jueves,18 agosto 2022
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#reformauniversitaria:¿se la espera?

Futurolandia
Casi 20 años desde la Ley Orgánica de Universidades de 2001 y 12 desde la modificación de 2007. Mientras, muchas declaraciones de urgencia de una reforma universitaria que no llega. Los sucesivos gobiernos inactivos o incapaces de llegar a acuerdos políticos amplios; los rectores esperando un cambio que les permita actuar; profesores inquietos o desesperados haciendo lo que pueden; alumnos en espera de tiempos mejores.

En estos últimos 20 años ha habido, en mi opinión, tres acontecimientos que han sacudido algo el lento caminar de la universidad española hacia los nuevos tiempos, mientras llegaba una Reforma Universitaria tantas veces anunciada y postergada.

En 1999 se firma. por los ministros de educación de 30 países europeos una reforma universitaria que se conoce como la Declaración de Bolonia.  Se crea así un Espacio Europeo de Educació Superior (EEES) con dos directrices básicas: homogeneizar los estudios universitarios y potenciar la movilidad intraeuropea. Se establece una unidad de medida de la docencia recibida, el crédito ECTS (European Credit Transfer and Acumulation System), que obliga a determinar no sólo conocimientos, sino también desarrollo de capacidades y competencias.

En 2002 se constituye la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) cuyo objetivo certificar y acreditar estudios, medir el rendimiento de la educación superior, evaluando actividades docentes, investigadoras y de gestión del profesorado universitario y garantizar la calidad de nuestras universidades y de su integración en el EEES.

En 2009 el gobierno define una Estrategia Universidad 2015 cuya principal arma es el programa Campus de Excelencia Internacional, para mejorar la calidad del sistema universitario mediante la agregación, especialización, diferenciación e internacionalización de sus mejores universidades, públicas o privadas.

Precisamente porque he vivido muy de cerca estas tres iniciativas, no me atrevo a juzgarlas en el corto espacio propio de un post. Creo que han sido importantes elementos de dinamización, con todos sus aciertos, limitaciones y fallos; pero, sobretodo, que ya han perdido gran parte de su potencial innovador. La universidad española (y europea) necesita de nuevos elementos potenciadores del cambio ,en un entorno de fuerte y acelerada innovación social y tecnológica. La Universidad debe ser una institución que lidere el cambio y no que se vea arrastrada, incluso con retraso, por esa profunda transformación del mundo que le rodea.

No voy a repetir aquí comentarios que ya he dedicado, en múltiples post, libros e informes. a la exigencia de adaptación y reforma de nuestras universidades. Sólo unos párrafos-resumen  tomados de tres referencias.

Las universidades son un componente clave de la innovación económica y social de un país, así como de su capital intangible. Pero, además, su papel se refuerza por su elevada contribución al capital humano y al capital social. El futuro de la universidad condiciona radicalmente el futuro de la sociedad. Por ello, la universidad debe ser un ejemplo de innovación y liderazgo en la acumulación de esos múltiples activos intangibles que transfiere permanentemente a la economía y a la sociedad. Debe ser la punta de lanza del cambio de todo el sistema. No creo que nuestra universidad merezca una valoración global negativa de su adaptación al cambio, su capacidad innovadora y su aportación al capital intangible, humano y social. Pero que tampoco creo que debamos contentarnos con lo hecho y con el ritmo de mejora cara a los desafíos de futuro. https://www.antoniopulido.es/universidad-innovacion-ycapital-intangible/

No podemos conformarnos con una universidad adaptándose a las nuevas circunstancias y tratando de incorporar las tecnologías emergentes. Necesitamos un cambio radical y eso exige (entre otras múltiples acciones): acabar con las plantillas estancadas de personal, adaptar los procedimientos de promoción profesional, flexibilizar las relaciones con el entorno social, mejorar la gobernanza, implantar planes estratégicos realistas, potenciar la interdisciplinariedad y la internacionalización de profesores-investigadores, alumnos y relaciones institucionales. https://www.antoniopulido.es/universidad-4-0/

Durante dos siglos se produce un proceso de democratización de la enseñanza superior y atención simultánea a la I+D, en un entorno tecnológico que va caminando, progresivamente, hacia una era digital. El momento presente puede interpretarse como una nueva fase de esa universidad moderna o como un cambio tan disruptivo como para exigir una universidad radicalmente nueva (4.0) en organización, tecnología y estrategia educativa-investigadora, como para responder a las exigencias de una sociedad profundamente evolucionada.https://www.antoniopulido.es/la-universidad-al-otro-lado-del-espejo/

Más allá del diagnóstico general y en espera de que algún próximo gobierno consiga un acuerdo político para una nueva reforma educativa, puede ser útil ir debatiendo  sobre sus rasgos básicos. Entre los muchos documentos elaborados voy a centrarme en cuatro que me parecen complementarios y que considero marcan pautas de actuación:

  1. Decálogo de las universidades españolas a los partidos políticos para mejorar la Educación  Superior (Consejo de Rectores de las Universidades Españolas, CRUE, abril 2019)
  2. Decálogo para cambiar la Universidad (Fundación COTEC, marzo 2019)
  3. Informe sobre el estado de la universidad española (Fundación Conocimiento y Desarrollo, CyD, septiembre 2018)
  4. Transformación digital e innovación global en la Universidad 4.0 (Ana M. López, Economistas, Globalización 4.0, octubre 2019, pendiente de publicación)

El decálogo de actuación de CRUE responde a una visión centrada en la gestión de nuestras universidades (https://www.crue.org/Documentos%20compartidos/Informes%20y%20Posicionamientos/2019.04.22-Propuestas%20Crue%20a%20partidos%20politicos_VD.pdf). Sus peticiones a los partidos políticos:

  • Nueva ley de universidades, con amplio respaldo y garantía de autonomía real que permita una reforma de la gobernanza desde  un modelo de administración colegiada a uno profesional y ejecutivo
  • Financiación asegurada, como inversión pública preferente y nueva ley de Mecenazgo
  • Aumento y estabilización de las plantillas universitarias, con nuevo estatuto del personal docente investigador y revisión de los criterios de evaluación y acreditación del profesorado
  • Mejora de la docencia, con modificación de los criterios para creación de universidades, revisión de la oferta de grados y másteres, así como de los criterios para una revalorización de la docencia
  • Apoyo decidido a la investigación, transferencia e innovación, con planes plurianuales, difusión en abierto de la producción científica (open science) y clarificación de criterios contables de justificación de gastos
  • Defensa de la igualdad de oportunidades y derechos de los estudiantes, con aumento de becas, reducción de precios de matrículas y revisión de las prácticas externas y becas de colaboración
  • Mejora de la gestión universitaria, con nueva ley de contratos del sector público, apoyo a infraestructuras y al personal de apoyo y técnicos especialistas
  • Impulso de la internacionalización, potenciando alianzas estratégicas, y ampliación de la cofinanciación del programa Erasmus, con dotación a países de Iberoamérica
  • Apoyo institucional a CRUE
  • Transparencia y rendición de cuentas

Sin entrar a discutir detalles, pueden considerarse propuestas razonables en general. Considero que falta una concreción del cambio que la profunda transformación tecnológica y social exige de una universidad radicalmente adaptada a los nuevos tiempos.

Un enfoque complementario en esta linea es el la Fundación COTEC, que apunta un decálogo de ideas para adaptar los campus al siglo XXI, ya que"si la Universidad no se reforma podría quedarse muy desfasada". https://www.reiniciarlauni.cotec.es&ie=UTF-8&oe=UTF-8Su propuesta es apostar por un cambio estructural de la Universidad para hacer cosas nuevas incluso sin esperar a que haya una nueva ley o nuevos presupuestos, aportando "un repositorio de buenas prácticas con iniciativas puntuales que sean un virus que se vaya inoculando en toda la Universidad" alrededor de diez puntos:

  • Normas más flexibles, que eviten que se eternicen nuevas titulaciones y contenidos que respondan a las demandas de la sociedad
  • Nuevos formatos, que permitan cambiar la oferta de títulos con contenidos muy actuales y cursos breves
  • Autoaprendizaje, utilizando las  tecnologías avanzadas para aprender de forma autodidacta
  • Nuevos procesos de aprendizaje, que insistan en que lo importante no es memorizar, sino responder a  preguntas y potenciar la aplicación práctica, con itinerarios personalizados
  • Perfiles docentes adicionales, con profesores más pegados al mundo laboral y con acusadas competencias tecnológicas en el aula
  • Comunidades de aprendizaje, con colaboración entre profesores y facultades para trabajar en equipo la respuesta a cuestiones complejas
  • Atención a los nuevos perfiles de alumnos, con cursos especializados y flexibles, másteres propios o seminarios en colaboración con las empresas
  • Conexión con la sociedad, atendiendo a la formación continua con hibridación importante de los entornos académicos, empresariales y de los centros tecnológicos
  • Cultura de innovación, que supone multiplicidad de planes de estudios, grados abiertos con amplia posibilidad de elección de materias
  • Innovación abierta, que termine con las jerarquías profesor-alumno

Muchos compartimos la idea de que es necesario un cambio radical de la Universidad de la Universidad, su adaptación a una sociedad diferente y el aprovechamiento pleno de las nuevas tecnologías, sin que ello suponga renunciar  a sus principios más permanentes.

La Fundación Conocimiento y Desarrollo,CyD, viene insistiendo en la exigencia de una reforma universitaria que garantice recuperar financiación y posibilitar cambios de gobernanza que permitan mayor flexibilidad y autonomía. Sólo así se podrá superar una situación que ha estado "a punto de dejar a la universidad española en un estado de latencia que le hace perder posiciones con respecto a la de otros países que han pasado estos años haciendo inversiones y transformaciones importantes" https://www.fundacioncyd.org/publicaciones-cyd/informe-cyd-2018/

Para ello CyD considera que nuestras universidades tienen que responder, entre otros. a los siguientes retos:

  • Cambio de tendencia en el perfil de matriculados, con disminución de estudios de grad0 y aumento en otros como máster
  • Sobrecualificación, con un 35% de universitarios en puestos inferiores a su cualificación
  • Fallos en investigación y transferencia a la sociedad, con incremento en publicaciones ("requisito imprescindible") pero con pérdida de impacto y transferencia
  • Falta de presencia en la escena internacional, en términos relativos y a pesar del esfuerzo para mantener calidad

A la hora de enfrentarse a estos y otros múltiples retos, la profesora Ana Lopez, en un artículo que publicará en unos días la revista Economistas (Transformación digital e innovación global en la Universidad 4.0, @cemad_es), parte de un hecho incontestable:

"La Universidad juega un papel importante en el desarrollo de la innovación en cualquier economía avanzada. En la era del conocimiento y de la globalización se producen rápidos cambios tecnológicos que implican nuevos procesos disruptivos. En este reto permanente, es preciso adaptarse a los nuevos tiempos y, en particular, potenciar el papel de resiliencia y adaptación al cambio en el contexto universitario. La Universidad ha de reinventarse permanentemente para poder responder mejor a las necesidades y desafíos de un entorno siempre cambiante e implica adoptar la realidad de un mundo digital. Es preciso prestar atención a los avances científico-tecnológicos, desarrollarlos, asumirlos, ser también más activa en la estrategia de innovación. En definitiva, se trata de impulsar la innovación digital en la nueva universidad, la Universidad 4.0."

Para responder al reto, pasa revista a treinta acciones/iniciativas en cuatro grandes áreas de actuación:

  • Currículo y pedagogía, con acciones en plataformas, conectividad, currículo flexible, formación de por vida,, aprendizaje proactivo, competencias y habilidades,…
  • Plantilla profesorado/personal, con acciones en captación de talento (también internacional), financiación básica, replanteamiento de plantillas, flexibilidad en acreditación, política de incentivos, formación tecnológica, cambio de rol del profesorado,…
  • Investigación/transferencía, en temas tales como formación por programas, redes de colaboración, interdisciplinariedad, infraestructura digital o espacios de trabajo colaborativo, incubadoras y aceleradoras
  • Gobernanza, en sus aspectos de contabilidad analítica, administración electrónica, captación de fondos, comunicaciones, eliminación de barreras burocráticas, transparencia, planes estratégicos, código ético,…

Como bien saben mis seguidores, comparto plenamente este planteamiento proactivo que la profesora Ana López resume en "un sistema académico abierto donde la comunidad local y la sociedad en general se convertirían en parte integrante del ecosistema universitario. La interacción entre la universidad, la industria y la sociedad tiene que convertirse en una plataforma viva con la difusión de ideas, conocimientos y necesidades de cada una de ellas atendidas por las otras."

Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA

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