Además, la promoción de los biocarburantes podría derivar en una escasez de materias primas para la alimentación y una fuerte subida de los precios de los alimentos, lo que podría conducir a la pobreza a la población de algunas regiones.
Así, los resultados obtenidos sugieren que partir de estas materias primas se produce un biodiésel aceptable, según las normas, y con un coste final inferior. Igualmente, las grasas animales empleadas son más baratas y constituyen un residuo graso sin ningún otro uso, con lo que su transformación en biodiésel presenta beneficios medioambientales y reduce la dependencia de otras materias primas agrícolas convencionales.
El uso del biodiésel está siendo promovido por el Parlamento Europeo. Esta institución estableció un objetivo de cuota de mercado de biocarburantes del 5,75 por ciento en 2010 y del 10 por ciento en 2020. Concretamente, la promoción se justifica por el carácter renovable y las ventajas medioambientales en términos de reducción de contaminantes y de emisiones de CO2 del biodiésel, que han sido ampliamente probadas.
Fuente: EP