jueves,18 agosto 2022
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Pedro J. Ramírez deja EL MUNDO con escasa polémica

Redacción
"Mientras sigue incubándose la crisis tremenda que de un modo u otro conmoverá todos los pilares de la España que conocemos, a mí me toca ahora dar un paso atrás", dice hoy en su última carta dominical como director de EL MUNDO Pedro J. Ramírez, salida que ha generado un debate sobre la función de la prensa apenas limitado hasta ahora a los diarios digitales, donde también hoy destacan las voces de tres ex-redactores del periódico: Jesús Cacho, Carlos Sánchez y Silvia Padrón.

Pedro J. anuncia en esta despedida que reanudará sus cartas dominicales bajo un nuevo epígrafe y en una ubicación distinta, preparará además la publicación de su próximo libro, se ocupará de la revista ´La Aventura de la Historia´ y dedicará algo más de tiempo a sus amigos tuiteros, que este mediodia superaban los 230.000 seguidores, uno de los cuales (Quico Chirino) resalta que la clave no es la carta, sino la frase célebre que cada día aparece en portada: hoy, "La vida de los muertos permanece en la memoria de los vivos" (Cicerón).

Después de que Unidad Editorial anunciara el pasado dia 30 de enero su cese en la dirección de EL MUNDO y en la Dirección General Editorial del grupo, "que seguirá comprometido como hasta ahora con la independencia y la objetividad en el tratamiento de la información", hoy ha asumido la dirección Casimiro García-Abadillo, quien le acompañó como los ciatados en Diario 16 y en la fundación del diario que el 23 octubre próximo cumplirá 25 años.

En su última carta (Cambia el director, sigue la orquesta), Pedro J. apenas se refiere en esta ocasión a la función de la prensa ni revela las causas, circunstancias y coste de su cese, aunque se dice que pidió 20 millones de euros y podría haber quedado en 12, el nivel del sueldo anual de los directivos del IBEX 35 que más cobran: los presidentes de Iberdrola, Telefónica, BBVA, Repsol y el consejero delegado del Banco Santander. Pero sí dice que no lo buscó, que se mantendrá fiel al lema de Juvenal ´Vitam impendere vero´ (Gastar la vida en la búsqueda de la verdad), y que "mientras EL MUNDO siga siendo EL MUNDO" se sentiría incapaz de hacer la competencia en ningún terreno a quienes siempre considerará sus compañeros. Todo ello tras culpar al presidente del Gobierno y al Rey, señalando que Rajoy apuesta por el mito de un "Gobierno sin periódicos" y ha optado por convertir la crítica y la denuncia en una mercancía cada vez más onerosa para los editores.

El periodista dice que "en tiempos y circunstancias distintas me han destituido dos veces como director. Hace 25 años bajo un Gobierno del PSOE, ahora bajo un Gobierno del PP. Al final, la ballena es la ballena. Ya lo dijo John Adams: «Las fauces del poder están siempre abiertas para devorar y su brazo siempre extendido para destruir, si puede, la libertad de pensamiento y de palabra hablada y escrita…». Ahora ya saben a qué me refería el domingo pasado cuando hablaba del espejo arrojado contra el suelo mientras se derrite el «rey de nieve» y suena la canción de Alaska y Dinarama: «¡Vete de aquí, no me supiste entender! (…) Ni tú, ni nadie, nadie puede cambiarme».

Sin embargo, renuncia a una explicación completa, tras indicar su preferencia porque "sean otros los que interpreten la secuencia de los acontecimientos desde que volví a ser reportero por un día y reflejé las revelaciones de Bárcenas sobre la financiación ilegal del PP y los sobresueldos de sus jefes; desde que publicamos los SMS de Rajoy instando a «resistir» al ex tesorero aun después de que se descubriera su fortuna en Suiza; desde que el presidente acusó en el Parlamento a EL MUNDO de «manipular y tergiversar las denuncias de un delincuente para generar una calumnia»; desde que pocos días después demostramos que quien había «manipulado y tergiversado» había sido él, reproduciendo la suculenta nómina de Bárcenas cuando «ya no estaba en el partido»; desde que descubrimos que la Fiscalía investigaba las percepciones del marido de María Dolores de Cospedal en el banco resultante de la fusión con Caja Castilla-La Mancha; desde que ella declarara poco después en sede judicial, sin venir a cuento, que «no leía» EL MUNDO y desde que el Gobierno y la cúpula del PP en pleno boicotearan con ostentación e infamia un acto del significado de la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo -con Vargas Llosa entre los receptores-, instituidos en memoria de tres compañeros que dieron la vida por la libertad de prensa. El poder había convertido a EL MUNDO en un apestado y las grandes empresas del Ibex -salvo honrosas excepciones- actuaron en consecuencia".

Interpretaciones de exredactores de EL MUNDO

En su articulo (El caso Pedro J y las miserias de la profesión periodística), Jesús Cacho dice en Vozpopuli que el periodismo español" está hoy como España, fané y descangallado, pidiendo a gritos cristiana sepultura víctima propiciatoria de sus muchos pecados no expiados. El periodismo y las empresas periodísticas, que en mimética identificación con la orgía de dinero fácil que caracterizó nuestro boom, acometieron operaciones que hoy resultan casi imposibles de imaginar. ¿Cómo explicar que Prisa, editora de El País, pudiera llegar a acumular una deuda de más de 5.000 millones, imposible de amortizar a todas luces con la capacidad de generación de caja del negocio? ¿Cómo entender que Unidad Editorial (El Mundo) pudiera pagar 1.100 millones por el grupo Recoletos –origen de las angustias que hoy atenazan a UE-, dinero con el que 20 años antes, quizá menos, don Jaime Castellanos, el guardián del secreto, hubiera podido hacerse con el control de los 7 grandes bancos españoles?"

Tras calificar a Pedro J. como el más periodista y el mejor de los tres grandes directores de periódico de la Transición con los que ha trabajado (antes Juan Luis Cebrián, El País, y Luis María Ansón, ABC), compara su cese con las circunstancias en que Pedro J le privó el 31 de julio del 2006 de su su página dominical en EL MUNDO "Rueda de la Fortuna”, si bien luego le invitó a volver a escribir en el periódico al cesarle ElConfidencial: Pedro J. no tiene amigos en la profesión, pero se ha hecho rico con ella. Él encarna como nadie las miserias de este oficio y buena parte de su “gloria”. Ocurre que, desde hace bastantes años, Pedro J. Ramírez no hacía periodismo, sino operaciones de Poder, con mayúscula. Hábil donde los haya, él mismo se ha encargado de retroalimentar su leyenda haciéndonos creer que su despido ha sido político, aunque cuesta imaginar a don Mariano, el presidente que menos mano ha metido en la profesión, tomándose la molestia (¡uf, qué lío!) de urdir su despido. Más importancia han tenido las maniobras orquestales de aquel ramillete de barones del dinero. Que a estas alturas, y seguramente para agradar a Moncloa, los grandes capos de un grupo de empresas y bancos se conciten para financiar una compra que a su vez implicará la salida de tal o cual periodista, habla a las claras de la confusión de roles y la pésima salud de nuestra democracia.  Pedro J. conoce la operación al detalle  (“Y así, Amor, en vano intenta/ tu esfuerzo loco ofenderme:/ pues podré decir, al verme/ expirar sin entregarme,/ que conseguiste matarme/ mas no pudiste vencerme”), y queda emplazado para contarla. Ahí te quiero ver, torero. Su salida, en todo caso, estaba cantada a la luz de la pésima situación de las cuentas de UE, un negocio que, al contrario de lo que ocurre con Prisa, cuya generación de caja es positiva, empieza a drenar recursos al minuto siguiente de levantar la persiana cada 1 de enero. Los italianos de RCS necesitaban sacar el canario para poder vender la jaula".

Termina Cacho diciendo que "se avecinan grandes cambios en la esfera de las empresas periodísticas, todas en pérdidas. Pero, con ser importante el proceso de consolidación que parece inevitable en el sector, mucho más lo es, en términos de calidad democrática, la recuperación del prestigio de la profesión y la renovación de sus votos de independencia en el altar de la mancillada diosa Verdad. Hoy, la información, la palanca que a lo largo de la Historia de la humanidad ha dado o quitado Poder, sigue siendo la commodity más cara, la más valiosa. Socializar la información, arrebatarla a los poderosos para hacerla accesible a la sociedad, es la función más noble que le cabe a este oficio y, si me apuran, la única. Pero el periodismo no se salvará solo. Se levantará o perecerá con España, hermano con su suerte, cónyuge de su destino. Para hacerlo posible necesitará también el apoyo, la colaboración, el convencimiento en tal sentido de los poderes del dinero antes denunciados(…) El futuro de la profesión está hoy en manos de las nuevas generaciones de periodistas, los jóvenes que, sin las heridas del tiempo, libres de filias y fobias, se baten el cobre en las trincheras de las redacciones digitales, ansiosos por hacer realidad el cambio que reclama este castigado país".

Por su parte, en Pedro J. Ramírez, ¿suicidio o asesinato?, Carlos Sánchez dice en El Confidencial tras haber trabajado 13 años él que "el exdirector de El Mundo ha convertido la información en un espectáculo convencido de que las exclusivas de hoy -y también las falsas noticias- apenas duran 24 horas. Por eso, cada mañana, necesitaba un cadáver que llevarse a la mesa. “Otra familia arruinada”, se decía con sorna en la redacción. Ahí radica su extraordinario recorrido como director de periódicos. La capacidad para entender que las noticias forman ya parte de la industria del entretenimiento".

Según Carlos Sánchez, "cada profesión debe cumplir su papel, y con razón los ciudadanos han dejado de comprar periódicos, porque conocen el contubernio que existe entre el poder y los media. Hay incluso capos de la prensa que reciben desvergonzadamente a ‘sus clientes’ cada mañana en hoteles de lujo para dar cuenta de sus fechorías. Son los mauricios nuestros de cada día. En unas ocasiones se trata de comprar voluntades a través de concesiones administrativas que luego, de forma absolutamente arbitraria e ilegal, se subarriendan; y en otras, pudriendo la profesión con pactos contra natura. Cientos de iniciativas parlamentarias han sido en realidad consensuadas entre periodistas y políticos, lo cual refleja la independencia de unos y otros.La causa de esta merdé probablemente tenga que ver con una relación heredada de la Transición, cuando la clase política y la periodística se necesitaba para sacar al país adelante".

Sin embargo, luego dice que "no se trata, desde luego, de un fenómeno sólo español", sino de dentelladas del poder sobre un modelo periodístico en dificultades: "Es una crisis de la prensa sin precedentes que no sólo tiene que ver con la innovación tecnológica (la aparición de internet) o con la crisis económica (desplome de la publicidad), sino también con la forma de hacer periodismo. El creciente descrédito de los políticos, como no podía ser de otra manera, ha acabado por arrastrar también a muchos periódicos. Sin duda porque el lector sabe que ambos son la misma cosa, hijos de la misma madera. Y ya se sabe que perro no come perro. Ese el gran error (o acierto) de Pedro J. Ramírez. Cuando ha comenzado a salirse del sistema le han llegado las dentelladas de los poderosos. Al final se quedó sin aliados. Desde luego que él ha puesto su granito de arena. La desgraciada situación económica del grupo es lo mismo que tener al enemigo en casa (…) Hoy los directores de periódicos son funcionarios de grupos multimedia y en su lugar mandan los directores financieros. Ese es, por ejemplo, el modelo del Corriere della Sera, cuyo accionariado está preñado de la gran industria italiana. Y ese modelo es el que de alguna manera se ha querido importar para España, en particular en el caso del diario El País, convertido en el profeta de la recuperación económica. En el periódico del poder establecido. Con razón hay una vieja máxima en el periodismo que dice que es más difícil cerrar un periódico que abrirlo, simplemente porque hace tiempo que han dejado de ser un producto informativo y se han convertido en una herramienta del poder. Hay incluso periódicos que en 15 años de vida no han dado nunca beneficios, y ahí andan, dando lecciones de ética. Sin duda porque el mapa de la información tiene cada vez más que ver con el diseño político de África. Cuando en el siglo pasado los países imperialistas se repartían el pastel tirando líneas arbitrarias. ‘Este trozo para mí, este para ti’. Grupos multimedia que hoy presumen de lozanía, nacieron precisamente así. En los despachos de la calle Génova. O en Ferraz, como se prefiera".

Por su parte, Silvia Padrón dice en Cuartopoder que Pedro J. controdijo durante una asamblea al presidente de Unidad Editorial, quien dijo que había aceptado la “sugerencia” del accionariado de que dejara el cargo, y  deja la dirección de El Mundo por "presiones de los poderes".

 



 


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