viernes,19 agosto 2022
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Sólo sé que no sé nada:¿Sócrates o economista?

Futurolandia
Hace ya décadas el gran Chumy Chumez me dedicó un dibujo, por iniciativa de la Fundación Universidad-Empresa, que tengo colgado a la entrada de mi despacho personal. Es todo un canto a la modestia profesional: "Yo solo sé que no sé nada" como dice el filósofo, con el comentario adicional de dos observadores: "O es Sócrates o es un economista".

Con muchos años de profesión a mis espaldas, de éxitos y fracasos, he ido comprobando la gran verdad que se encuentra tras de estas palabras, a la vez que la gran injusticia que supone desconocer lo mucho positivo de una ciencia y una profesión que trata de responder, lo mejor que puede, a los múltiples y crecientes retos que plantean, en su área de conocimientos, gobiernos, empresas y todo tipo de instituciones y ciudadanos.

Hace unos dias leía un post en que Christopher Snyder, profesor en el Departamento de Economía del Dartmounth College, hacia una defensa y un reconocimiento parcial de culpa de los economistas a partir de sus estudios profesionales (ver http://voxeu.org/article/what-economists-study-guide-curious?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter) : "La prensa tiene su propia visión, no siempre positiva de lo que hacemos, criticando nuestra falta de habilidad para predecir el futuro, la ausencia de compromiso con el mundo real o nuestra preferencia por las matemáticas sobre las personas". Pero algunos olvidan que la mayoría de los economistas, por título o actividad, están en el día a día de las decisiones financieras, comerciales o de gestión empresarial, donde la predicciones son una referencia más, la realidad es quien manda y las matemáticas se limitan a cálculos propios de una sociedad de loa información

También hace pocos dias, Juan Francisco Jimeno, economista del Banco de España publicaba un interesante comentario sobre lo que denominaba "econopatías":Enfermedades que sufren los economistas (y los que pretenden pasar por serlo) en el ejercicio de su profesión. Lo que hacen los economistas (y los que pretenden pasar por serlo) cuando dicen que están haciendo Economía pero en realidad están haciendo otras cosas. (http://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/econopatias)

Según su diagnóstico, los "economistas que hacen Economía" suelen dedicar poco esfuerzo a explicar lo que hacen y no son especialmente hábiles en dicha tarea. En nuestro país la confusión es aun mayor porque, a pesar de ser una profesión muy denostada, ocurre con demasiada frecuencia que en debates públicos aparece “un economista” que se arroga de la capacidad de presentar las principales conclusiones de la ciencia económica sobre las cuestiones a tratar, si bien en la mayoría de los casos se trata de personajes que no ejercen realmente tal profesión.

 Martín Carretero, miembro de Economistas Frente a la Crisis, añade matices sobre la diversidad de tareas de los economistas en  su post sobre "Economistas: físicos ingenieros, fontaneros y zahoríes",  que bien merece un referencia especial aparte y que comentaré en un próximo post.

En mi opinión, los economistas sabemos mucho de algunos temas de nuestra especialidad, algo de cultura económico-empresarial general y solo un poco de otros campos limítrofes. Podemos resultar útiles a la sociedad a pesar de nuestras discrepancias, fallos y lagunas, como también lo son otros profesionales con "patías" diversas.

Más que hacer juicios generales, voy a remitirme a mi propia experiencia y posicionamiento personal. La lista de fallos y lagunas incluye temas como los siguientes:

  • Tardé años en admitir que la Economía no es ajena a planteamientos políticos, morales y sociales.  No es una ciencia con proposiciones plenamente objetivas, sino condicionadas por creencias y un amplio y variado contexto que la rodea.
  • Por tanto no hay verdades absolutas, sino acercamientos teóricos y prácticos en general discutibles. En particular es dañino para la sociedad  no reconocer condicionantes ideológicos y resulta incluso fraudulento buscar resultados parciales que se presenten como garantía de objetividad en las propuestas.
  • Las fronteras de la Economía son muy amplias y deben incluir aspectos institucionales, geopolíticos, medioambientales, tecnológicos,…Cerrar fronteras es un suicidio científico y profesional.
  • La interdisciplinariedad debe ser una exigencia metodológica y de práctica profesional del economista. La Economía trata de comportamientos de individuos y colectivos; exige planteamientos psicológicos, sociológicos y humanísticos en su más amplio espectro. Esta cuestión la trata también Jimeno en su post http:nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/homo-sapiens-credulus
  • La información estadística disponible condiciona los análisis de los economistas. Las limitaciones en cuestiones de interés público deben corregirse.
  • Todos debiéramos reconocer que la Economía está al servicio de la sociedad y no es, por tanto, ni un asunto exclusivo de economistas, ni priman los objetivos estrictamente económicos.
  •  En resumen:La crítica a los economistas no debiera centrarse en lo que sabemos, sino en cómo aplicamos nuestros conocimientos en un contexto cada día más complejo y en profundo cambio, en el que compartimos terreno de juego con otros múltiples profesionales. Dedicaré mi próximo post a la variada tribu de los economistas.

Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA

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