viernes,19 agosto 2022
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La historia de un fracaso

¿Qué fue de los contratos de formación? Apenas suponen el 0,15% de los temporales

Redacción
Uno de los mayores misterios del mercado laboral español es el fracaso del contrato de formación, que se suele utilizar como explicación de la temporalidad del empleo de los jóvenes, pero que en la práctica apenas supone el 0,15% del total de los contratos temporales. Hace 30 años eran el 7%.
El impacto de la pandemia ha supuesto la puntilla a esta modalidad, que apenas ha recuperado el 60% de los niveles de 2019 en el mismo periodo de tiempo, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal recabados por Ibercampus.  

Los contratos de prácticas, a menudo asimilados y confundidos con los de formación, sí han vuelto a los niveles prepandemia, si bien sus resultados también son decepcionantes: sólo suponen el 0,3% del total.

En un país en el que la temporalidad se ceba co los trabajadores menores de 25 años sorprende que estas modalidades tengan una presencia casi ínfima en el marco de la contratación. 

Muchos expertos alertan de que, paradojicamente, ha sido la maraña de incentivos asociados a estos contratos los que hacen a las empresas optar por fórmulas más simples.

 

Fuente: SEPE

¿Basta otra reforma laboral? 

Esta es la tesis que maneja el Gobierno, que en su próxima reforma laboral quiere impulsar una "regulación adecuada" de estos contratos, en palabras de la ministra del ramo, Yolanda Díaz. 

 

Sin embargo, como se puede apreciar en los gráficos que acompañan este artículo, ninguna de las decenas de reformas precedentes han logrado hacer despegar estas modalidades, ni en números absolutos de contratos ni en peso relativo en la contratación temporal.  

Este fracaso, que se suma al de la FP Dual, parece mostrar que, al menos en sus hábitos de contratación, las empresas siguen ciegos al inicio de la carrera laboral de los jóvenes como una oportunidad de futuro para el talento de sus plantillas  y la conciben como una forma de obtener fuerza laboral barata. 

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