.
El diputado que promovió la moción de inconstitucionalidad alegó ante el Tribunal que "la dictadura" de lo políticamente correcto "impide" que el Legislativo discuta la cuestión, según recogieron los servicios de comunicación del órgano judicial.
"La ley es demagógica, discriminatoria y no logra sus objetivos. Los prejuicios existen, no se puede negar, pero la ley provoca un aumento de la discriminación en la sociedad. ¿Hasta cuándo el criterio del color de la piel va a continuar prevaleciendo?", argumentó Bolsonaro, citado en un comunicado.
El instructor del proceso, Sergio Cavalieri Filho, que votó a favor de las cuotas raciales, consideró que la sociedad brasileña "tiene una deuda" con los negros e indígenas.
Desde hace una década, el Congreso brasileño está tramitando un estatuto de igualdad racial y una ley de cuotas, que podrían servir para implantar medidas de discriminación positiva para la población con ascendencia africana a escala nacional.
No obstante, a pesar de no existir todavía una norma, cerca de la mitad de las universidades públicas ya toma alguna medida para reservar plazas para negros y mulatos.
Los negros y mulatos representan en torno a la mitad de la población de Brasil, pero todavía copan las clases más bajas de la sociedad y, por tanto, tienen menos acceso a colegios privados, que generalmente superan en recursos y calidad a la deficiente red de escuelas públicas.
Los alumnos de las escuelas privadas tienen mayor probabilidad de obtener la nota exigida para acceder a las universidades públicas, más prestigiosas y consideradas de mejor calidad que las facultades privadas.
Fuente: EFE
