Clases vacías y matrículas que se pueden contar con los dedos de una mano. Las titulaciones poco demandadas son poco rentables y están preocupando cada vez más a las Universidades, que ya no saben que hacer para atraer la atención de los futuros alumnos. Es el caso de la Universidad Complutense de Madrid, que ha lanzado una campaña a favor de las Matemáticas en los institutos madrileños.
De hecho, son varios los decanatos que han puesto en marcha contactos con los institutos para convencer a los futuros universitarios de sus ventajas. Pero la cifra del 125 –el mínimo de alumnos que se exige para que una licencitura sea viable- revolotea amenazante, si tenemos en cuenta que en casos como la Universidad de Huelva, tiene ocho alumnos nuevos de media en Humanidades, y la de Burgos, trece en la carrera de Química.
En definitiva, según datos del MEC la Universidad española pierde unos 20.000 alumnos por curso, siendo Matemáticas y Humanidades las carreras peor paradas. Algo que pone en grave peligro a este tipo de titulaciones, al menos, en las instituciones más pequeñas.
Sin embargo, el déficil de alumnos se traslada también al de profesores, pues sólo un 5% de los profesores españoles están capacitados para impartir matemáticas a nivel universitario.
La solución a esta situación no es sencilla, pero los rectores ya comienzan a plantearse varias posibilidades, entre las que sobresale una idea: la especialización.